La nueva orden de los Crucíferos de JesuCristo



Les presento un interesante artículo basado en fragmentos de mensajes recibidos por Benita Aguirre, una de las videntes de Ezquioga y recogidos en El libro negro de Ezquioga: Los hechos de Ezquioga ante la razón y la fe, escrito por Fr. Amado de Cristo Burguera  Serrano

Mensajes de la vidente de Ezquioga Benita Aguirre: tres años de hambre, surgimiento del Reino de El Anticristo, persecuciones a cristianos, guerra mundial, peste, huracanes,tres días de oscuridad
Los videntes de Ezquioga se hicieron famosos por afirmar que la Virgen les comunicó que en unos años ocurriría una guerra civil en España (1936-1939) y que dicha guerra, sería ganaría el bando nacional. Pero sus mensajes proféticos van mas allá. 

En los fragmentos de los mensajes de Benita Aguirre se habla del final de los tiempos, de una revolución sangrienta en Europa que se inicia en Italia y se extiende a otros países como España,  de la caída de ese breve gobierno tiránico en España, de la irrupción de un personaje siniestro del que muchos profetas hablan y al que todos identifican como El Anticristo, de la persecución de los cristianos que se ven obligados a huir a los desiertos para salvaguardar su fe, padeciendo un auténtico martirio, de la aparición de otro personaje que muchos identifican como «El gran Monarca» y de una nueva y única religión y de la aparición de una orden denominada «Los Crucíferos», que destruirá la secta mahometana (El Islam) y acabará con otras sectas, herejes y tiranos.
A veces, siento extrañeza al leer algunos mensajes proféticos por el grado de coincidencia de algunas frases entre si y pongo un ejemplo:
San Isidoro fue arzobispo de Sevilla durante más de tres décadas (599–636) y canonizado por la Iglesia católica, por lo que es conocido habitualmente como san Isidoro de Sevilla y en sus profecías dijo: «la monarquía está llena de engaños y asechanzas». Un mensaje recibido por Benita Aguirre dice lo mismo con idénticas palabras: «La monarquía está llena de engaños y asechanzas». ¿A qué se debe esta casualidad? Los videntes de Ezquioga tenían un nivel cultural bajo, sin acceso a libros proféticos ni acceso a Internet. Solo hay dos posibles explicaciones: o Fr. Amado de Cristo Burguera  Serrano como religioso tuvo acceso a escritos de profecías de otros videntes católicos, o que los mensajes recibidos por los videntes de Ezquioga fueran dictados por la misma entidad. También es destacable, que Benita Aguirre haya recibido mensajes muy parecidos a los de otros videntes católicos. Es un evidencia que debería hacer reflexionar a más de uno.

La Orden de los Crucíferos

Afirmó que, luego que hayan pasado los castigos, habrá una sola religión llamada de los Crucíferos, que salvará al mundo entero, predicando la verdadera fe y conquistando a ella a las almas. El jefe de los dichos Crucíferos será un hombre muy santo, quien después de su apostolado, morirá crucificado en las puertas de Belén. En los últimos tiempos todo el mundo hablará un mismo idioma

Crucífero
Definición
Adjetivo. Este vocabulario (en poética) se dice el que lleva, porta y a su vez lleva la insignia o emblema de la cruz. Sustantivo masculino. Es la persona encargado de portar o llevar la cruz delante de los superiores eclesiásticos en las procesiones y celebraciones sagradas. Es un religioso que pertenecía de la extinta orden religiosa de Santa Cruz.
Etimología
Esta expresión etimológicamente es de procedencia latina bajo denominación «crŭcĭfer» compuesto de «crux» o «crucis» cruz y «fērre» que quiere decir conducir o llevar.

