La 'diarrea normativa' aumentó un 19% en 2017 y se duplicará en 2018

La CEOE denuncia la "elevada densidad y complejidad" del marco legislativo español. Patricia Malagón



La burocracia sigue creciendo | Pixabay/CC/Geisteskerker
La CEOE ha publicado un nuevo informe sobre la producción normativa en España en 2017 -un estudio que aborda el número de normativas aprobadas en nuestro país cada año-. Lo cierto es que 2017 tiene una lectura positiva y otra negativa. La parte positiva refleja que durante los pasados doce meses se registró el segundo curso con menos normas aprobadas desde 1970. La parte negativa es que aumentaron un 18,6% respecto a 2016.
Concretamente, en 2017 fueron 517 las nuevas normas aprobadas en España -solo 2016 marcó un registro más bajo al quedarse en 436-. La explicación a esto se encuentra en que en 2016 España se rigió con unGobierno en funciones y que durante 2017 la variedad parlamentaria y la falta de mayorías han frenado la producción normativa. A pesar de ello, España ha aprobado 41.883 normas durante los últimos 47 años.

  Desgranando las cifras, se puede observar que en 2017 nuestro país aprobó solo una Ley Orgánica, 12 leyes, 172 reales decretos, 21 reales decretos-ley y 311 órdenes. Es el primer año, desde 1993, en el que se aprueba un porcentaje tan bajo de leyes orgánicas -en 1993 no se aprobó ninguna-.
Cabe destacar que este primer año de legislatura -comenzó el 17 de noviembre de 2016- ha sido en el que menos normas se han aprobado desde la primera legislatura de la democracia. Un fenómeno que encuentra respuesta, como ya se ha señalado, en la falta de consenso y mayorías parlamentarias. Eso sí, la CEOE advierte de que en 2018 la producción normativa podría duplicarse.
 
 

 
  Respecto a las páginas publicadas en el BOE, se han incrementado un 29,7% respecto a 2016 -en total se editaron 223.043 durante el pasado curso-. En este caso, 2017 fue el año más prolijo para el Boletín Oficial del Estado desde 2011 -a partir de ese año el número de páginas editadas se mantuvo por debajo de las 177.000-.

Las CCAA también aumentaron la regulación

Las comunidades autónomas también aumentaron su producción normativa respecto a 2016. Concretamente, 253 normas fueron aprobadas durante el pasado año -ocho más que en 2016-. La Comunidad Foral de Navarra fue la que más normas aprobó (33), seguida de Cataluña y de Valencia con 31. Por su parte, Castilla-La Mancha (8), País Vasco (8) y Canarias (8) fueron las menos productivas normativamente hablando.
Lo que sí llama poderosamente la atención es que el total de las páginas oficiales entre el BOE y los boletines autonómicos dio como resultado 954.568 folios normativos editados en solo un año.
 
 
  En el marco de la Unión Europea, el número de actos legislativos aprobados en 2017 ascendió a 1.920 -1.105 reglamentos, 32 directivas y 783 decisiones-. El pasado año fue el cuarto curso consecutivo en el que se redujo la aprobación de normativas. Aunque eso sí, el total de las normas europeas ascienden a 46.147.
 

Exceso de burocracia

Desde la patronal han querido mostrar la dificultad que supone para el desarrollo de la actividad empresarial la existencia de tantas normativas. "El entramado legislativo español está caracterizado por una elevada densidad y complejidad, lo que obliga a las empresas a bregar con un alto, y a menudo disperso, nivel de regulación, que origina distorsiones en el mercado y un alto nivel de cargas administrativas. Esta situación impacta directamente sobre nuestra capacidad de crecimiento económico, pues erosiona la competitividad de nuestras empresas, que se ven obligadas a destinar notables recursos y esfuerzos a cumplir con la regulación existente, a veces injustificada o desproporcionada.", denuncian los empresarios

En la España de hoy hay más de 100.000 leyes en vigor, resultando inevitable que la propia legislación incurra en contradicciones consigo misma.

