La "lentitud" y "complacencia" condenan a la UE: el 90% de las reformas de Draghi aún no se han completado un año después

 

El ex presidente del BCE, Mario Draghi, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La Comisión Europea tenía un gran propósito como parte de este nuevo mandato: impulsar la competitividad comunitaria. Se hacía necesario en un mundo en el que las principales potencias hacen sus apuestas por sus propias economías. Y en este escenario, Bruselas encomendaba al exprimer ministro italiano Mario Draghi que realizara un informe con las acciones debía tomar. El informe llegó en septiembre del año pasado, pero transcurridos diez meses desde que arrancó la legislatura tan solo se han implementado un 11% de las recomendaciones del italiano.

La monitorización que lleva a cabo el think tank Consejo Europeo de Políticas de Innovación revela que, hasta la fecha, Bruselas tan solo ha implementado el 11,2% de las recomendaciones del expresidente del Banco Central Europeo. Este era uno de los riesgos que resonaban por los pasillos de las instituciones comunitarias el año pasado, aunque Draghi y el otro exprimer ministro italiano, Enrico Letta, elaboren sendos informes, acabarán olvidados en algún cajón de un despacho en Bruselas.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hacía de la competitividad prioridad de su nuevo mandato que arrancaba en diciembre. Era necesario para impulsar a la industria europea y relocalizar la producción en suelo comunitario. Sin embargo, una de las más evidentes peticiones de Draghi continua sin cumplirse: que se destine una inversión anual del 5% del PIB a la partida de Competitividad, unos 800.000 millones de euros.

El político italiano elaboraba un largo y denso informe con casi 400 recomendaciones que Bruselas podía aplicar. La advertencia, por su parte, llegó hace cosa de un mes: "se necesitan inversiones masivas en el futuro" y "debemos hacerlo, no cuando las situación sea insostenible, ahora, cuando aún tenemos el poder de dar forma a nuestro futuro".

Bruselas lanzó a principios de año su Compás de Competitividad, una hoja de ruta con la que prometía cumplir con las líneas marcadas por Draghi. Ponía sobre la mesa también su Pacto por la Industria Limpia, la continuación a nivel industrial de las políticas del Pacto Verde europeo para la descarbonización de la Economía. Pero tan ambiciosas guías se quedan sin propuestas concretas que puedan ser trasladadas a la realidad.

Cuando presentó su informe, el expresidente del BCE subrayaba que la UE necesitaba un "cambio radical" en un momento en el que tanto Estados Unidos como China se negaban a seguir las reglas de comercio internacional. Era un momento en el que ambos países impulsaban políticas proteccionistas que se traducían en un amplio estímulo de subsidios para la industria estadounidense, una práctica que Pekín ya toma por habitual.

Cuando Trump llegaba al poder, Draghi lanzaba un mensaje de urgencia para impulsar la competitividad de la UE. El cambio en el ejecutivo de la Casa Blanca "marcará una gran diferencia en las relaciones entre EEUU y Europa". Tanto ha sido así que desde el inicio de mandato, las relaciones con Washington han tomado protagonismo semana sí, semana también, dejando en un segundo plano cualquier estrategia que tuviera pendiente implementar la UE. La urgencia se centró en las relaciones comerciales y la competitividad quedaba relegada a un segundo plano.

Por eso no sorprende. No sorprende que de los 800.000 millones que el italiano consideraba necesarios, y para los que consideraba incluso una emisión de deuda conjunta, solo se hayan propuesto 400 millones de euros en el presupuesto comunitario para los próximo siete años, es decir, de 2027 a 2034.

De la deuda conjunta no se ha oído hablar. Lo único mínimamente parecido que se ha puesto sobre la mesa son los 150.000 millones de euros en préstamos para Defensa, a los que España han asignado 1.000 millones. De momento, tanto Alemania como Países Bajos se han mostrado reacios, como mínimo, a cualquier cosa que se parezca a la deuda conjunta. Y estos préstamos, que los países tendrán que devolver son lo más parecido a las pretensiones de Draghi.

En este sentido, parece que si da espacio a ese impulso al sector de defensa, con ese plan de 800.000 millones que Bruselas conjugaba agregando a estos préstamos la posibilidad de activar la cláusula general de escape a nivel nacional y financiación a través del Banco Europeo de Inversiones. Von der Leyen nombraba un comisario de Defensa, con su propia estructura y su propia financiación.

Mercado único

Otra de las propuestas que, planteaba Letta era la creación de una Unión de Ahorro e Inversión, la versión evolucionada de la unión de mercado de capitales. Hay una propuesta sobre la mesa, aunque todavía vaga. Pero Bruselas se ha comprometido a presentar un plan de acción hasta 2028. "Presentaremos una hoja de ruta del mercado único hasta 2028. Sobre capital, servicios, energía, telecomunicaciones, el 28º régimen y la quinta libertad para el conocimiento y la innovación"; decía Von der Leyen ante la Eurocámara.

Hace un año, Mario Draghi presentó su informe sobre competitividad. El primer acto de la nueva Comisión fue traducirlo en políticas y acciones. Esta es la mentalidad de urgencia que prometimos ↓


Un informe del 'think tank' EPIC pone de manifiesto la lentitud de la UE que desespera al ex presidente del BCE: "Seguir como siempre es quedar atrás. Un camino diferente exige velocidad y significa entregar resultados en meses, no en años"









No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares