Entrevista con Marcelo Gullo, el politólogo argentino que quedó en medio de la polémica entre México y España

 

Entrevista con Marcelo Gullo, autor de "Nada por lo que pedir perdón" y "Lo que América le debe a España"

La presidente electa Claudia Sheinbaum no invitó al Rey de España a su asunción, porque éste no pidió disculpas por la Conquista de hace 500 años. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, calificó esta actitud como “inaceptable”, y Alberto Feijoó, jefe de la oposición, dijo que le enviará a la nueva mandataria mexicana el libro “Nada por lo que pedir perdón”, del ensayista rosarino

 No es la primera vez que el nombre de Marcelo Gullo Omodeo aparece en medio de la polémica generada por el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a partir de su extemporáneo pedido de disculpas a la Corona española por la conquista de México. Un absurdo histórico y político.

 En 2021, cuando se conmemoran los 500 años de la caída de Tenochtitlán, el presidente mexicano lanzó una diatriba contra Gullo al que calificó de “escritor pro-monárquico de nuestro continente”. AMLO aludió indignado a la afirmación del ensayista argentino de que “España no conquistó a América, sino que España liberó a América, pues Hernán Cortés, cito textualmente, ‘aglutinó a 110 naciones mexicanas que vivían oprimidas por la tiranía antropófaga de los aztecas y que lucharon con él’”.

 Un par de años antes, en 2019, López Obrador le había enviado al Rey de España una carta exigiendo una disculpa pública por la Conquista.

 Ahora, la presidente electa de México, Claudia Sheinbaum, ahijada política de AMLO, quiere dar continuidad a la polémica negándose a invitar a Felipe VI a la ceremonia de inauguración de su mandato el 1° de octubre, con el argumento de que la Corona española le faltó el respeto a su antecesor al no responder su amable invitación a la autocrítica.

Claudia Scheinbaum, presidente electa de México

Lo irónico es que esta es una pelea de dos gobiernos progresistas, ambos cultores de la leyenda negra antiespañola. En 2019, España, ya gobernada por Pedro Sánchez, anunció que no conmemoraría oficialmente los 500 años de la hazaña de Hernán Cortés, verdadero fundador de México.

Pero el destrato al Rey fue demasiado y a Sánchez no le quedó más remedio que reaccionar. Calificó de “inaceptable” e “inexplicable” la exclusión de Felipe VI de la toma de posesión de Sheinbaum y anunció que tampoco él asistiría a la ceremonia. No habrá ninguna representación diplomática de España en la ceremonia. La extrema izquierda española, en tanto, se apresuró a avisar que sí estará presente. La humillación a España en la persona de su Rey no la concierne.

Claudia Sheinbaum habló de “agravio” al pueblo mexicano -por la no respuesta a la carta de AMLO- y avisó que su Gobierno insistirá en reclamar la disculpa de España. La falsificación de la historia como política de Estado.

En medio de la polémica, el jefe de la oposición española, Alberto Núñez Feijoó, diputado y presidente del Partido Popular, dijo que le enviaría a Sheinbaum un ejemplar del libro “Nada por lo que pedir perdón”, que es el segundo de la trilogía escrita por Marcelo Gullo contra la leyenda negra antiespañola.

“Nada por lo que pedir perdón” lleva por subtítulo “La importancia del legado español frente a las atrocidades cometidas por los enemigos de España”, y fue precedido por Madre Patria. Desmontando la leyenda negra de Bartolomé de las Casas al separatismo catalán, y seguido por Lo que América le debe a España. El legado español en el Nuevo Mundo. Los tres han sido best sellers en la categoría ensayos en España, pero no se venden en las librerías de Hispanoamérica lo que da la medida de hasta qué punto ha penetrado en nuestros países la leyenda negra antiespañola que en el fondo es también la deslegitimación de nuestros orígenes históricos y culturales.

“En España vendí 50 mil ejemplares de mis libros, creo que acá vendería por lo menos 1000 como para cubrir el costo de la impresión pero pese a ello no lo quieren editar”, ironiza Gullo, tomándose con humor lo que en el fondo es serio: se llama censura.

Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de El Salvador y con estudios de posgrado en Ginebra y en Madrid, Marcelo Gullo es autor de varios libros sobre política internacional y los procesos de construcción de naciones. Es conferencista y profesor en la Escuela Superior de Guerra.

