Origen tortuoso del día de la mujer trabajadora


 
¿Una mentira cien veces repetida hace una verdad?
 
Origen tortuoso del día de la mujer trabajadora. Nos han predicado "ex cátedra" que el origen del día de la mujer trabajadora está en las obreras de Boston, víctimas de sus malvados patronos. Pues esto es una gran mentira. Nunca tuvo lugar ese suceso según han demostrado los historiadores
. También es falso que la conmemoración del 8 de marzo tiene su origen es una huelga de mujeres en Chicago, y así lo señala la periodista Julia Escobar en un artículo en la prensa. 
 
 Todos hemos oído, y la prensa no para de repetirlo todos los años, que tiene su origen en la huelga de mujeres que hubo el 8 de marzo de 1909, salvajemente reprimida por la Policía, que unos sitúan unas veces en Boston, otras en Chicago o Nueva York. Pero siempre ― ¡oh casualidad! ― en los Estados Unidos. Pues bien, alertadas por la multiplicidad de variantes, unas historiadoras norteamericanas repasaron concienzudamente la prensa americana de esos años y como no encontraron ese luctuoso suceso recogido en ninguna parte llegaron a la conclusión de que no era más que una leyenda.

Ese suceso es un invento de los partidos comunistas estalinistas para desacreditar a los Estados Unidos. Esta mentira y otras se abrieron camino entre 1945 y 1955, debido al auge de los partidos comunistas al término de la segunda guerra mundial.

Lo curioso es que estas falacias se situaban intencionadamente en los Estados Unidos, lugar de sueños para unos, el infierno capitalista para otros..

No obstante ahí está el día de la mujer trabajadora, que es un buen momento para volver a poner sobre la mesa los problemas de las mujeres trabajadoras, los que tienen si además quieren atender a su familia, las que son esclavizadas sexualmente, las que ven vulnerados sus derechos más elementales.

Lo grave de todo esto es que con la celebración del día de la mujer trabajadora los partidos de izquierdas pretendían enmascarar su antifeminismo.

Precisamente, son esos problemas y los enfrentamientos entre mujeres dentro de ellos los que establecieron esa fecha del 8 de marzo para celebrar el día de la mujer trabajadora. Las feministas de principios de siglo acusaban a los socialistas, organizados ya en un poderoso entramado obrero internacional, de repetir los esquemas tradicionales frente a la mujer y de no interesarse por sus derechos ni, por supuesto, por los de la mujer trabajadora.

Por su parte, los socialistas acusaban a las feministas de "burguesas" y desconfiaban de las sufragistas.

No sólo fue en España donde Victoria Kent y sus muchachos consideraron que si las mujeres votaban lo harían a la derecha, también lo pensaban sus colegas franceses, alemanes e italianos. La extensión del sufragismo internacional también es un hecho y de ellas surge la idea de celebrar un día anual en el campo para celebrar la causa.

La II Internacional socialista sigue en sus trece: no admitirán a las sufragistas ni a las "feministas burguesas". Pero las mujeres socialistas también quieren luchar por el voto. Se produce, pues la escisión, y las americanas fundan la Women National Socialista Union.

Aquí volvemos a Chicago, donde un grupo de sufragistas independientes organizan un mitin el 3 de marzo de 1909, mientras que las socialistas de Nueva York lo hacen el 8 de marzo. Empieza entonces una lucha de fechas: las socialistas proponen el último domingo de febrero, las alemanas el 19 de marzo y en Suiza el 1 de mayo.

El 8 de marzo se fijará después de la revolución soviética. La III Internacional comunista crea un secretariado internacional dirigido por Alexandra Kollontaï (feroz antagonista de las feministas al principio) y Clara Ztekin. Lo que se conmemora es la manifestación de las mujeres de Petrogrado reclamando pan y la vuelta de los soldados, que se produjo el 23 de febrero de 1917 según el calendario juliano y el 8 de marzo para los occidentales.

Pero esta fecha no cuajó tan deprisa, aún hubo sus peleas entre socialistas (partidarias del último domingo del mes de febrero) y comunistas, partidarias del 8 de marzo. La cuestión quedó zanjada con la eclosión de los partidos comunistas a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Por eso ahora, muy lejos ya de todas esas batallas, celebramos el 8 de marzo el día internacional de la mujer, que es una fecha más en el calendario de nuestras festividades sociales y culturales.

¿ Sorprendente verdad ?

Tendremos que recordar este mensaje a nuestros medios de comunicación a principios de cada mes de marzo. 


 

"Nadie" reclama el millón de pesetas?..