Recuperar el valor de las leyes Por Carlos Prallong -
 
En la España de hoy hay más de 100.000 leyes en vigor, resultando inevitable que la propia legislación incurra en contradicciones consigo misma.
Aquellos que nos quejamos del irracionalmente excesivo número de leyes a las que nos vemos sometidos lo hacemos habitualmente partiendo de una premisa: las leyes están para ser cumplidas. Si nos sentimos abrumados ante la maquinaria generadora de normas, leyes y reglamentos en la que se van convirtiendo paulatinamente los estados modernos, es precisamente porque sabemos que en el respeto a la Ley radican los fundamentos de cualquier sistema democrático.
Si al diseñar las democracias representativas se hizo tanto hincapié en que los ciudadanos participasen en el proceso legislativo fue precisamente porque el cumplimiento de las leyes ni puede ni debe ser opcional. Y una maraña legislativa excesivamente espesa no solo es un nido de corrupción (ya señalaban los clásicos que un Estado es más corrupto cuantas más leyes tiene) sino que, además, atribuye a los gobernantes un poder cuasi absoluto.
Esto ocurre en la España de hoy, donde hay más de 100.000 leyes en vigor, resultando inevitable que la propia legislación incurra en contradicciones consigo misma. Al final, es la arbitrariedad de los gobernantes la que decide qué proyectos siguen adelante y cuáles no o, mucho más inquietante, quiénes han de cumplir ciertas leyes, y quiénes no, o qué leyes han de cumplir o dejar de cumplir ciertas personas en particular…
En España el proceso legislativo no es ni mucho menos un proceso abierto o transparente en el que pueda participar la sociedad civil
Esto, por supuesto, lo perciben los ciudadanos, especialmente porque lo sufren en sus propias carnes. Y, por si fuera poco, también se percatan de que en España el proceso legislativo no es ni mucho menos abierto o transparente, en el que pueda pueda participar la sociedad civil (por muy indirectamente que sea). Al contrario, las leyes son fruto de procesos opacos e impermeables, que tienen lugar en los despachos de las sedes de los partidos políticos, donde solo acceden ciertas élites extractivas.
Así las cosas, es cuando menos lógico que la ciudadanía perciba la Ley como algo ajeno. Y, ante la práctica imposibilidad de cumplir unas normas sin incumplir otras, asume que las leyes no conforman un marco de convivencia: las percibe como una mera herramienta de poder. Y, consecuentemente, siente rechazo. En consecuencia, cada vez más personas caen en el relativismo y entienden que el acatamiento de las leyes tiende a ser una opción personal puntual para cada caso particular y no un compromiso permanente de convivencia. Sin ir más lejos, asómense un rato a Cataluña.