— Asistimos en estos días a un cruce entre México y España por el tema de la conquista. Claudia Sheinbaum, la nueva presidente de México que va a asumir el 1° de octubre decidió no invitar al Rey de España, con el argumento de que España no pidió perdón por la conquista de hace 500 años. Por un supuesto genocidio. Pedro Sánchez reaccionó por fin y se produjo un cruce de declaraciones. En el medio de ese debate aparecés vos, un historiador argentino, citado por Alberto Feijoó. ¿Qué hiciste para estar en esa polémica?

— Bueno, lo que hice fue publicar tres libros que causaron un gran impacto en España. El primero fue “Madre Patria”, desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas -el más grande mentiroso de la historia- hasta el separatismo catalán. El presidente López Obrador me insultó en público, yo le contesté con una carta abierta que fue publicada en el diario El Mundo diciéndole que esto se podía zanjar con un debate en una ciudad neutral como Ginebra, que él eligiera cuatro historiadores y yo cuatro, y discutiéramos como se hacía en las antiguas universidades cuando había libertad académica para ver y sacar alguna conclusión al respecto. Por supuesto, el presidente no contestó. Después publiqué “Nada por lo que pedir perdón”, que es el libro que el señor Feijoó, el jefe de la oposición en España, líder del Partido Popular, dice que le va a regalar a la futura presidente de México. Finalmente, “Lo que América le debe a España”. Estos libros causaron cierto revuelo también en México. 

— Uno se preguntaría si López Obrador y Claudia Sheinbaum tienen ascendencia azteca, por esta queja hacia España... Tengo entendido que López Obrador es 100% sangre española.

— Es asturiano, vienen de Asturias, todos sus parientes, la señora Claudia tampoco tiene nada que ver con los aztecas. Pero eso no sería el problema. El problema reside en que la señora Claudia, y hago hincapié en ella porque es todavía más incisiva que López Obrador, porque viene de la formación del antiguo Partido Comunista, ella tiene, como todos los mexicanos, el síndrome de la mujer maltratada por un golpeador. No se atreve a denunciarlo. Digo esto porque en realidad el subdesarrollo de México no es culpa de España. La verdad que yo publico en mis libros es que, al momento de la independencia de España, la Ciudad de México era mucho más rica que todos las ciudades de Estados Unidos, que eran aldeas, Boston, Nueva York etc. Algún indigenista me acusará de blanco, europeo, argentino, de derecha, católico. No, no, esto es un dato científico, recabado por el barón von Humboldt, que era un hombre fervientemente anticatólico y antiespañol. Pero tenía lo que no tienen hoy profesores en las universidades: objetividad. Cuando llega a México, ¿qué dice Humboldt? Ah, nunca vi esto, nunca vi una ciudad tan moderna. Era 1820. Nunca vi una ciudad tan moderna como México. No hay ciudad comparable en Europa. Y cómo es la suerte de los hombres de las clases bajas? Porque quería encontrar algo en contra de España y no podía.

— A eso vino en realidad. Humboldt vino para hacer un informe negativo.

— Cierto, era de esos hombres enemigos de España y del catolicismo, pero que tenían objetividad, es decir, eran científicos, profesores. Se pregunta cómo es la vida de los sectores populares. Y dice señores, acá hay un mito. Acá no existe el trabajo forzado en la mina, todo el trabajo es asalariado. Saca las cuentas y dice un minero en México Gana tres veces más que en Alemania, mucho más que en Rusia y mucho más que en Inglaterra. Y dice: los sectores populares en México comen más carne, más pan y toman más vino que los sectores populares en París. Es decir, que el subdesarrollo de México no se lo deben a la conquista española. Se lo deben a que los Estados Unidos les quitó el 60% de su territorio. Y no cualquier pedazo de territorio. Les quitó California en 1848. Y se convierte Estados Unidos en el principal productor de oro del mundo, gracias a California. Les quitó Texas en 1910. Y Estados Unidos se convierte en el principal productor de oro negro del mundo, de petróleo, gracias a Texas. ¿Y por qué digo lo del síndrome de la mujer golpeada o síndrome de Estocolmo? Porque los mexicanos son valientes delante del Rey de España. Pero muy cobardes delante de los Estados Unidos, porque se esconden debajo de la mesa antes de decirle a Trump o a Biden, o a Kamala si gana, que pidan perdón por haberles robado el 60% de su territorio.

