ISLA DE SAN BORONDÓN ¿REALIDAD, LEYENDA O ESPEJISMO? EN LAS ISLAS CANARIAS

(Con datos inéditos)..

Antes de desarrollar esta publicación hay que hacerse dos preguntas muy importantes la primera sería ¿La Isla de San Borondón es la misma que la de San Brandán?, ¿podía algún fenómeno terrestre hacer que baje la marea y aparezca una isla submarina?.
Empezemos a desarrollar la primera pregunta, San Brandán fue un monge irlandés del siglo V ó VI que junto con otros monges y en una pequeña embarcación llegó a un isla del Atlántico desconocida, (desde Irlanda a las Islas Canarias en una pequeña embarcación va a ser "como que no"), podía haber llegado a una isla más cercana de la costa de Irlanda, alguna cartografía desde época medieval el Mapamundi de Ebstorf de finales del siglo XIII aproximadamente, la sitúan a la altura de Irlanda, con respecto a la costa americana de Canadá y a medio camino, ¿a que isla se refiere?, no lo sé, ¿existe hoy día esa isla?, tampoco podemos aseverarlo ni negarlo, si nos fijamos bien el nombre de San Brandán, San Brondón y San Borondón tienen un cierto parecido, ¿podía haberse equivocado el que bautizó la isla de San Borondón? y ¿la bautizara con ese nombre influenciado por lo de la "leyenda" de la Isla de San Brandán? yo creo que por ahí va la cosa.
La "leyenda" de San Borondón va de otra cosa, algunos la consideran la octava isla canaria, también cartografiada desde época medieval situándola cerca de las Islas Canarias en el Tratado de Alcáçovas, suscrito entre España y Portugal en 1479 para repartirse territorialmente el Atlántico aún por navegar, especificaba claramente que San Borondón estaba «aún por ganar».
Cristóbal Colón también ayudó incrementar el mito de San Borondón porque, el 25 de septiembre de 1492, detalló que su tripulación observó una isla en unas coordenadas determinadas cerca de las Canarias. Colón, que conocía muy bien el sitio, estuvo pendiente de concretar con exactitud su ubicación. «Puesto el sol, subió Martín Alonso en la popa de su navío, y con mucha alegría llamó al almirante para darle la noticia de que veía tierra. Y todos afirmaron que era tierra. Y al almirante le pareció que habría hasta ella unas veinticinco leguas», señaló el navegante italiano en su cuaderno de viaje.
 
San Borondón viene reflejada en mucha cartografía antigua:
  • Carta de Pinciano (1367).
  • Mapa genovés de Beccari (1435).
  • Mapamundi de Fra Mauro (1457).
  • Paolo dal Pozzo Toscanelli, también la plantó en una de sus cartas allá por (1476).
  • Mapa de la Isla de San Borondón de Leonardo Torriani (1590).
  • Mapa francés anónimo (1704).
  • Mapa del noroeste de África de Guillermo Delisle (1707).
  • Perspectiva de Juan Smalley (1730).
  • Perspectiva de Próspero Cazorla (siglo XVIII).
  • Carta geográfica de Gautier (1755).
  • Mapa de África, de Guillaume Delisle (1707). La descripción de Delisle ya pone en duda la existencia de San Borondón…

 

Leonardo Torriani – Mapa de la isla de San Borondón (1588)

 Mapa de la Isla de San Borondón de Leonardo Torriani (1588). El caso de Leonardo Torriani (1559-1628) es interesante. Este ingeniero italiano fue nombrado ingeniero militar por Felipe II, y se le mandó realizar un estudio sobre el sistema defensivo de las Islas Canarias y elaborar un proyecto de mejora del mismo. Durante más de cinco años visitó todas las islas y elaboró una completísima Descrittione et historia del regno de l’isole Canarie gia dette le Fortvnate con il parere delle loro fortificationi (Descripción e historia del reino de las Islas Canarias antes Afortunadas, con el parecer de sus fortificaciones, 1588). En este compendio, dedica un anexo de varias páginas a la leyenda de San Borondón, remontándose a las Islas Afortunadas, e inaccesibles, que Claudio Ptolomeo (ca. 100-ca. 170) señala como el límite occidental del mundo y ofrece un mapa imaginario de la isla.

