Se suma al «pfizergate»
Ursula von der Leyen se enfrenta una nueva investigación ética por la desaparición de sus mensajes de texto con Emmanuel Macron, intercambiados durante las negociaciones del polémico tratado comercial entre la Unión Europea y el bloque del Mercosur. El caso ha vuelto a encender las alarmas en Bruselas, donde ya se acumulan sospechas sobre la forma opaca en que la presidenta de la Comisión maneja comunicaciones clave.
La controversia comenzó cuando un periodista del medio Follow The Money reclamó en 2024 el acceso a uno de esos mensajes. Pasaron quince meses sin respuesta, hasta que la solicitud fue rechazada bajo el argumento de que el texto se había enviado a través de Signal con la opción de autodestrucción activada, por lo que no quedaba rastro en el móvil institucional de Von der Leyen.
No es la primera vez que la jefa del Ejecutivo comunitario queda en entredicho por este tipo de prácticas. A comienzos de 2025, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que la Comisión había actuado de forma irregular al ocultar los intercambios privados que Von der Leyen mantuvo con Albert Bourla, consejero delegado de Pfizer, en el marco de la compra de casi 1.800 millones de vacunas contra la covid-19. El TJUE consideró que las explicaciones ofrecidas entonces —negación inicial de la existencia de los mensajes, posterior alegación de que habían sido borrados— carecían de rigor y se basaban en «supuestos o información contradictoria».
El nuevo escándalo coincide con el momento más delicado para el pacto con Mercosur, concluido tras un cuarto de siglo de negociaciones y que, de ser ratificado, abriría un mercado común de más de 700 millones de personas. Agricultores europeos, en especial franceses, denuncian que esta apertura podría arruinar sus explotaciones al inundar los supermercados con carne y productos agrícolas más baratos y de menor calidad procedentes de Sudamérica. A ello se suman las advertencias de grupos ecologistas, que alertan de la devastación medioambiental en selvas y territorios indígenas de Brasil.
En septiembre, pese a las críticas, la Comisión Europea presentó el texto final junto con un paquete de supuestas salvaguardas para proteger al campo europeo. Sin embargo, el estallido de la investigación sobre los mensajes con Macron amenaza con eclipsar por completo ese intento de blindaje político. El organismo de control ético comunitario ya ha solicitado documentación interna y ha convocado a los responsables de la Comisión a una reunión antes de mediados de octubre.
El caso llega en un clima de creciente malestar en el Parlamento Europeo. Hace apenas unos meses, 75 eurodiputados conservadores impulsaron una moción de censura contra Von der Leyen por su resistencia a entregar los mensajes con Pfizer, acusándola de concentrar poder y socavar la transparencia institucional. Aunque la moción fue derrotada, marcó un hito: era la primera en más de diez años contra un presidente de la Comisión.
El eurodiputado rumano Gheorghe Piperea, principal promotor, denunció entonces que la presidenta está construyendo “una concentración antidemocrática de poder” incompatible con el equilibrio entre instituciones. Para muchos críticos, el episodio del Mercosur confirma que el secretismo de Von der Leyen no es un error aislado, sino un patrón recurrente que debilita la confianza en Bruselas y alimenta la percepción de corrupción en el corazón de la UE.
Unai Cano
El acuerdo UE-Mercosur inundará Europa con alimentos tratados con pesticidas prohibidos, mientras Bruselas impone restricciones asfixiantes a sus propios agricultores
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