— Sheinbaum continúa a AMLO en eso de reclamar a España y no a Estados Unidos...

— Sí, porque ella jamás, jamás, en un solo discurso, criticó a ningún presidente de Estados Unidos, sino que los admira, le da besitos a Kamala.

— Otra cosa que constata Humboldt cuando llega a América es que no hubo genocidio. Se sorprende por la cantidad de indios que hay. Sin embargo se siguen manejando cifras exorbitantes de masacres, a partir de ciertos libros, porque Bartolomé de las Casas tuvo mucha cría, como el famoso “Las Venas abiertas de América Latina”, de Eduardo Galeano, con los millones de indios masacrados por España. Y vos decís que quien más seriamente estudió el tema es Ángel Rosenblat, polaco nacionalizado venezolano y que hizo su carrera en la UBA, que estableció una cifra más realista de la posible población de la América precolombina demostrando que es imposible que los españoles hayan matado 40 millones de indios, porque no los había...

— El estudio más serio sobre la población en América lo hizo un científico argentino, y jamás nadie se atrevió a refutarlo porque era muy sólido en antropología y estadísticas. Es Ángel Rosenblat que dice mal pudo haber un genocidio. Sus cálculos dan 14 millones de habitantes. En cuanto a Galeano, él mismo dice al final de su vida, porque uno se va a morir quiere que le perdonen las mentiras, que no volvería a leer ese libro porque “Las venas...” es un panfleto. Y sin embargo, todos los papanatas de la UBA estudian el libro de Galeano y no el de Rosenblatt, que fue uno de los más grandes profesores de la UBA. Hay otra cosa que confirma esto. Si vos y yo nos vamos a tomar una cervecita a Georgetown, nos vamos al lado del río en verano, no vamos a ver pasar ningún mestizo anglosajón. Porque la política de Inglaterra fue: el mejor indio es el indio muerto. Vamos a ver pasar un mestizo nuestro. Un mestizo hispanoamericano, nuestro, porque allá no hubo mestizaje. Acá hubo mestizaje.

— Ahora Pedro Sánchez se quejó porque no invitaron al Rey, pero en el 2019, cuando se cumplieron los 500 años de la conquista de México, su gobierno declaró que no iban a conmemorar oficialmente a Hernán Cortés. Es difícil reclamarle a los demás que respeten tu historia si uno mismo no la respeta. Esa decisión de no conmemorar los 500 años de la de la conquista de México no genera respeto ante el mundo y es una constante últimamente en España también.

— Sánchez pertenece a la corriente progresista española, ligada a la corriente progresista hispanoamericana de Evo Morales, López Obrador, el señor Gabriel Boric, la señora Cristina Fernández de Kirchner -en contra de todo lo que pensaron siempre Juan Domingo Perón y Eva Perón. Los progresistas son los caniches de la oligarquía financiera mundial, del imperialismo anglosajón y cumplen el trabajo de dividir España y dividir más Hispanoamérica y por eso asumen la leyenda negra, que es la obra más genial del marketing político británico. Si bien es cierto que nace en Italia pero la leyenda negra toma consistencia en Alemania, en Holanda, y se hace política de Estado en Inglaterra. Además no nace en la izquierda, nace en la derecha, porque son las oligarquías hispanoamericanas las que, cuando definitivamente se lo derrota a Juan Manuel de Rosas, adoptan la leyenda negra. Porque esta gente, Sarmiento, Mitre y compañía, apoyó la invasión anglo francesa. Entonces, para justificar su apoyo al enemigo histórico de la Argentina, asumieron la leyenda que entonces se hace institucional. Nace en la derecha y muta a la izquierda recién en 1930. También va a mutar en España, a partir del Partido Comunista y su hegemonía cultural en España, se van haciendo negrolegendarios. Y entonces pasó algo único en la historia. España es el único país en el mundo que cree la historia contada por sus enemigos. Como si un romano creyese la historia de Roma contada por Cartago. En España, la progresía hace suya la historia que los enemigos de España han escrito sobre España. Entonces dicen que no hay nada que festejar cuando fue Cortés. Pero hay mucho que festejar, porque no hubo conquista española de América, hubo liberación, porque si hacemos una encuesta en México y parásemos a diez personas, ocho de cada diez descienden de aquello que los aztecas se comían. Porque la verdad oculta es que había un imperialismo antropófago que se comía a los pueblos de la periferia, a los tlaxcaltecas, a los totonacas, es decir, al 80% de los mexicanos. Era un imperialismo antropófago. Lo que pasa es que a los mexicanos les han falsificado la historia como a nosotros.

