Setenta y siete años del atentado del Hotel Rey David de Jerusalén

 


Setenta y siete años del atentado del Hotel Rey David de Jerusalén

 

No solo murieron anglo-masones y árabes en el atentado sionista terrorista del Hotel Rey David el 22 de julio de 1946, en el que murieron casi 100 personas, también estaba entre ellos en acto de servicio el diplomático español y Cónsul Manuel Allendesalazar.

Hace setenta y siete años, a las 12:37 p.m. del 22 de julio de 1946, una explosión destruyó los siete pisos del ala sur del Hotel Rey David en Jerusalén, que albergaba el Gobierno Civil del Mandato Británico de Palestina, el Cuartel General del Ejército y la División de Investigación Criminal. El resultado fue la muerte de 91 personas, incluidos el personal militar y civil británico, así como árabes y judíos que se encontraban en el hotel en ese momento[1].

La acción fue perpetrada por el Irgún Tzvaí Leumí[2], organización clandestina judía, conocida popularmente como Eztel, responsable también del ataque a la prisión de Acre, del secuestro y asesinato de dos sargentos británicos en julio de 1947 y participante activa de la masacre de Deir Yassin el 9 de abril de 1948 que causó más de cien muertos.

Sin duda fue un atentado terrorista, de gran alcance y conmoción. Esta es una de esas paradojas de la historia, en las que una sociedad, que en la actualidad sufre la lacra del terrorismo, generó en el pasado grupos y sociedades que utilizaron métodos parecidos a los de grupos terroristas actuales, incluso inspirándolos en sus procedimientos. Es más, según el profesor Rogelio Alonso de la Universidad Rey Juan Carlos, con esta acción del Hotel Rey David, se inauguraba una infausta tradición en el empleo de explosivos por parte de grupos terroristas con la intención de asesinar indiscriminadamente[3].

La convulsión que produjo fue tal que se ha comparado con la que desataron los atentados contra el World Trade Center en 2001. El espanto generado supuso la condena por parte del mismísimo Chaim Weizmann, futuro presidente de Israel, quien acusó al Irgún de haber renunciado a los verdaderos principios del sionismo[4]. Igualmente David Ben Gurión, miembro fundador del Histadrut[5] y presidente de la Agencia Judía, que controlaba la organización paramilitar Haganá[6], consideró que esta acción convertía al Irgún en enemigos del pueblo judío[7].


Figura 1: Hotel Rey David de Jerusalén tras el atentado 

 

Contexto histórico del Mandato Británico de Palestina en 1946

Las relaciones anglo-judías se habían ido envenenando a lo largo de la década de 1930, cuando los británicos prohibieron la compra de tierras a los judíos y limitaron severamente su inmigración. No obstante esta limitación fue cada vez más difícil de llevar a cabo, pues el ascenso de Hitler al poder en 1933 disparó la inmigración ilegal en Palestina, gracias a la capacidad de la Haganá y del Irgún para burlar los controles de las autoridades del Mandato. El incremento de población judía en esos años generó fricciones con la comunidad árabe, hasta el punto que el 15 de abril de 1936 los líderes árabes palestinos, encabezados por Hajj Amin al-Husayni, gran muftí de Jerusalén, convocaron una huelga general que desembocó en una revuelta que duró hasta 1939, conocida como la Gran Revuelta Árabe. Un mes después de la convocatoria de la huelga, se constituyó un Alto Comité Árabe que pidió la finalización de la inmigración judía e hizo un llamamiento a la población para que se negara de forma masiva al pago de impuestos como mecanismo de protesta y presión. La revuelta fue in crescendo, hasta que el enconado enfrentamiento entre judíos y árabes palestinos provocó que el 7 de julio de 1937 la Comisión Peel emitiera un infor­me recomendando la partición de Palestina y la abolición del Mandato en todo el territorio, excepto en Jerusalén[8], estableciendo dos estados, uno árabe y otro judío[9]. La propuesta fue rechazada por los árabes y existía división de opiniones entre los judíos, mostrándose especialmente en contra los seguidores del Sionismo Revisionista de Jabotinsky, ideólogo y fundador del Irgún. Los británicos, incapaces de sofocar la revuelta, solicitaron a principios de 1939 la colaboración de la Haganá, así como el incremento de la presión francesa en Damasco sobre los líderes árabes. No obstante, y tras la publicación del Libro Blanco de MacDonald, que endurecía las condiciones para la creación del estado judío, en beneficio de los árabes, provoca que en mayo de ese mismo año la Haganá, comience también a llevar a cabo acciones violentas contra los británicos.

