Marruecos se ofrece a acoger en su territorio a tropas francesas expulsadas del Sahel
Tropas francesas en la operción Barkhane. Foto Ministerio de las Fuerzas Armadas Francesas.
Marruecos
piensa que acoger tropas francesas supondría un elemento disuasorio
contra cualquier posible acción armada por parte del Frente POLISARIO.
En una propuesta de los servicios de inteligencia marroquíes (L’DGED), a la que este medio tiene conocimiento de su contenido, el régimen de Marruecos se ofrece voluntariamente a Francia para convertirse en el «último bastión» de Françafrique. Los servicios de inteligencia marroquíes reivindican abiertamente la propuesta a Francia. Sin embargo, hasta el momento, Francia ha ignorado la propuesta.
Los recientes acontecimientos en Chad y Senegal confirman una
tendencia inevitable: el cuestionamiento de la presencia militar
francesa en África. Si París se esfuerza por promover una asociación
“renovada” y “co-construida”, según el informe presentado recientemente a Emmanuel Macron por
sus servicios de inteligencia, queda por ver si este enfoque será
suficiente para restaurar la confianza en gran medida erosionada. Mientras Francia reduce progresivamente su fuerza militar en el continente, manteniendo sólo pequeños contingentes en países como Gabón o Costa de Marfil, su papel futuro en África dependerá
de su capacidad de adaptarse a un mundo multipolar donde las antiguas
potencias coloniales deben afrontar nuevos equilibrios de poder.
La propuesta de los servicios de inteligencia marroquíes reconoce que «mientras Francia está perdiendo gradualmente su influencia en África, incluso en países históricamente aliados como Chad y Senegal, Marruecos se está posicionando como un actor en un nuevo orden regional. Marruecos está listo para llenar los vacíos dejados por París», dice la propuesta liderada por un elemento que opera bajo el nombre ‘Badr Tedlaoui», un nombre ficticio que utilizan los servicios secretos marroquíes para sus propuestas y lobbys en Europa.
Chad, el último bastión de Francia en el Sahel tras la expulsión forzosa de sus tropas de Mali, Burkina Faso y Níger,
anunció el pasado 28 de noviembre que ponía fin al acuerdo de defensa y
seguridad firmado entre ambos países desde hace más de cuatro décadas.
Senegal por su parte sigue los pasos de sus colegas en la región. El nuevo presidente Bassirou Diomaye Faye anunció
el pasado 30 de noviembre el cierre inmediato de las bases militares
francesas en Senegal, medida que forma parte de su promesa de
restablecer la soberanía sobre todo el territorio nacional senegalés.
Mientras los países del Sahel abogan por completar la soberanía plena sobre sus territorios nacionales, Marruecos se ofrece a acoger estas tropas, que Francia no quiere sacar de África por motivos hegemonicos.
Desde 2022, los países del Sahel bajo sus respectivas juntas militares han dado un giro estratégico hacia Rusia, marcando una ruptura radical con Francia. Malí, Burkina Faso y Níger expulsaron
a las fuerzas francesas y denunciaron los acuerdos de defensa vigentes.
Estos acontecimientos atestigua un profundo rechazo popular a la
presencia francesa, percibida como neocolonial.
«Marruecos se ofrece abiertamente a acoger las tropas francesas ante la negativa de la OTAN»
La propuesta de L’DGED (…) dice que Rabat sigue siendo el único aliado inquebrantable de Francia en África. El apoyo de París a Marruecos en el Sáhara Occidental ilustra una reorientación estratégica de la política francesa en África, tras la expulsión de sus tropas de Chad, Mali, Senegal, Burkina Faso y Níger. «A
cambio del reconocimiento francés de la soberanía de Marruecos sobre el
Sáhara Occidental, Rabat habría aceptado acoger estas tropas», apunta un experto en seguridad en el Sahel y Norte de África.
Según los expertos, la decisión de Marruecos de ofrecerse voluntariamente a acoger en su territorio a las tropas francesas, envía una señal clara. La presencia de las tropas francesas serviría como elemento disuasorio contra cualquier posible acción armada coordinada del Frente POLISARIO.
La OTAN (Alianza militar del Tratado Transatlántico Norte) reduce
su presencia en Marruecos a patrullas rutinarias (cada un año) en el
estrecho de Gibraltar y la costa atlántica, algo que Rabat considera insuficiente. La OTAN prefiere Mauritania, para su despliegue militar y punto de establecimiento para su estrategia frente al terrorismo en el Sahel.
Mauritania, a pesar de su estrecha relación con Francia y Estados Unidos, firmó un acuerdo militar con Moscú en
junio de 2021. Este acuerdo militar sería la puerta de entrada de Rusia
para aumentar su influencia en este país estratégico que une la región
del Norte de África con África Occidental. Sin embargo, Nuakchot elige definitivamente estar en la órbita de Washington.
No cabe duda de que la intensificación de las visitas de líderes
militares estadounidenses y europeos a Nuakchot suscita la preocupación
de Rabat que tiene celos de Mauritania, especialmente a la luz de las conversaciones sobre el deseo de la OTAN de establecer una base militar en la costa mauritana. Lo cierto es que la alianza militar Transatlántica no
sólo busca establecer una base militar en Mauritania, sino también se
esfuerza a socavar cualquier intento ruso de expansión hacia Mauritania y la costa atlántica y amenaza el sur de la alianza.
Durante la última visita del ministro de exteriores ruso, Sergey Lavrov, a Mauritania Moscú abordó con Nuakchot el posible establecimiento de una base militar de la alianza liderada por EE.UU en su territorio. El titular de exteriores ruso ofreció a Mauritania arsenal militar pesado, en cambio Nuakchot tendría que suspender su alianza con Occidente, ya que, según Lavrov, amenazaría la presencia del grupo paramilitar ruso Wagner en Mali.
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