 El Gran Monarca

Añadió que la gente se va dando cuenta que estamos en malos tiempos, y que no obstante sigue siendo lo mismo con sus malvadas costumbres. Que esto no se arreglará hasta que Jesús ponga en el trono a un gran hombre, el rey-general de todo el mundo, y entonces será cuando Él reinará en el mundo. Que este rey tendrá otro que le ayude, quien irá por el mundo convirtiendo a la gente, y que a los que no quieran someterse a la Iglesia Católica les mandará muchos castigos, quitando a muchos la vida

Afirmó que Dios está preparando al Gran Monarca, el cual tendrá que reinar con humillaciones y sacrificios; que el Gran Monarca fue malo en su juventud, pero ahora, hace mucho bien y dominará al mundo entero, el cual se verá obligado a obedecer y a adorar al Dios verdadero, y que luego, irá al África a convertir a la gente, y los que no quieran convertirse llevarán gran castigo.
Afirmó que el Gran Monarca tendrá otro compañero muy bueno, que le ayudará a difundir la Religión, y por defender a ésta, morirá crucificado; que cuando estemos en el desierto, conoceremos al gran Monarca, y antes de que los demás hayan vuelto del desierto, él vendrá a España a recoger a todos los que quedarán destrozados por los castigos; que Dios, luego de poco tiempo de que aquél haya vuelto del desierto, le cogerá de su mano, y le pondrá en el trono; y que mientras él esté en el trono, reinará Jesús.
Me participó que Jesús está preparando a muchas almas para que esparzan la Religión; que el demonio trabaja mucho y enredará a otras almas, que la gente tiene por varones espirituales, habiendo enredado ya a muchas, las cuales no volverán a buen camino; que Jesús tiene muchas víctimas que se han ofrecido por los pecadores las cuales han sido aceptadas, pues necesita sangre inocente; y que muchos ven que corremos malos tiempos, pero que no quieren dejar sus costumbres escandalosas; quieren amar a Dios, pero sin sacrificios, lo cual no quiere Jesús.

Que pronto se verán confundidos los que no  aman de veras  a Jesús,  ya que vendrá muy pronto una persecución muy grande contra los católicos, y los que no le aman de veras, le negarán por librarse de los castigos que impondrán a los que no le nieguen; que muchos de los que son tenidos por varones espirituales, cuando llegue la hora de dar la vida por Cristo, le negarán, pues el demonio trabaja mucho con  ellos; y  que a causa de los castigos que Dios nos mandará, muchos se revolverán contra Él; y entonces será cuando Jesús descargará mayores penas para que se humillen, pero ellos antes de hacerlo, se suicidarán

De nuevo me dijo que los malos se están preparando para la guerra, pero que Dios ayudará a los buenos; que muchos  de estos tendrán que dar su vida por   Él, quien les recompensará; que tal guerra será mundial y no podrán hacer lo  que  quieran, ya que Dios está por encima de todos: Se declarará primeramente en Italia y después entrará en España; y durante ella, hará Dios muchos milagros para salvar a los buenos, convirtiéndose alguno de los malos

Santos Crucíferos de Jesucristo

Regada con la sangre de tantos mártires, es la esclava de una demagogia diabólica, que ha llegado a constituirse en consejera del Poder; y la pobre España, que palmo a palmo ha sido conquistada por la Cruz, se ha convertido en pueblo de ilotas *, que corre al precipicio y lucha por romper sus tradiciones, su historia y su propia manera de ser. ¡Oh, santos Crucíferos!, vosotros destruiréis la maldita secta mahometana; vosotros pondréis fin a toda suerte de herejes y sectas del mundo, y seréis el acabamiento de todos los tiranos; vosotros pondréis silencio con perpetua paz por todo el universo mundo; vosotros haréis santos a todos los hombres por fuerza o voluntad. ¡Oh, gente santa, oh gente bendita de la Santísima Trinidad! Será el jefe fundador gran capitán de gente santa, llamada los Santos Crucíferos de Jesucristo. Obtendrán el dominio de todo el mundo, tanto temporal como espiritual. Estos siervos de Dios limpiarán el mundo con la muerte de un número infinito de rebeldes. El Jefe y Fundador de esta milicia será el gran Reformador de la Iglesia de Dios

* ilota 

1. Esclavo de la antigua Esparta.
2. adjetivo · nombre común [persona] Que se halla desposeído de sus derechos de ciudadano.