Esquema de la Isla de San Borondón, por José de Viera y Clavijo (1772)
 

 Esquema de la Isla de San Borondón, por José de Viera y Clavijo (1772-1783). Sacerdote, historiador, escritor, José de Viera y Clavijo (1731-1813) fue una de las figuras más importantes de la Ilustración canaria. En su eruditas Noticias de la historia general de las Islas de Canaria, dedica un capítulo a La famosa cuestión de San Borondón (Vol. 1, p. 78) en el cual plantea el siguiente dilema: «La existencia de la Isla de San-Borondon es un Problema, acerca del qual tenemos tres systemas. El primero es el del vulgo supersticioso é ignorante, que atribuye su inaccesibilidad á una especial providencia Divina, ó magia diabólica. El segundo es el de los que se obstinan en sostener su realidad con pruebas de hecho, y en buscar razones para que no se haya descubierto todavía, y para que con dificultad se pueda descubrir. El tercero es el de los Críticos y Filósofos, que niegan absolutamente que exista tal Isla fuera de nuestros ojos, ó de nuestra imaginación. […] Asi entiendo, que la Isla de San-Borondon encantada vale más para nuestro ínfimo vulgo, que diez San-Borondones descubiertas.» Además de diversos testimonios de avistamiento de la isla, ofrece un dibujo realizado en 1759 desde la Gomera…