Figura 2: Mapas de partición de las comisiones Peel y Woodhead

A la crisis anglo-judía debida al Libro Blanco había que añadir una Segunda Guerra Mundial, en la que la situación de persecución de los judíos en Europa había alcanzado cotas nunca antes conocidas. Este hecho, determinó que, en el Hotel Biltmore de Nueva York en 1942, la “Conferencia Sionista Extraordinaria” allí reunida, se pronunciara abiertamente a favor de la creación de un estado judío en Palestina[10]. Además, en plena Segunda Guerra Mundial la inmigración se encontraba fuertemente restringida, por lo que la mayor parte fue clandestina. Y es que el Libro Blanco de 1939 determinaba el futuro inmediato del Mandato Británico de Palestina en tres aspectos: creación de un único estado independiente en el que se garantizaran los intereses esenciales de las comunidades árabe y judía, establecía limitaciones a la inmigración judía a Palestina, y se les prohibía o restringía la compra de nuevas tierras. La política de oposición de los judíos al libro blanco y al III Reich al mismo tiempo, quedó meridianamente clara en las palabras de David Ben Gu­rión: “Vamos a luchar contra el Libro Blanco como si no hubiera gue­rra, y combatir en la guerra como si no hubiera Libro Blanco”[11].

 

El Irgún Tzvai Leumí

El Irgún fue una organización paramilitar escindida de la Haganá por motivos ideológicos en 1937. Sus miembros, contrarios a la política de autocontención y defensa (havlagah) respecto de los enfrentamientos con los árabes, eran partidarios de “responder al terror con el terror”[12]. A diferencia de los miembros de la Haganá, los del Irgún no eran de ideología socialista, sino que seguían la corriente ideológica del Sionismo Revisionista. Esta corriente, que fue fundada por Vladirmir Jabotinsky, influido por el nacionalismo italiano de Marienieti, lo hace virar a la derecha, proponiendo además una representación más corporativa que parlamentaria, primando la raza sobre el territorio, el idioma o la religión.

El principal objetivo del Sionismo Revisionista era la integridad territorial de Eretz Ysrael, estableciendo un estado judío a ambos lados del río Jordán. Consiguió así atraer e integrar en el nacionalismo judío de la época los sectores más tradicionalistas del judaísmo. Esta potencial peligrosidad no pasó desapercibida para la inteligencia extranjera, pues ya en un informe de la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos de 1944, se definía a sus miembros como fanáticos que acusaban a los británicos de traicionar las promesas de la Declaración de Balfour. En ese mismo informe se advertía que, el Irgún consideraba la violencia como la única fuerza capaz de persuadir al Mandato para que retirara su restrictiva política migratoria[13].

La Segunda Guerra Mundial supuso la más incómoda de las situaciones para Jabotinsky, que terminó por ordenar el cese de la lucha contra los británicos y concentrarse en la lucha contra la Alemania Nazi. Tras su muerte en 1940, David Raziel quedó al mando de la organización, tomando la decisión de luchar junto a los británicos en Mesopotamia y Siria. Solamente unos pocos seguidores de Abraham Stern[14] mantuvieron acciones armadas contra las fuerzas de ocupación británicas[15]. Este grupo, conocido despectivamente como la Banda de Stern, generó un verdadero caos en el Irgún, que terminó con la escisión definitiva del grupo conformando una nueva organización, el Lehi[16], cuyo carácter cabalgaba entre el terrorista y el delincuencial.

Las muertes de Stern y Raziel fueron consecuentes con la elección del enemigo, pues mientras Abraham Stern moría en un tiroteo con soldados británicos, David Raziel caía en Bagdad durante un raid aéreo luchando junto a ellos. Después, el Irgún pasaría a manos del carismático Menachem Begin, un antiguo discípulo de Jabotinsky, que dirigirá la lucha contra árabes y británicos una vez concluida la Segunda Guerra Mundial[17].

 

El atentado contra el Hotel Rey David de Jerusalén

El sábado 29 de junio de 1946, conocido como el Sábado Negro, las autoridades del Mandato llevaron a cabo la Operación Agatha, en la que las fuerzas militares británicas tomaron la Agencia Judía secuestrando gran cantidad de documentación incriminatoria. Se detuvieron más de 2.500 personas de la Haganá, del Irgún y el Lehi sospechosas de llevar a cabo acciones terroristas contra el Mandato. La operación fue la respuesta a una serie de acciones coordinadas llevadas a cabo por  varios grupos paramilitares judíos: la voladura de varios puentes por parte del Palmaj[18] el 16 de junio, el ataque a la terminal ferroviaria de Haiffa por el Lehi al día siguiente, y el secuestro de seis oficiales británicos por el Irgún.

