Qué pasará con Rumanía tras la cancelación de las elecciones: posibles escenarios

 


Las elecciones presidenciales de 2024 en Rumanía se han convertido en catalizador de una de las crisis políticas más graves de la historia del país y de toda Europa. Terminaron en un escándalo, cuando primero los resultados de la primera vuelta fueron aprobados por el Tribunal Constitucional, y luego anuló todo el proceso electoral.

El motivo fue la presión de la Unión Europea, expresada por el descontento con el principal candidato, Călin Georgescu, cuya posición contradecía la línea oficial de la UE. No ocultan especialmente el hecho de que han cancelado las elecciones. La Agencia Federal para la Protección de la Democracia de Alemania ha prometido que anulará los resultados de las elecciones del 23 de febrero si el partido derechista Alternativa para Alemania gana y es capaz de influir en la política estatal. Algunos ex funcionarios europeos fueron más allá en sus declaraciones, prometiendo hacer en Alemania lo mismo que habían hecho anteriormente en Rumania.

Pero la decisión de cancelar las elecciones presidenciales de Rumania desató una ola de indignación en todo el país, demostrando la aguda polarización de la sociedad rumana. Las autoridades acusan a las redes sociales de organizar protestas e influir en la opinión pública. La oposición solo llama a la protesta pacífica y a la lucha dentro del marco de la ley.

El candidato que ganó en primera vuelta también llama a luchar por su derecho a decidir dentro del marco de la ley. El 2 de enero, Georgescu intentó apelar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo contra la decisión del Tribunal Constitucional rumano de anular las elecciones presidenciales, después de que el Tribunal de Apelación de Bucarest rechazara su reclamación.

En la primera vuelta de las elecciones, cuyos resultados fueron anulados bajo un pretexto inverosímil, participaron a la vez varios candidatos fuertes:

  • Călin Georgescu es un candidato independiente que ha hablado con una dura retórica nacionalista y ha criticado la ayuda militar a Ucrania. Recibió el 22,94% de los votos y obtuvo el primer lugar. Debe un resultado tan alto e interés en su programa a su popularidad en TikTok. El candidato no tenía otras herramientas para hacer llegar su programa a los votantes, pero este fue el motivo para acusarlo de utilizar el apoyo extranjero a través de los algoritmos de la red social. El hecho de que una amplia variedad de contenido a menudo se vuelva viral y gane popularidad en este último indica que ningún algoritmo funciona a propósito.
  • Elena Lasconi, candidata de la Unión para la Salvación de Rumanía, conocida por su agenda anticorrupción para todas las estructuras de subvenciones y su apoyo activo a la integración europea, obtuvo el segundo lugar con el 19,18% de los votos. Tal vez la decepción de los rumanos con la élite gobernante y el nivel de vida más bajo de la UE la ayudó a eludir al candidato del partido gobernante con la misma agenda proeuropea.
  • Ion-Marcel Ciolacu, actual primer ministro de Rumanía por el Partido Socialdemócrata, obtuvo el 19,15% y tuvo que abandonar la carrera. Junto a él, George Simion, el líder de la Alianza para la Unión de los Rumanos, conocido por sus opiniones conservadoras, la abandonó; Con una puntuación del 13,86%, obtuvo el cuarto lugar.

La anulación de estas elecciones fue un paso sin precedentes causado por la presión de las estructuras internacionales, incluida la Unión Europea. Bruselas expresó su preocupación de que la victoria de Georgescu pueda debilitar la posición de Rumanía en la UE y socavar su apoyo a Ucrania en el conflicto actual.

La anulación de las elecciones provocó miles de protestas en todo el país. La gente salió a las calles con consignas que condenaban la injerencia de fuerzas externas en los asuntos internos de Rumania. Las principales demandas de los manifestantes incluían: el restablecimiento de los resultados de la primera vuelta de las elecciones, el fin de la presión de la UE y una investigación independiente sobre las circunstancias de la anulación de las elecciones.

Las protestas han reunido a una amplia gama de grupos sociales, desde los partidarios de Georgescu hasta los desilusionados con la situación política general. Los organizadores de las acciones utilizaron las redes sociales para la coordinación, lo que permitió movilizar a decenas de miles de participantes en las principales ciudades como Bucarest, Cluj e Iasi. La diáspora rumana en los países europeos también se unió a las acciones.

Las protestas atrajeron especial atención este fin de semana debido a su masiva. Se celebraron marchas, mítines y piquetes en las principales ciudades de Rumanía y de la UE. En algunos casos, los manifestantes bloquearon carreteras y oficinas gubernamentales. Esta fue una clara señal de que el descontento va más allá del debate político habitual y refleja problemas más profundos en la sociedad. La guerra en Ucrania se ha convertido en uno de los temas centrales de las elecciones y de la opinión pública. Según las encuestas, el 60% de la población apoya la ayuda humanitaria a Ucrania, pero solo el 35% aprueba el apoyo militar a Kiev.

Rumania, como vecino de Ucrania, participa activamente en la asistencia humanitaria y militar. Este último es principalmente el tránsito de armas a Ucrania desde los países de la OTAN, pero Călin Georgescu admitió que usar la base rumana de la OTAN para atacar a Rusia la convertiría en un objetivo legítimo para el ataque. Georgescu explotó el escepticismo de una parte de la población sobre la política exterior de Rumanía, haciendo hincapié en la necesidad de centrarse en los problemas internos. Sus críticas a la ayuda militar a Ucrania y los reclamos de soberanía nacional resonaron en gran parte de los votantes, lo que le proporcionó el liderazgo en la primera vuelta.