 
Leonardo Torriani, ingeniero encargado por Felipe II para fortificar las Islas Canarias a finales del siglo XVI, describe sus dimensiones y localización y aporta como prueba de su existencia las arribadas fortuitas de algunos marinos a lo largo de ese siglo.
Ahora vamos con la segunda pregunta, relacionada con la isla submarina; Algunos a San Borondón la sitúan entre la isla de La Palma y el Hierro, otros incluyen incluso la isla de la Gomera, pero siempre en esa dirección, orientada hacia las costas de América o quizás hacia las islas de Cabo Verde, podemos ver en las fotos de Google Earth, la cantidad de islas submarinas que hay en esa dirección, algunas de considerable tamaño, y también se ven volcanes dentro del océano, recordemos que toda la Macaronesia donde se encuentran las Islas Canarias son de carácter volcánico.
Tres portugueses de Setúbal, entre los cuales uno llamado Pedro Vello (piloto y práctico en la navegación del Brasil) declararon haber desembarcado en la isla de San Borondón tras ser arrastrados hacia sus costas por una tempestad. Según su propio relato, observaron en la arena de la playa unas pisadas que doblaban en tamaño a de un hombre normal. Además se encontraron con una cruz de madera y “tres piedras en triángulo”. Al desatarse repentinamente un huracán, perdieron de vista la isla dejando Vello a dos hombres abandonados en la frondosa selva que cubría la isla.
En marzo de 1520, durante la expedición de la primera circunnavegación de la Tierra, Fernando de Magallanes nombró a la bahía de Samborombón en la provincia de Buenos Aires, por la creencia de que había sido formada por el desprendimiento de la isla de San Borondón del continente americano.
Los marinos canarios Fernando de Troya y Fernando Álvarez, navegaron en su búsqueda en 1526. En 1556 le tocó el turno al portugués Roque Nuñes, que llevaba con él al cura palmero Martín de Araña. Aseguraron haber divisado San Borondón, aunque no desembarcaron. El canario Marcos Verde de Bethencourt le pasó algo parecido con la meteorología, cosa que contó al inquisidor Pedro Ortiz de Funes, en 1570, regresando de una expedición contra los berberiscos, arribó a una isla desconocida y, tras explorarla, mientras se recogía en el navío con sus hombres, les sorprendió un torbellino de viento de fuerza tal que fue preciso largarse a toda mecha. Luego Hernán Pérez de Grado, primer regente de la Real Audiencia de Canarias, mandó a sus hombres de confianza particulares en busca de la tierra fantasma, con poco éxito.
La última expedición subvencionada por el gobierno de España tuvo lugar en 1721, impulsada por el capitán general de las Islas Canarias, el tudelano Juán de Mur y Aguirre.
El corsario John Hawkins afirmó que las corrientes marinas que rodeaban San Borondón eran tan fuertes y peligrosas que solo los más experimentados hombres de mar estaban capacitados para navegarlas y arribar en tierra firme. El historiador Juan Núñez de la Peña también describió estas fuertes corrientes y declaró que cualquier acercamiento a la isla era imposible por su causa.
La silueta que reprodujo Viera y Clavijo (1731-1813) en sus famosas Noticias de la historia general de las islas de Canaria, donde desentrañó algunos de los entresijos del dédalo samborondoniano. El diseño fue tomado del natural, en La Gomera en 1759, por un franciscano que informó al ilustrado tinerfeño.
En 1865 el naturalista británico Edward Harvey afirmó que su expedición había desembarco en la isla de San Borondón, encontrando plantas y animales endémicos como alguna especie de lagarto (lo que me recuerda esta historia a las Islas Salvajes), se tiene alguna foto de esa llegada. Su ayudante Simon Tilley y un marinero de nombre Ángel Cruz montaron un campamento con el fin de explorar la isla, hasta que el barco fuese reparado. La Real Sociedad Británica lo tachó de demente y le acusó de haber trucado las fotos, esto le causó un gran desprestigio apesar de que varias personas certificaron que era cierto lo que decía, esto alimentó más la leyenda de San Borondón.
Durante el siglo XX la leyenda de San Borondón no cayó en el olvido. De hecho, en 1958, ABC publicó una imagen de la isla asegurando que había sido "fotografiada por primera vez". El texto, de Luis Diego Cuscoy, ahondaba en que "hace unos días, a los cinco años de su última aparición, la islita ha surgido a sotavento de La Palma, como antes, como siempre", localizando el avistamiento entre Tazacorte y Llanos de Aridane: "El afortunado fotógrafo, verdadero testigo de excepción, ha dejado fiel constancia del hecho. Uno más que ha creído en la realidad de esa tierra fluctuante", terminaba la crónica. En los últimos años se ha vuelto a ver por muchas personas la dichosa isla fantasma, incluso ser han filmado videos los años 2003 y 2008, y más fotos en 2023.
 

 
También se dice que la isla se ve gracias al efecto conocido como Fata Morgana, una ilusión óptica originada por la inversión de temperatura que puede generar en el horizonte barcos, acantilados o islas. Pero, ¿cómo es posible que más de cien testigos oculares la describan con las mismas magnitudes y relieves? ¿Y qué hay de las personas que dicen haber estado allí y, sin conocerse entre ellas, narran historias muy similares?. Enormes huellas de gigantes en la arena, temblores, vientos huracanados que se levantan de repente, frutas mucho más grandes de lo normal o verla desaparecer tras abandonarla presa del terror. También se dice que la isla es tan solo un cúmulo de nubes en el horizonte que cualquier persona puede llegar a confundir con tierra. Pero esto no es posible, pues además de aparecer entre la tormenta, en un mar embravecido o entre la niebla, también lo ha hecho en días de cielo por completo despejado y mar en calma.
No hay una explicación científica definitiva sobre San Borondón. La mayoría de los científicos consideran la isla como una leyenda o un mito, producto de la imaginación popular o de errores de navegación. Para explicar los supuestos avistamientos de San Borondón desde una perspectiva científica los expertos indican que pueden tratarse de espejismos, efectos psicológicos de sugestión, formaciones nubosas que crean una ilusión óptica o lo que se denomina islas temporales, es la opinión de algunos.
Resulta también sorprendente que el ‘avistamiento’ de diciembre de 2023 coincide con el mismo lugar y espacio en el océano donde 'emergió' en 1957, según la fotografía de Quintero.




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