Podemos despertarnos un día y descubrir que en nuestras sociedades proliferan amenazas que deberíamos haber dejado atrás hace varias décadas
Que la situación actual resulte lógica no quiere decir que debamos darla por válida. Es fundamental recuperar el aprecio a nuestras leyes por todo lo que protegen y representan. Y también velar por su cumplimiento porque lo que entendemos por democracia debería estar plasmado en nuestro ordenamiento jurídico. Y si no prestamos atención podríamos despertar un día y descubrir que proliferan amenazas que deberían estar desterradas hace ya varias décadas.
Sirva como ejemplo el caso de Kuwait Airlines, que lleva años practicando impunemente en nuestra moderna Europa occidental un racismo e intolerancia que todos entendíamos eran cosa de un pasado trágico, superado hace más de medio siglo.
En Kuwait siguen empeñados en mantener el boicot que la Liga Árabe decidió imponer a Israel hace más de 70 años
En la primavera de 2016, esta aerolínea tuvo que asumir que si quería volar entre diferentes ciudades europeas tendría que cumplir con las legislaciones anti-discriminación y decidió no volar. A pesar de que países como Jordania o Egipto lleven tiempo ignorando el el boicot que la Liga Árabe decidió imponer a Israel hace más de 70 años, en Kuwait siguen empeñados en mantenerlo.
El grupo internacional de abogados The Lawfare Project presentó una querella en Suiza a raíz de la denuncia de un ciudadano al que Kuwait Airlines se negó a llevar de Ginebra a Frankfurt. Y la compañía, al comprender que para operar entre ciudades europeas no podía negarse a embarcar pasajeros con pasaporte de Israel, prefirió desmantelar todas sus rutas intra-Europeas e incurrir en pérdidas de cientos de millones de euros.
No era algo nuevo. Este grupo de abogados que ejerce lo que su directora Brooke Goldstein define de manera informal como “activismo litigante”, principalmente (aunque no exclusivamente) centrado en la lucha contra el antisemitismo, ya les había amenazado con emprender acciones legales en Estados Unidos en diciembre del año anterior, y la aerolínea había optado por desmantelar su puente entre Nueva York y Londres, que era una de las rutas que más beneficios aportaba a la compañía (y cuya cancelación fulminante supuso también pérdidas millonarias). Actualmente, de hecho, la misma historia se está repitiendo con los mismos actores, esta vez en Alemania…
Y cierto es que en el caso de los Kuwaitíes podemos llegar a entender que entre asumir pérdidas millonarias en Occidente o sufrir las iras del Emir en casa opten por lo primero (entre que le apliquen a uno nuestras leyes occidentales o le apliquen la Sharia la elección es sencilla).
Hoy es mucho más probable ser censurado en Google, Yahoo y Twitter por incurrir en algún discurso políticamente incorrecto que por incumplir las leyes vigentes en materia de odio o discriminación
Pero esto no debe distraernos de la importante labor que The lawfare Project lleva a cabo en pro del cumplimiento de nuestras leyes, así como de otros casos que ha puesto sobre la mesa. Esta misma semana, sin ir más lejos, han anunciado en España que podrían emprender acciones legales contra Google, Yahoo y Twitter. Y la condición que ponen para no hacerlo (lo que demandan, en definitiva) resulta bastante simple: que se cumplan nuestras leyes antidiscriminación y las propias normas internas de estas compañías. Han señalado casos concretos, demostrado que hoy día es mucho más probable ser censurado en cualquiera de estas plataformas por incurrir en algún discurso políticamente incorrecto que por incumplir las leyes vigentes en materia de odio o discriminación: Y semejante arbitrariedad es inaceptable.
Al final lo que evidencia el “activismo litigante” es que lo que necesitamos no son nuevas leyes, tal y como proponen casi todos los partidos del consenso socialdemócrata (paradójicamente los que más leyes nuevas proponen son los que luego antes invitan a sus seguidores a no acatar las leyes existentes redactadas por otros; y, por el contrario, los individuos o grupos que más respetuosos se muestran con la Ley son siempre los que abogan por reducir drásticamente su número y sus ámbitos de actuación). Tampoco derogarlas o siquiera modificarlas.
Antes de plantearnos ninguna otra cosa, debemos asumir que hay que respetar las leyes; y debemos aprender no solo a acatarlas sino a velar para que sean cumplidas. Ya que ahí radica la base sobre la que se edifica cualquier convivencia democrática. Porque solo tras interiorizar que las leyes son de obligado cumplimiento, podremos valorarlas en toda su magnitud y gravedad.
Las leyes más importantes se pactan en despachos de partidos políticos fuera de las instituciones sin disimulo alguno
Únicamente cuando entendamos que las leyes, su forma y su contenido nos afectan de manera inexorable, nos guste o no; comprenderemos la capital importancia de que nos impliquemos y participemos en su redacción y desarrollo. Debemos ser conscientes del enorme agravio y daño que supone que las leyes más importantes se pacten en despachos de partidos políticos fuera de las instituciones sin disimulo alguno. Porque mientras no seamos conscientes, será absurdo esperar que nos planteemos hacer algo al respecto…
Debemos, en definitiva, apreciar y valorar nuestras propias leyes; aunque solo sea para sentir su peso sobre nuestros hombros, exigir que nos permitan ejercer el papel que nos corresponde legítimamente y empezar a demandar menos y mejores leyes, que buena falta nos hacen.