— Hay un diplomático argentino, Sánchís Muñoz se llama, que dice sí hubo un descubrimiento de América. Pero no solo por los españoles; también los indios descubrieron América. Porque cuando llegan los españoles las tribus diseminadas por el continente no tenían conciencia continental, no tenían conciencia de la existencia de otros pueblos, de otras civilizaciones. El absurdo del planteo de López Obrador y Claudia Sheinbaum es que no existía México, que fue fundado por los españoles.

— Sin duda alguna. Como en todo razonamiento, la primera premisa es la más importante. Y la primera premisa errónea del razonamiento negro-legendario es que en América estábamos acá todos felices, haciendo el amor libre, desnudos como en el Caribe y comiendo mango. En realidad, nos estábamos comiendo unos a otros porque los guaraníes eran antropófagos al 100%, los incas eran asesinos absolutos y los aztecas habían montado un imperialismo antropófago. ¿Por qué Cortés, con 400 tipos, puede derrotar un imperialismo que tiene 200.000 soldados? Es matemáticamente imposible. Tenían arcabuces, y entre que se carga un arcabuz me dan 40 flechazos. Al caballo lo mataron al cuarto día. No se asustaron más. Cortés reúne a los pueblos de la periferia. Hartos de que se comieran a sus hijos, a sus nietos, a sus esposas. Les dice marchemos juntos contra este imperialismo antropófago de Tenochtitlán. Juntó un ejército de 300.000 indios y venció a un ejército de 200.000 aztecas. Entonces, la conquista la hicieron los indios, no los españoles. No hubo conquista de América, conquista de México, hubo liberación de Mesoamérica, del imperialismo azteca. Y a partir de ese momento, Cortés prohibió las matanzas y la antropofagia. Comienza una nueva historia. Una reconciliación entre los pueblos indígenas, y de mestizaje. Cortés cumple el mandato de la reina Isabel la Católica: “Cásense españoles con indias e indias con españoles”. Cortés cumple eso. Y ahí nace México. Antes no existía México, existía Tenochtitlán, el imperialismo antropófago que se comía a los vencidos. No lo dice Marcelo Gullo, lo dicen los norteamericanos pro aztecas, como Prescott. Se comían, según Prescott, 20.000 por año. Y dice una frase terrible: “No me atrevo a decir que la cifra de 150.000 sea falsa”. Pongamos un punto medio, 80.000. ¿Sabes cuánto da por año? Si fuese hoy, matarían 4 millones de personas por año.


 El emperador Moctezuma II y Hernán Cortés (imagen: lahistoriamexicana.mx)

— ¿En la proporción actual?

— En la proporción actual. Fueron el imperialismo más genocida de la historia de la humanidad. Al llegar Cortés a México, elimina el genocidio de los pueblos oprimidos, los libera, libera Mesoamérica.

— Decís que la falsificación de la historia trae la mala política. ¿Qué consecuencias ves en el presente, en los países latinoamericanos, del hecho de que casi todos están adhiriendo, su élite, a esta versión de la historia.