¡Ay de ti, España! Naciones se reunirán en ti, y tus hijos más ilustres serán dispersados. Es seducida España por el mal gobierno. Aquí los pájaros han hecho su nido. La monarquía está llena de engaños y asechanzas. Las noblezas se han deshecho en vanas palabras. Sólo habrá paz en España mientras Yo reine por medio del Gran Monarca, el Rey de todo el mundo, el Rey escogido por Mí. Privarán a la Iglesia de toda libertad de obrar; no la permitirán enseñar la verdad ni condenar el error, ni formar a sus ministros ni resguardar a sus discípulos, ni rechazar los tiros de sus adversarios. Harán cruda guerra a las Congregaciones pías, y sobre todo a las Órdenes Religiosas, queriendo borrar hasta el último vestigio de ellas. Dirigirán sus tiros principalmente al Corazón de Jesús y al de la Iglesia, metiendo cizaña entre los fieles para ahogar la caridad

Tiempo final

Habrá tan grandes y diversas desgracias que, desde el principio del mundo no ha tenido lugar semejante turbación, y nunca males tan numerosos y terribles habrán afligido a la tierra. Yo aventaré mi trigo por medio de crueles y sangrientas guerras, pestes, hambres, y otros males horribles. La Iglesia será afligida por muchas herejías y malos cristianos. Di que esperen grandes y terribles castigos los malvados. Todo esto será permitido por mi justo juicio a causa de haberme llenado la medida con vuestros pecados. Pronto se levantarán pueblos contra pueblos, naciones contra naciones, tan pronto unidas como divididas, para combatir a favor o en contra del mismo partido, hasta que se llenará la tierra de mortandad y carnicería

¡Oh, ingratísimos!, me ofendéis sin cesar y Yo obtengo de Mi Padre el perdón,  pero  ha llegado ya el tiempo de no concederos misericordia.  Doy a todos  misericordiosamente luz suficiente para que conozcan la gran  eternidad, pero les arredra la penitencia.  ¡Ay,  ay! … de los que no hagan penitencia

Serán señales precursoras de la guerra, la tibieza religiosa y la corrupción de costumbres, el vicio tenido por virtud y la virtud por vicio, los creyentes tenidos por locos y los incrédulos por iluminados. No se han acabado los disturbios de la Iglesia; sucederá uno muy grande, aunque no muy duradero, después de lo cual se sentarán las cosas. Vendrá un tiempo en que mi fe declinará de tal modo que pocos la conservarán. Tan grande será la persecución de los malos contra los justos que éstos tendrán que, padecer un verdadero martirio. Las cosas llegarán al colmo, pero cuando la mano del hombre no pueda más y todo parezca perdido, Yo pondré mi mano y arreglaré las cosas

Sabed que un Rey reinará con justicia, y sus magistrados reinarán con rectitud. Y este varón será como un lugar de refugio para guardarse del viento y guarecerse de las tempestades. Y será como arroyo de frescas aguas en tiempo de la sequía, y como la sombra de una alta peña en medio de  un páramo. Mujeres opulentas, levantaos y escuchad mi voz. Hijas que os perdéis confiadas en las riquezas, prestad oído a mis palabras, porque, después de días y de años, vosotras que vivís tan confiadas, os hallareis en turbación, pues ya no habrá más vendimias, ni   más recolección de frutos. ¡Pasmaos, vosotras que estáis tan confiadas en  las  riquezas!…

Los hombres se han negado a recibir a un Dios bueno y misericordioso, y verán cómo descargará sobre ellos la cólera de un Dios justamente irritado; verán que no se insulta a Dios en vano y reconocerán, aunque tarde, que soy Omnipotente. Antes que llegue la paz a España, el afán de riquezas llevará a los hombres a negar la fe, y muchos ministros de la Iglesia, llevados de la voluptuosidad carnal y de la belleza y lascivia de las mujeres, abandonarán el celibato y por donde quiera irá el demonio libre entre ellos

Los Crucíferos, fidelísimos escogidos del Altísimo, no pudiendo vencer con la escritura a los herejes, se moverán impetuosamente contra ellos con las armas. Ya se acerca la hora en que Yo visitaré al mundo con la nueva Religión de los Crucíferos, con el Crucifijo levantado en el más alto estandarte y de mayor lugar. Estandarte admirable a los ojos de todos los justos, el cual al principio, escarnecerán los incrédulos, malos cristianos y paganos; más, después que vean las maravillosas victorias contra los tiranos, herejes e infieles, sus burlas se convertirán en lágrimas. ¡Oh, santos Crucíferos, escogidos del Altísimo, cuán gratos sois a Dios! Reformará el Fundador la Iglesia de Dios, con sus secuaces, los cuales serán los mejores hombres del mundo en santidad, en armas, en letras y en todas las otras virtudes, que tal es la voluntad del Altísimo