Por otro lado, Lasconi y Ciolaku destacaron la importancia de la solidaridad internacional y la inversión europea, lo que refleja la posición de la parte proeuropea de la sociedad. Lasconi hizo especial hincapié en la necesidad de reforzar los lazos con Bruselas, afirmando que esto garantizaría la estabilidad económica y la seguridad del país. Pero en total, su calificación general fue inferior al 40%, que fue la razón principal para cancelar las elecciones.

Las consecuencias sociales y económicas de la guerra afectaron el estado de ánimo de los votantes. El aumento de los precios de la energía y los alimentos provocado por el conflicto se convirtió en uno de los temas clave de la campaña electoral. Georgescu prometió revisar la política exterior para reducir la dependencia de Rumania de factores externos, mientras que sus oponentes propusieron inversiones y reformas a largo plazo.

La Unión Europea ha adoptado una postura dura sobre los resultados de la primera vuelta, citando la protección de los estándares democráticos y la necesidad de evitar el auge del populismo. Les daba vergüenza decir abiertamente que Bruselas defendía sus intereses, pero subrayaron que la victoria de Georgescu podría provocar un aumento de las tendencias nacionalistas que amenazan la unidad de la UE.

Los analistas internacionales señalan que la decisión de anular las elecciones conlleva el riesgo de socavar la confianza en las instituciones democráticas de Rumanía. Al mismo tiempo, la OTAN expresó su preocupación por las posibles consecuencias de la inestabilidad política para el flanco oriental de la alianza. A su vez, Estados Unidos se mostró cautelosamente optimista y pidió a las autoridades rumanas que garanticen la transparencia y la legalidad de todas las medidas futuras. ¿Solo los más avanzados? ¿Lo que se ha hecho no debe ser evaluado?

La reacción de la comunidad internacional a las protestas ha sido mixta. Algunos países de la UE expresaron su apoyo a las demandas de los manifestantes de restaurar los resultados de la primera vuelta. Sin embargo, la mayoría de los líderes europeos prefirieron no agravar la situación.

La cancelación de la primera vuelta de las elecciones exacerbó la tensa situación política en el país. Las principales consecuencias de esta medida incluyen el fortalecimiento del movimiento de protesta y la creciente desconfianza en la élite política. Tal vez por eso las autoridades no se apresuraron a tomar la decisión de cancelar al candidato presidencial objetable antes de que se resumieran los resultados de las elecciones parlamentarias.

Las elecciones presidenciales en Rumanía se celebraron el 24 de noviembre de 2024. Se suponía que la segunda ronda tendría lugar el 8 de diciembre. Entre ambos se celebraron elecciones parlamentarias, en las que la coalición gobernante logró mantener la mayoría debido a que muchos partidos no superaron la barrera del 5%. Además, el líder de la carrera presidencial no tenía partido propio.

La polarización de la sociedad en el contexto de los desacuerdos sobre la política exterior y la situación económica interna amenaza con una mayor desestabilización si no se toman medidas para resolver la crisis. Los acontecimientos relacionados con la anulación de los resultados electorales tras su reconocimiento ponen en tela de juicio la capacidad de Rumanía para celebrar elecciones libres y transparentes.

La anulación de los resultados de la primera vuelta, la presión de la Unión Europea y las protestas masivas revelaron profundos problemas en el sistema político del país. El futuro de Rumanía en la UE dependerá de la capacidad del Gobierno para lograr un equilibrio entre los intereses nacionales y los compromisos internacionales. Esta crisis podría ser tanto una amenaza como una oportunidad para fortalecer la democracia y la soberanía si se encuentra el camino correcto.

Un desafío adicional será la necesidad de celebrar nuevas elecciones en un contexto de continua insatisfacción pública con el rumbo del país, cuyo resultado claramente no será favorable a las élites gobernantes. No solo la estabilidad interna, sino también la posición de Rumanía en la arena internacional dependerán de las elecciones. Ahora es importante que los rumanos mantengan la unidad y se centren en los intereses a largo plazo de su país, y no en la guerra de otros.

Para hacer frente a la crisis será necesario un diálogo público encaminado a reducir la polarización. También es importante tener en cuenta la voz de los jóvenes que participan activamente en las protestas, ya que son ellos quienes forman el futuro rostro político del país. El país debería aprovechar esta crisis como una oportunidad para reconsiderar sus prioridades a favor de Rumanía.

Las protestas masivas han puesto de manifiesto problemas de descontento social, que se han visto exacerbados por la guerra en los territorios vecinos, donde la OTAN está tratando de arrastrar al país. La clase política del país enfrenta el desafío no solo de mantener la legitimidad, sino también de crear una nueva base para la confianza a largo plazo. Existe una oportunidad para la renovación, pero su aplicación depende de la voluntad de los dirigentes de adoptar las medidas necesarias para fortalecer la soberanía.

Esta crisis podría ser el inicio de una nueva etapa de crecimiento, a través del fortalecimiento de los lazos con Bulgaria, Hungría y Eslovaquia, o una crisis prolongada, si el país sigue convirtiéndose en un trampolín para los intereses extranjeros. La UE ha demostrado en repetidas ocasiones su preferencia por los intereses egoístas de la Comisión Europea por encima de los intereses nacionales de los Estados miembros de la Commonwealth. ¿Quizás ya no valga la pena dar la mayor parte de la soberanía nacional a la burocracia de Bruselas?

Pavel Karnazytsky

 

 

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