 

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

La verdad sobre los orígenes comunistas (borrados) del Día Internacional de la Mujer

Autoras como Liliane Kandel o François Picq han defendido que la vinculación con la huelga sangrienta de Nueva York o con una remota manifestación ocurrida, supuestamente, un 8 de marzo de 1857 fueron creaciones mitificadas surgidas en plena Guerra Fría para eliminar el carácter ruso que en verdad tiene el Día de la Mujer

 Sobre el origen del Día Internacional de la Mujer existe confusión sobre por qué se eligió tal fecha y no otra. Según el «Diccionario ideológico Feminista» , de Victoria Sau, aquel día de 1908 «las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York llamada Cotton declararon una huelga en protesta por las condiciones insoportables de trabajo. El dueño no aceptó la huelga y las obreras ocuparon la fábrica. El dueño cerró las puertas y prendió fuego muriendo abrasadas las 129 trabajadoras que había dentro». En aquellos años, los salarios que recibían las mujeres eran inferiores en más de la mitad a lo que percibían los hombres y, de hecho, ambos compartían condiciones inhumanas en las tareas industriales. Una fecha perfecta para denunciar la injusticia, sino fuera porque aquel domingo de 1908 (extraño día para realizar una huelga) no se registró ningún suceso parecido en Nueva York
 
 Lo más parecido a esta tragedia ocurrió en la Gran Manzana , sí, pero tres años después. El 25 de marzo de 1911, la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist ardió de madrugada con centenares de mujeres que trabajaban en el interior de aquel edificio de diez plantas y que no pudieron escapar de las llamas porque los propietarios habían bloqueado todos los accesos para evitar robos en su interior. La dramática escena en el corazón de Manhattan conmocionó a la opinión pública y costó la vida a 146 mujeres. Se describió en la época las escenas vividas como de «pánico horroroso». La mayoría de las víctimas eran jóvenes inmigrantes, de origen judío e italiano, que se ganaban precariamente la vida en el taller textil de la firma.

La tragedia sirvió para que las leyes estadounidenses comenzaran a recoger mejoras de la seguridad en el trabajo del sector industrial. Además, el sindicato Women's Trade Union League y el International Ladies' Garment Workers Union organizaron una serie de protestas contra esta tragedia, entre las que destacó el desfile funerario silencioso, que reunió a una multitud de unas 100.000 personas.

Aquella huelga sangrienta marcó así un antes y un después para el movimiento feminista. Sin embargo, la efeméride no tiene ninguna relación con el 8 de marzo. Es más, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez ese año: ¡seis días antes de la tragedia! En la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en Copenhague, se había proclamado, a propuesta de Clara Zetkin, el 19 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. La propuesta se aprobó por unanimidad en la conferencia, que contaba con más de 100 mujeres pertenecientes a 17 países distintos, entre las que se encontraban las primeras tres mujeres elegidas al parlamento de Finlandia.

Borrar el carácter ruso del Día de la Mujer

En paralelo a la tragedia de Nueva York, Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza celebraron el 19 de marzo de 1911 el primer Día Internacional de la Mujer con una serie de mítines a los que asistieron más de un millón de personas exigiendo la igualdad con el hombre, derecho al voto, derecho al trabajo, derecho a ocupar cargos públicos, derecho a la formación profesional y a no ser discriminadas.

De tal modo que la razón de ser de la actual fecha del Día de la Mujer hay que buscarla en la Rusia revolucionaria . Las mujeres rusas celebraron una serie de actos de protesta el último domingo de febrero de 1913, en el contexto del movimiento pacifista que surgió en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Una iniciativa pronto imitada por otras mujeres de Europa para solidarizarse con las mujeres rusas. En 1917, las rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de «pan y paz». La caída del Zar y la llegada de un gobierno provisional concedieron a las mujeres al menos el derecho al voto.

Aquel histórico domingo era 23 de febrero según el calendario juliano, que entonces se utilizaba en Rusia; sin embargo, según el calendario gregoriano, utilizado en otros lugares, era 8 de marzo. La jornada se convirtió a partir de entonces en el Día Internacional de la Mujer y fue asumida por el resto de Europa.

Así y todo, habría que esperar hasta 1977 para que la Organización de Naciones Unidas convirtiera esa fecha en el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, «para conmemorar la lucha histórica por mejorar la vida de la mujer». Un texto fundacional que apenas hace referencia a los sucesos vividos en Rusia en 1917. De ahí que autoras como Liliane Kandel o François Picq hayan defendido que la vinculación con la huelga sangrienta de Nueva York o con una remota manifestación ocurrida, supuestamente, un 8 de marzo de 1857 fueron creaciones mitificadas surgidas en plena Guerra Fría para eliminar el carácter ruso que en verdad tiene el Día de la Mujer.

 

 

 

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