Es tan pesado el brazo de mi  Hijo que, sola, no puedo sostenerlo más. Quiero que todas las obras buenas que hagáis, las ofrezcáis para poder sostenerle el brazo a Mi Hijo  ultrajado”. Después Jesús continuó: “Ah, España, España, ciega nación, escucha la voz del Señor que te destina para ejecutar en ti sus grandes justicias; ¿no ves en el fondo de esa tenebrosa atmósfera que rodea un iris de paz, una aurora de alegría? Quita tu voluntaria ceguera; mira que vendrá un día, no lejano, Aquél que te juzgará. Ay de ti, gobernador inicuo… Preparaos, preparaos, vienen tiempos aterradores. ¡Oh qué ingratos son los hombres!, ¡cuán poco me corresponden!… Pronto te llevarán las rojizas olas con bramidos aterradores a la ola  impía que reposa en España, y mis apóstoles ingratísimos están sentados sobre ella…

Los primeros que pertenezcan a la orden de los Crucíferos serán de la ciudad de Sevilla, en la cual abunda mucho la iniquidad, los vicios y los pecados. Se trocarán los de esta ciudad de mal en bien, de rebeldes a Dios, en siervos suyos fidelísimos y fervorosísimos. Será tal ciudad amada de Mi Sagrado Corazón y del Gran Monarca, ¡Escuchad, oh pueblos que habitáis la España… tiempo vendrá en que gozaréis de la verdadera y antigua libertad; pues destruida será la libertad falsa de que se están sirviendo estos impíos! El gobierno tiránico será aniquilado, a pesar de sus terribles esfuerzos, y la verdadera religión florecerá en toda España

Dios suscitará un héroe, que será el libertador de la Patria oprimida. Antes de que en ella florezca la verdadera libertad, será purgada con azotes terribles, y los buenos tendréis que sufrir por los malos. El Gran Monarca será en España como el sol entre los astros. Los astros serán los Crucíferos, quienes irán por el mundo convirtiendo a la gente, y estos astros, algunos serán opacos, y recibirán la luz del sol, o sea, del Gran Monarca para poder seguir su carrera

Quiero caridad, mucha caridad, verdadera caridad de hermanos, ¿no veis que la caridad me tiene en el Sagrario encerrado? Pues aprended de Mí. Cuando veis que una persona es mala, ya no la queréis: esto no es verdadera caridad; a todos debéis de querer como si fueran hermanos. Pues fijaos bien: todos sois hijos de un mismo Padre, que soy Yo. Caridad, caridad quiero, humildad, obediencia, sacrificio y oración. Diversos males afligirán la tierra al final de todos los castigos. Casi todas las familias tendrán que llevar luto, pues muchísimos morirán, y muchos que se hayan salvado, se figurarán que es el único superviviente, pues los castigos serán terribilísimos, como nadie puede imaginar. Y esto, porque los hombres me obligan a ello

España está en el ataúd; pues reina en ella la falsa libertad, y mandan los impíos, tiranos, herejes y malos cristianos; pero otra vez volverá la paz perdida, la paz antigua, y en toda ella florecerá la Religión por medio de los Crucíferos escogidos del Altísimo, quienes sembrarán la semilla. Todavía tenéis que sufrir mucho más de parte de los malos, pero… ¡ay de los que no sepan vencerles… ay de aquellos que por no dar su vida niegan la Religión! Y muchas personas consagradas, aún la negarán por no dar su vida; pero no habrán vuelto la espalda cuando Yo descargue sobre ellos mi justicia justamente irritada

Pronto veréis todas las iglesias cerradas, que parecerán más bien cuevas de vividores; los ministros, sin hábito se acobardarán hasta tanto que la mayor parte huirá de la Iglesia, y muchos me negarán. Quiero que roguéis por ellos, pues van saliendo de mi camino. Si no se enmiendan, Yo les mandaré terribles castigos. No les tengo compasión, porque no miran más que al mundo, no buscan más que placeres, siempre tienen el pensamiento en el mundo… ¡Ay, si no se enmiendan!…

