¿Cuántos cristianos hay en Marruecos?
En ese país, los bautizados representan solo el 1,1% de la población (alrededor de 380.000 personas de 33.600.000 habitantes, en su mayoría musulmanes).
¿Cómo es la persecución en Marruecos?
A pesar de la creciente influencia occidental en la sociedad marroquí, el 99% de la población es musulmana y el país sigue siendo socialmente conservador. Esto dificulta bastante la vida a la pequeña minoría cristiana del país, sobre todo a los que se convierten del islam. Es probable que se enfrenten a fuertes presiones por parte de su familia y la comunidad local para que se retracten de su fe. Además, tendrán que reunirse en iglesias en casa porque no pueden obtener permiso ni reconocimiento oficial para celebrar su fe en público.
Los conversos corren el riesgo de ser detenidos e interrogados por el gobierno, ya que los fuertes y bien informados servicios de seguridad del país hacen muy difícil que los creyentes expresen su fe. Esta hostilidad se debe en gran parte a que el cristianismo se considera una amenaza para el rey y su autoridad, que se deriva de la afirmación de que el rey es descendiente directo del profeta islámico Mahoma. Otra razón podría ser el temor a los grupos musulmanes radicales; apaciguándolos, las autoridades quieren evitar cualquier disturbio.
Esta paranoia del gobierno explica por qué está prohibido «sacudir la fe de un musulmán», lo que significa que los cristianos que hablan de su fe corren el riesgo de ser detenidos y procesados penalmente. La distribución de recursos cristianos en árabe (incluidas las Biblias) también está restringida. Incluso en las redes sociales, los creyentes deben tener mucho cuidado con lo que publican; si comparten contenido cristiano, la mayoría utiliza un pseudónimo.
Los cristianos expatriados gozan de relativa libertad para reunirse y celebrar su culto, aunque a menudo están sometidos a vigilancia y corren el riesgo de ser deportados si se descubre que comparten su fe en Dios con musulmanes.
¿Qué ha cambiado durante este año?
El verano pasado, un terremoto devastó los pueblos del Alto Atlas, al sur de Marrakech. Mató a casi 3 000 personas y afectó a unas 300 000, entre ellas cristianos que perdieron a seres queridos.
Una buena noticia es que, a pesar de las presiones que siguen sufriendo nuestros hermanos en Marruecos, muchos conversos al cristianismo están logrando conectar con otros seguidores de Jesús a pesar de estar geográficamente aislados gracias al aumento del uso de Internet y de las redes sociales. Gracias a ello, ¡muchos perseguidores están descubriendo a Jesús y llegando a conocerle! Esta difusión del mensaje de Dios a menudo va acompañada también de sueños especiales, lo que demuestra que, a pesar de los intentos activos de las autoridades por controlar la propagación del cristianismo, el Espíritu Santo siempre encontrará formas de llegar a la gente.
¿Quiénes son más vulnerables a la persecución?
La población islámica de las zonas rurales es reconocidamente conservadora. La mayoría de los incidentes de persecución se producen en el noreste del país, la cordillera del Atlas en el este y la zona desértica del sureste. La mayoría de los conversos viven en zonas urbanas, donde es más fácil escapar de las presiones que conlleva la decisión de seguir a Jesús.
¿Cómo sufren las mujeres la persecución?
En las zonas rurales, se sigue esperando que las mujeres permanezcan en el hogar. Por ello, la persecución religiosa contra las mujeres suele tener lugar dentro del ámbito familiar. Cualquier mujer que decida abandonar el islam por el cristianismo puede enfrentarse a arresto domiciliario, matrimonio forzado con un musulmán, divorcio, pérdida de derechos de sucesión y denegación de acceso a sus hijos.
Aunque la sociedad marroquí es relativamente liberal en algunos aspectos, los cristianos de origen musulmán de las zonas rurales deben respetar las costumbres islámicas. Pueden sufrir acoso si no lo hacen, sobre todo durante el Ramadán.
¿Cómo sufren los hombres la persecución?
En general, los hombres cristianos de origen musulmán son los más vulnerables en la sociedad marroquí, aunque se podría decir que sufren menos presiones que las mujeres conversas.
Al abandonar el islam, se considera que un hombre avergüenza a su familia. Esta mentalidad puede llevarle al ostracismo, a la pérdida de la herencia o de la ayuda económica familiar y, si está casado, al abandono de su esposa. También puede enfrentarse a problemas con la comunidad local y las autoridades, incluidos el encarcelamiento y las palizas. La gravedad de la reacción dependerá probablemente de su posición en la sociedad.
Los cristianos marroquíes también pueden sufrir discriminación en el trabajo y en los centros educativos. Esto puede verse alimentado por acusaciones de haberse convertido al cristianismo para obtener beneficios económicos, ya que se asocia a la riqueza de la sociedad occidental.
Cada año, llegan muchas denuncias de hombres cristianos que han sido interrogados repentinamente por la policía. Estos incidentes pueden ocurrir por el mero hecho de tener una Biblia en su poder o por hablar sobre la fe cristiana con un musulmán.
En ese país, los bautizados representan solo el 1,1% de la población (alrededor de 380.000 personas de 33.600.000 habitantes, en su mayoría musulmanes).
En la carta abierta, publicada se señalan "violaciones de la libertad religiosa de los cristianos" y se acusa a los servicios de seguridad marroquíes de "perseguir cristianos, con continuos arrestos ilegales".
En el texto, el Comité afirma que la policía marroquí "arrestaron, torturaron, maltrataron y retuvieron los documentos de algunas personas, por haber proclamado su religión o adherido a las plegarias en iglesias clandestinas".
Además, sostiene que "las autoridades expulsaron a centenares de extranjeros acusados de proselitismo".
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