— A mí no me interesa el pasado por el pasado mismo, porque si no sería como ir a un museo a ver cuadros. Yo soy un cientista político, que toma la historia como material para entender el presente y vislumbrar el futuro. El indigenismo es la etapa superior del imperialismo anglosajón y del imperialismo internacional del dinero. Porque el indigenismo se basa en la leyenda negra, es decir, en desterrar todo lo que trajo España. Entonces tenemos que volver a la pluralidad de lenguas. Había más de 1200 lenguas en Hispanoamérica, es decir, nos fragmentaríamos lingüísticamente. ¿Y qué es lo que pasa? Lo mismo que pasó en España con Cataluña. Cuando vos te fragmentás lingüísticamente, primero empiezan en la escuela primaria, después la secundaria, la universidad, después la la municipalidad. A los 40 años nadie se puede comunicar con nadie y se rompe la unidad política. Y entonces se cumple el sueño del imperialismo anglosajón y hoy el de la oligarquía financiera internacional. Fragmentarnos. Por eso digo que Boric, Petro, Claudia Sheinbaum, son la mano de obra más barata que jamás tuvo el imperialismo anglosajón. ¿Cuál es nuestra tragedia? Que cuando el mundo marcha al continentalismo, a las grandes unidades continentales, los Estados Unidos que ya tienen Canadá y a México, está Rusia y su zona de influencia, China y la India, es decir, el futuro del mundo. Nuestra única forma de estar sentados en esa mesa es siendo también un continente, yendo unidos. Justo cuando el mundo marcha al continentalismo, nosotros nos vamos a fragmentar y a convertir en segmentos anónimos del mercado mundial. Es decir, va a haber varios Perú, uno quechua, uno aymara, etcétera, dos Ecuador, dos Chile -uno mapuche otro quién sabe qué cosa-, y la Argentina también corre ese riesgo porque hay en el sur una operatoria para crear una nación mapuche artificial. Vamos a llegar justo en el momento de los estados-continente más fragmentados que nunca. Somos unos estúpidos bárbaros. Tenemos que suicidarnos por idiotas. ¿Pero por culpa de quién? Por culpa de progresistas, como Sheinbaum, Boric, Evo Morales...

— Hay una idea de moda de que queda bien criticar al país, a la propia historia, a sus fundamentos. Hay libros que hablan de “la invención” de la Argentina. Argentina sería un invento, algo artificial, a la vez que se reivindica una nación mapuche que no existió. O una nación wichi. Que no está solo en Argentina, sino que abarca parte de Bolivia. Podrían un día decir “vamos a proteger a la nación wichi de la invasión argentina”, por ejemplo. ¿Es delirante?

— No, no, porque estos señores no son ingenuos. Dicen los franceses: “Cherchez l’argent”. Busquen el dinero. Todas las ONG argentinas progresistas están financiadas desde Amsterdam, desde Nueva York, desde Londres. Y el que pone el dinero, pone la línea política.

— Recuerdo que hace unos 20 años, a unas ONGs vinculadas a iglesias norteamericanas les dijeron “desde ahora, la prioridad son los indígenas, todos los proyectos que vamos a financiar son para aborígenes”. Y acá les dijeron: “Pero hay pobres criollos también, los pobres no son solo aborígenes, ¿por qué tenemos que dividir entre wichis, qom o tobas, criollos, etcétera? Es un antirracismo racista porque crea identidades fragmentadas por supuestos orígenes étnicos cuando la Argentina es una sociedad mestiza.

— Es un racismo fragmentador. Están preparando la fragmentación territorial. Y puede ser que algún evangélico no sea consciente de esto, recibe el dinero y hace lo que puede, trata de ayudar al prójimo. No lo estoy acusando de nada. Está haciendo un acto de caridad, pero sin él saberlo, se está preparando la creación de un Estado indígena wichi, mapuche, toba. Se está preparando la fragmentación territorial de la Argentina, como se prepara la fragmentación territorial de Bolivia. ¿Sabías que en 1930 el Partido Comunista decide que Bolivia debía ser partida en 18 repúblicas indígenas? Casualmente, las mismas 18 repúblicas que planteó Evo Morales.

— Estuviste hace poco en España presentando tus libros donde son muy leídos y sin embargo, en las librerías de Buenos Aires no se consigue la trilogía.

— Ni en Buenos Aires, ni en Rosario, ni en Tucumán, ni en Salta. En Argentina nadie puede comprar mis libros en ninguna librería. Los tres han sido bestsellers en España. Sin embargo, la editorial, cada vez que yo le digo de publicar el libro en Argentina, me dicen que en Buenos Aires no quieren. Vendí 50.000 libros y les hice ganar dinero. ¿Acá no voy a vender ni mil para cubrir el costo de la edición? Pero la respuesta siempre es la misma. Buenos Aires no quiere.

LA ENTREVISTA COMPLETA

 


 Por Claudia Peiró

 

 

 

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