¡Ah, ingratísimos! Mis enemigos se alegran;  pero su alegría será seguida de muchas angustias. Levantan trofeos contra Mí, más sobre los trofeos de su victoria, estableceré yo su ruina. La medida está ya llena, y pronto llegará a su colmo. Los malos darán decretos contra mi Iglesia; pero perecerán con sus decretos y leyes sacrílegas… Con mi poderoso brazo los precipitaré, como el rayo al fondo del abismo, y caerá con la misma prontitud y violencia que Lucifer y sus secuaces: esta suerte les espera

La Iglesia será cruelmente perseguida. Los ministros de la Religión martirizados. Mi altar profanado por los apóstatas; la secta, llamada Filosofía, seducirá de tal modo los pueblos, cuya juventud será corrompida por el materialismo y la irreligión, que no querrán obedecer ni a pontífices ni a soberanos, haciendo la Religión despreciable. Pronto la tierra será cruelmente azotada. Este azote se hará sentir por todo el mundo, y será tan terrible, que cada uno de los que sobrevivieren se imaginará ser el único que habrá sido libre del castigo. Este castigo será muy corto pero terrible

Ya no encuentro manera alguna de avisar a estos que andan por donde se les antoja, pues no me quieren escuchar; se apartan de Mí creyendo que de Mí les va a venir mucho mal, ¡pobrecitos, no saben lo que pierden! ¡Ah, si me conocieran cómo correrían  a mi alrededor!; pero no quieren  conocerme. ¡Si supieras, niña, cómo   me lastima el corazón! Muchos son los que quieren ser buenos, pero cuando ven que a  los míos les quiero regalar Mi Cruz…, todos escapan

Busco almas generosas y compasivas en quien depositar mis preciosas joyas… y no las encuentro. Estoy mendigando, de puerta en puerta, buscando corazones vacíos, pero encuentro muy pocos; casi nadie quiere darme posada por temor  a la cruz, pues saben que si entro Yo en sus corazones siempre regalo la cruz…  ¡si  supieran lo que pierden… más, ay! Cuando se den cuenta Yo ya no tendré misericordia, porque soy justo

Allá arriba en el cielo están los que supieron vencer las olas, los que salieron triunfantes del desdichado mar. Desde allí, arrojan flores sobre el mundo que pelea con la mar y la tempestad. Los del mundo, agradecidos, invocan a los Crucíferos santos, a los reformadores de la Iglesia que, triunfal, goza de su antigua paz. Allí todos ven a Dios, todo es gozo allí, y alegres cantan el canto, siempre diferente, a Mi Padre Celestial. Los que recogieron la preciosa perla de la obediencia, allí pueden hacer su voluntad, los de la humildad son ensalzados, los de la paciencia a Mí siempre me ven alegre, y los de la Cruz sólo allí flores encuentran. Todo es gozo, todo alegría, todo paz y alaban eternamente a Mi Padre Celestial

Las almas que queréis ser santas, seguidme todas a Mí, comunicadme vuestros deseos, pues Yo os llenaré de Mis gracias, ¿vais adelante en virtud? Pero mirad, conviene que sepáis qué cosas me gustan más: es muy buena la humildad; casi más la penitencia, mucho la paciencia, bastante la oración y también la caridad. Yo, siendo el Rey de cielos y tierra, nací en un pobre portal de animales y morí en una cruz; y vosotros siendo unos impuros gusanos, ¿soberbia tendréis jamás? Yo hice mucha penitencia en el huerto de Getsemaní, al llevar la cruz sobre mis hombros y al ver a Mi Madre al pié de la Cruz, y… ¿por qué no lo haréis vosotros? También tengo mucha paciencia, ¿no veis como espero al pecador para perdonarle? ¿No veis también cómo recibo en silencio los ultrajes de los gusanos, pudiendo en un momento quitarles la vida y arrojarles al infierno, ¿verdad que vosotros también la tendréis? Yo hice mucha oración durante mi vida y me gusta mucho que la hagáis. ¿No veis cómo la caridad me tiene encerrado en el Santísimo Sacramento noche y día? ¡Ah, si queréis llegar a la santidad habéis de tenerla mucho!