Para 1946, el Irgún ya había ido granjeándose no solo la enemistad de los británicos, sino también de la propia Haganá, que había empezado a no poner objeciones a la persecución y acorralamiento de los miembros del Irgún por los británicos. Ante semejante hostigamiento, el Irgún estaba decidido a golpear en el mismísimo corazón de las autoridades del Mandato en Palestina. Menachem Begin, designó el objetivo, que sería el Cuartel General situado en el Hotel Rey David. Desde el Irgún alertaron a la Haganá sobre la posibilidad del ataque, pero estos se mostraron contrarios al mismo. Aun así, Begin decidió continuar con el plan.

El atentado, aunque aparentemente fácil de realizar, se complicó durante su ejecución. En el Hotel había mucho movimiento de personal civil y parecía sencillo que los miembros del Irgún, disfrazados de árabes, introdujeran una gran cantidad de explosivos a través de las cocinas, ocultos en grandes cántaras de leche, que fueron colocados cerca del basamento del edificio. No obstante, los guardias allí apostados reconocieron la farsa y aunque fueron inicialmente reducidos por los judíos, consiguieron alertar a otras fuerzas existentes en el Hotel, que les dispararon durante su retirada, hiriendo a varios de ellos. Uno de los heridos, Aharon Abramovitch, murió poco después. Esta fue la polémica víctima número 92.

Hay que destacar que el Irgún realizó hasta tres intentos para que se evacuara el edificio antes de la explosión. Se avisó telefónicamente al propio hotel, a la oficina del Palestine Post y al Consulado Francés. A estas advertencias los británicos contestaron textualmente “no aceptamos órdenes de los judíos”, y media hora después el hotel saltaba por los aires. 

 

Figura 3: Placa conmemorativa instalada por el Menachem Begin Heritage Center con motivo del 60 aniversario de los hechos

A día de hoy sendas placas recuerdan el atentado. La primera de ellas, simplemente recoge de una manera aséptica que “el 22 de julio de 1946, la organización clandestina Etzel puso una bomba en el ala sur". La segunda, instalada en 2006 por el Menachem Begin Heritage Center durante el congreso que tuvo lugar en el Hotel, resulta mucho más polémica. Su contenido responsabiliza, de forma implícita, a las autoridades británicas de unas muertes que el propio Irgún “lamentó”. Este contenido[19], así como el discurso del que era jefe de la oposición en aquel momento y actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, desencadenó una protesta diplomática del Gobierno Británico que exigió la retirada de la placa por considerar que honraba un acto terrorista[20].

Este septuagésimo aniversario no parece que se esté conmemorando de una forma tan especial como en 2006, pues ni siquiera el Menachem Begin Heritage Center tiene programada actividad alguna al respecto[21], evitando así cualquier fricción diplomática entre el gobierno británico y el actual israelí del Likud[22], heredero político del Irgún.

 

Reflexiones y Conclusión

Una de las primeras dificultades que existen es definir al Irgún Tzvai Leumí como organización terrorista. Autores como Bruce Hoffman, historiador y profesor de la Universidad de Georgetown, establece que sería más correcto decir que el Irgún era una organización que empleaba tácticas terroristas contra el imperialismo británico y los árabes palestinos. La organización tenía los componentes de una estructura militar, de hecho participaron junto a unidades británicas en las campañas de Siria y Mesopotamia durante la Segunda Guerra Mundial. Su nombre, que significa Organización Militar Nacional, evoca ese carácter de luchadores por la libertad, según ciertas perspectivas, tan propio de las organizaciones anticolonialistas y antiimperialistas.

A pesar de esta romántica aura de libertadores de pueblos oprimidos, sus tácticas y sus acciones resultaron muy discutidas, incluso por muchos judíos sionistas. Las opiniones que tenían Weizmann y Ben Gurión respecto del Irgún no eran nada positivas. Las reacciones que mostraron tras los atentados evidenciaron la insalvable fractura política entre ellos y Menachem Begin, pues tenían una concepción muy diferente del uso correcto de la acción militar para el establecimiento del tan deseado Estado Judío[23].

Esta dificultad de definir el terrorismo y al terrorista, es una de las cuestiones más controvertidas que afronta la Comunidad Internacional. Naciones Unidas ha realizado varios intentos y aproximaciones al término con muchas dificultades, pues demasiados estados tienen puntos de vista antagónicos en la definición del mismo.

