Los agricultores españoles rechazan el acuerdo y no descarta emprender acciones legales
La modificación del acuerdo comercial Euromediterráneo entre la UE (Unión Europea) y Marruecos desespera a los productores comunitarios y sonríe al vecino del sur.
La Comisión Europea ha cerrado un cambio sustancial en su trato con el reino de Mohamed VI, declarado ilegal por el TJUE en su sentencia del 4 de octubre de 2024, para ajustarse al impedimento que condenaba la inclusión de frutas y verduras cosechadas en suelo saharaui dentro del tratado preferencial.
La institución del viejo continente ha estrujado la ley y, mediante un procedimiento de urgencia que hace que la cuestión únicamente necesite el visto bueno del Consejo –por lo que no será sometida a votación en el Parlamento–, señala contar con el consentimiento «de manera implícita» para explotar naturales del Sáhara Occidental, ya que al ser un territorio no autónomo se puede presumir el consentimiento siempre que el acuerdo «no dé lugar a ninguna obligación para dicho pueblo y que este obtenga un beneficio específico, tangible, sustancial y verificable de la explotación de los recursos naturales del territorio, proporcional al grado de dicha explotación».
Los términos de la propuesta del Consejo a Marruecos, a la que ha tenido acceso El Debate, confían al país magrebí el control del etiquetado de los productos del Sáhara Occidental que entrarán en Europa y deja en sus manos del la emisión de certificados de conformidad sobre el origen.
Estas concesiones se han topado con el rechazo frontal de los agricultores españoles, que temen las consecuencias de en forma de competencia desleal. Mientras, al otro lado del Estrecho de Gibraltar, se congratulan con un desenlace que va mucho más allá de un pacto comercial: «El acuerdo es visto como una defensa de la soberanía marroquí sobre su territorio y un impulso para expandir las asociaciones estratégicas entre la UE y Marruecos», apunta el diario marroquí Rue20.
La crónica, que abraza las bondades que supone para Marruecos la modificación que les permite explotar el suelo saharaui, reitera el poder del reino alauita sobre la zona: «El nuevo acuerdo, resultado de extensas negociaciones, asegura que los productos agrícolas de las provincias del sur mantendrán el acceso preferencial al mercado europeo, en las mismas condiciones que los productos del resto del reino», en contra de la decisión de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), que cuenta con el Sáhara Occidental en su lista de Territorios No Autónomos y pendiente de descolonizar desde 1963.
El medio marroquí, cuya línea editorial es próxima al rey Mohamed VI, señala que los tomates y melones producidos en el Sáhara Occidental serán etiquetados bajo la identificación de las regiones 'El Aaiún-Sakia El Hamra' y 'Dajla-Oued Eddahab', siendo esta última clave para Marruecos, que proyecta allí un macroplan de 5.000 hectáreas de regadío con agua de mar desalinizada.
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