Cuando el alma llega a mucha perfección, enseguida Yo la llamo para Mi cielo. Los que no lo son no pueden comprender la santidad, aunque a ellos les parezca. Estas cosas son tan grandes, tan profundas que, sin que se hayan pasado, es difícil entender sin que Yo dé una luz extraordinaria. Cuanto más santo más sencillo, más humilde. Si queréis ser santos, sed humildes; si santísimos, humildísimos; esto es lo que Yo he predicado. ¡Ah, son tan amargos los primeros pasos de santidad!… mas, cuando Yo veo el primer esfuerzo, esto me basta para hacerles muy dulce; lo amargo les vuelvo dulce y lo dulce amargo. La santidad consiste en la cruz, en la cruz santa que ha purificado a tantas almas, en la cruz está escrita la santidad, ¡ah, me agrada más que me pidan un trozo de mi cruz!… entonces sí que estoy contento. ¿No quisierais ser santos? Con mi ayuda podéis muy bien serlo. No perdáis el ánimo, pues a muchos pecadores he hecho santos y puedo hacer igualmente con vosotros. Sed santos, como santo soy Yo. / Aprended las enseñanzas / que Mi Corazón os da / a labrar vuestras coronas / al cielo Jesús va

En España los pájaros traidores han hecho su nido y los buenos se han acobardado. ¡Ah! Por esto Mi Padre Celestial descargará  sobre  esta  nación tan grandes y horribles castigos, pues los buenos, por sus intereses, obedecen a  los malos. Antes que a Dios ponen al dinero. Hay muchos  que  no  contradicen  a  la Iglesia, pero es porque les conviene, pues por Mí no hacen nada;  sólo  hay  algunos  pocos, que se pueden contar, que son mis preciosas flores, las flores de mi escogido jardín. Estos son los que consuelan a Mi afligido Corazón; ellos son los ladrones de mis gracias. Para ellos brota de mi Corazón un manantial continuo de gracias

Venid a Mi lado, al Sagrario, acercaos, escuchadme: Hay tres cielos, el cielo de arriba, el cielo del sagrario y el cielo de vuestras almas. Cuando dos de estos cielos se juntan (generalmente el cielo del sagrario y el cielo de vuestras almas) recobraréis las fuerzas perdidas. Cuando os encontréis sin fuerzas y la cruz casi os espante, venid al lado de mi sagrario, uníos con este cielo y así recobrareis las fuerzas perdidas hasta que os llame al cielo de arriba donde eternamente se juntarán los tres cielos”.

Venid a Mí, hijos míos, venid a Mí, Yo soy el camino, la verdad y la vida. Acércate tú, pecador, acércate a Mi Corazón; mira cuánto me cuesta el demostrarte mi amor; mira los pies por ti desgarrados; mira el agujero de mi pecho, de donde salen rayos de misericordia para contigo, ingrato pecador. Mete aquí tu mano y palpa el agujero de la lanza y no seas más ingrato, sino fiel

La tierra está horrorosamente desolada, porque no hay nadie que medite de corazón. Mi Corazón reinará en todo el mundo, especialmente en toda España; mas no vayáis a creer que hago esto porque España es  mejor  que  otras naciones; antes ya lo fue, mas ahora no lo es.  Reinaré,  porque esta nación  es la que  tiene más necesidad de que Yo reine, pues en ella se cometen muchos sacrilegios. Rogad por España, rogad para que salga del ataúd y despierte

¡Ah, cuán poco me aman mis hijos! La tierra está hecha una horrible carnicería. Yo soy el Omnipotente y el eterno Señor. En Mi mano está todo el poderío y derecho de todos los reinos. Pronto volveré mis misericordiosos ojos sobre la tierra, y las naciones que confían en su propia fuerza, serán abatidas por la diestra de mi poder

El camino más corto para llegar al cielo es la Cruz. A los que quiero llevar pronto al cielo les doy la Cruz, porque la Cruz es el atajo para llegar pronto. Las almas que me siguen con la Cruz, me roban el Corazón. Primero doy siempre una pequeña parte de mi Cruz, y si veo que me lo agradecen, les doy muy grande.