Quizá las más importantes sean las de la Resolución 49/60 (17 de Febrero de 1995) y 51/210 (16 de Enero de 1997) de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre “medidas para eliminar el terrorismo internacional”, y la de la Convención Internacional para la Supresión de la Financiación del Terrorismo, también de la Asamblea General de la ONU, que aunque explícitamente no hablan de una definición de terrorismo, sí que declaran:

 “[…] los actos criminales con fines políticos concebidos o planeados para provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en personas determinadas, son injustificables en todas las circunstancias, cualesquiera sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra índole que se hagan valer para justificarlos”[24]

Y definen como “delito”, entre otros:

“Cualquier otro acto destinado a causar la muerte o lesiones corporales graves a un civil o cualquier otra persona que no participe directamente en las hostilidades en una situación de conflicto armado, cuando, el propósito de dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo”[25]

Como conclusión se puede decir, sin lugar a dudas, que aunque el contexto histórico y político era muy diferente al actual, el ataque con explosivos al Hotel Rey David fue terrorismo, y los que lo ordenaron y perpetraron pueden, en consecuencia, considerarse terroristas, por mucho que su líder Menachem Begin fuera años después galardonado con el Premio Nobel de la Paz.

Francisco Javier Fuentes Gil es Comandante (DEM) del Ejército de Tierra

Joaquín Pellicer Balsalobre es Capitán de la Guardia Civil


[1] Couture, A. (2012): Menachem Begin’s Irgun and Zionist Revisionism: 1944-1948,  Department of History  University of Wisconsin, disponible en https://minds.wisconsin.edu/handle/1793/66567

[2]  Organización Militar Nacional en la Tierra de Israel, en hebreo.

[3] Alonso, R. (2011): La innovación terrorista: Desafíos para la prevención y contención del terrorismo yihadista, Documento de Opinión 8/2011, IEEE, Ministerio de Defensa, disponible en

http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2011/DIEEEO08_2011InnovacionTerrorista.pdf

[4] Bruce H. (1998): Inside Terrorism, New York, Columbia University Press. 

[5] Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel, sindicato de gran poder político durante el Mandato Británico.

[6] Organización defensiva hebrea, que operaba bajo las órdenes de la Agencia Judía para Israel, entre 1920 y 1948, predecesora, junto con otras organizaciones paramilitares, del actual ejército israelí conocido como las IDF o Tzahal.

[7] Según recoge el propio Benachem Begin, líder del Irgún, en su libro The revolt.

[8] Quedaría unida al mar, mediante un corredor que se prolongaría hasta el Mediterráneo al sur de Jaffa.

[9] En 1938, tras analizar el Plan de Partición de la Comisión Peel, la Comisión Woodhead diseñó nuevos planes de partición, cuya propuesta final otorgaba la estrecha franja de Gaza como zona costera del futuro estado árabe, manteniendo una Jerusalén conectada con Jaffa, y desde Beersheba todo el Negev hasta la frontera con Áqaba bajo el Mandato Británico.

[10] Pérez González, C. Y Sánchez Herráez, P.(2012): El conflicto palestino-israelí II, Conflictos Internacionales Contemporáneos, nº 16, Ministerio de Defensa. Madrid, pp. 46-47.

[11] Blum en Pérez González, C. y Sánchez Herráez, P. Opus Cit.

[12] Couture, A. Opus Cit.

[13] OFFICE OF STRATEGIC SERVICES, Research and Analysis Brach (1944): R & A No. 2612: THE OBJECTIVES AND ACTIVITIES OF THE IRGUN ZVAI LEMUI. Desclasificado en Julio 2005.

[14] Fundador y líder de la organización sionista Lehi.

[15] Bowyer, J. Bell (1977): Terror Out of Zion. New York, St. Martin’s Press p. 51. Una de las acciones terroristas más significativas fue el asesinato de lord Moyne, Ministro Británico de Colonias, fue asesinado en Egipto a manos de militantes de la organización sionista Lehi en 1944, por mostrarse favorable a los palestinos y su relevante participación en la elaboración del Libro Blanco. Disponible en http://www.timesofisrael.com/yitzhak-shamir-why-we-killed-lord-moyne/

[16] Lohamei Herut Yisrael (Luchadores por la libertad de Israel)

[17] Couture, A. Opus Cit.

[18] Acrónimo de Plugot Májatz o compañías de ataque, una unidad de élite de la Haganá.

[19] De hecho, la placa conmemorativa habla de 92 víctimas, pues incluye al miembro del Irgún, Aharon Abramovitz, herido por los soldados británicos cuando huía del hotel, después de colocar los explosivos.

[20] Segev, T. (2006): The Spirit of the King David Hotel, Haaretz, Jul 23, 2006, disponible en http://www.haaretz.com/the-spirit-of-the-king-david-hotel-1.193571

[21] Puede consultarse en la web de la organización: http://www.begincenter.org.il/en/Events.aspx?CID=8059

[22] Tras la disolución del Irgún en 1948 y la integración de sus miembros en las Fuerzas de Defensa Israelíes (Tzahal), el grupo de milicianos bajo el mando de Begin se instituyó en el partido Herut , que se acabaría integrando en la coalición Gahal y posteriormente se transformaría en 1977 en el Likud.

[23] Weizmann en  Couture, A. Opus Cit.

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