Muchos dolores le esperan al pecador, mas al que tiene puesta en Mí su esperanza le socorreré en todas sus necesidades. En esta vida tendrá que sufrir mucho, mas en la otra Yo le recompensaré dándole mi hermoso cielo. En cambio, el pecador vivirá aburrido, y allá no podrá descansar ni un momento

Yo me encuentro como oprimido por el  peso de mis gracias,  que vuelven a recaer sobre Mí, pues que los hombres no las quieren;  y  cuando  encuentro un alma que me deja la libertad de hacerle gracias, entonces mi Corazón se siente aliviado por decirlo así, puesto que cuando digo que  sufro, que  estoy  oprimido,  no pretendo decir esto de un modo absoluto, sino según el modo humano  de hablar,  para hacerme entender Yo no puedo ahora sufrir cosa alguna, sufro en mi  cuerpo  místico, la Iglesia, pues después de mi resurrección soy inmortal, impasible, glorioso

Voy mendigando el amor de mis criaturas, y ellas…  me  lo  niegan para concedérselo a tantos objetos que atraen sus miradas. Si supieseis cuán doloroso es amar tanto y no ser correspondido… No desisto, sin embargo; siempre pido amor y nadie me lo da. Mas, ¡ah!, no sólo no me aman sino que me aborrecen. ¿Sabéis    lo que me detiene de no castigar a los pecadores? Las oraciones de los justos son las que desarman mi divina justicia

Se tiene un concepto tan mezquino de la bondad de Dios, de su misericordia, de su amor… Se le mide por las criaturas, pero Dios no es un ser limitado como ellas; por eso su bondad no reconoce límites

Los Crucíferos

Vi una iglesia muy grande, y encima de ella estaba el Padre Celestial, acompañado de infinidad de ángeles. Muchos eran los que pretendían entrar, pero el Padre Celestial les despachaba diciendo: “¡Fuera, fuera, vosotros los que  no habéis atendido mi voz!” En esto se llenaron de agua las calles, y los despachados se ahogaban casi todos. De pronto, apareció una barca con muchos hombres, que en el pecho llevaban cruces grandes, y al llegar a la puerta de la Iglesia, el Padre Celestial les decía: “Entrad, entrad, benditos míos”. Después de entrar los hombres, vino otra barca llena de mujeres que también llevaban cruces en el pecho, y el Padre Celestial les hizo entrar en la Iglesia como a los primeros. Luego de ellas, entró Él, y se cerraron las puertas. Preguntando yo a la Santísima Virgen qué había sido aquello, contestó: “Esto que has visto, hija mía, es la Orden de los Crucíferos, que después de su conquista en el mundo van a reposar a la iglesia

Mis perlas preciosas que son los Crucíferos, llevan cruces sobre sus pechos. En esas cruces estoy Yo. Esta Religión será la única que después habrá en el mundo. ¡Cuánto me gusta que estés entre ellos! Yo continuamente estoy velando por ellos, pues ellos ni un instante se apartan de Mí; siempre son obedientes a Mi llamamiento. Casi son los únicos que me aman mucho; ¡qué contento estoy en sus corazones…! A cada latido de sus corazones sale una sonrisa de mis labios

“Estaban a los pies de Jesús tres almas. Una de ellas dijo: Quisiera, Jesús, amarte, / pero sin tribulaciones; / quisiera a Ti poseerte, / pero en las consolaciones. Después, otra de las tres le dijo: Quisiera Jesús amarte; / pero yo con condiciones / pues yo no puedo seguirte / si lo que quiero no pones. La última dijo: Quisiera Jesús amarte, / y me abandono a tu amor. / Jesús, haré lo que gustes, / y dame Tú el Corazón. Después, Jesús dijo: Esta primera alma quiere, dice ella, amarme, pero sin tribulaciones; esto es como un enfermo que quisiese sanar, pero sin medicinas, y esto no puede ser. Esta segunda también quiere amarme, pero con condiciones, y es como el enfermo que quiere curar, que toma medicinas, pero no las que el médico le manda, sino lo que él quiere, y tampoco puede ser. Por fin, la tercera es de mi agrado; es como el enfermo que quiere sanar y se arroja a lo que el médico le dice, y ésta pronto sanará

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