EL SÍNDROME DE PROCUSTO

24 FEBRERO, 2018
El síndrome de Procusto es aplicable a cualquier ámbito de la sociedad y en el momento que vivimos directamente aplicable a la ideología de género y los intentos del feminismo más radical de acabar con todo aquello que les estorba con tal de que prevalezca su ideología.
 

 
El Síndrome de Procusto o por qué despreciamos al que sobresale.
La incapacidad para reconocer como válidas las ideas de otros, el miedo a ser superado profesional o personalmente por otros, la envidia…. Todo ello nos puede llevar a eludir responsabilidades, tomar malas decisiones y frenar las iniciativas, aportaciones o ideas de aquellos que pueden dejarnos en evidencia.
Procusto se ha convertido en sinónimo de uniformidad y su síndrome define la intolerancia a la diferencia. Así, cuando alguien quiere que todo se ajuste a lo que se dice o se piensa, lo que quiere es que “se acueste en el lecho de Procusto”. También aquellos que cogen tus sueños y los adaptan a sus limitaciones mentales para decirte que no se puede, que eres un iluso y que nunca alcanzarás lo que te propones.
Para reconocer mejor la figura de Procusto a tu alrededor, deberás de tener en cuenta que los habrá que ejerzan su visión de forma consciente, pero también quienes ni siquiera sepan que lo están padeciendo.
-Inconscientes de sus actos-
  • Les afecta emocionalmente cuando otra persona tiene razón y ellos no.
  • Creen que son empáticos, pero en realidad juzgan desde su egocentrismo las reacciones de otros.
  • Suelen hablar de trabajo en equipo, escucha, tolerancia, intercambio de ideas… pero siempre con argumentos para ser escuchados, no para escuchar.
-Conscientes de sus actos-
  • Tienen miedo de conocer a personas a las que les va bien, son proactrivas, tienen más conocimientos, capacidades o iniciativas que ellos. Si lo encuentran, les invade una sensación de desconfianza y malestar.
  •  Enfocan sus energías en limitar las capacidades, creatividad e iniciativa de otros para que no queden en evidencia sus propias carencias.
  • Son capaces de modificar su posicionamiento inicial si, con ello, deslegitiman al otro.
  • Suelen buscar la complicidad  de otros, para entre todos, acabar con aquel que destaque más que ellos.

¿Distintos cerebros para hombre y mujer?

Por fin parecía demostrarse que hombres y mujeres eran esencialmente iguales
 
Ante tan importante descubrimiento, no faltaron los titulares sensacionales (“¡los cerebros son unisex!”) textos que presentaban el estudio como si se tratara de la verdad revelada. No había ni una sola nota discrepante, ni un solo matiz… salvo en un caso, pero de forma muy tenue y en las últimas líneas. Un salto tan trascendente para la humanidad no podía admitir  discrepancias. Por fin parecía demostrarse que hombres y mujeres eran esencialmente iguales: el sueño de la igualdad por decreto estaba mucho más cerca.

¿Hallazgo científico… o burdo ‘fake news’?

Sin embargo, a pesar de lo que afirmaba la información periodística, al consultar directamente el estudio en cuestión se descubría rápidamente que algo no iba bien, que las piezas no encajaban. De entrada, los autores afirmaban que las diferencias documentadas de sexo/género en el cerebro a menudo se toman como soporte de un dimorfismo sexual (“cerebro femenino” o “cerebro masculino”). Sin embargo, tal distinción solo sería posible si las diferencias en las características cerebrales fueran altamente dimórficas e internamente consistentes.
Traducido al lenguaje corriente: los escáneres habían mostrado que, en efecto, existían diferencias entre los cerebros masculino y femenino, pero como su proporción no era del 100% para uno y del 0% para el otro, sino variable y con numerosos aspectos solapados, la conclusión era que no había un cerebro típicamente masculino y otro típicamente femenino, sino diferentes “mosaicos cerebrales”. Idea que, a lo sumo, serviría para explicar algo que ya sabíamos: que afortunadamente puede haber mujeres a las que les apasione jugar al fútbol y hombres que prefieran practicar ballet. En realidad, puestos a tomar el rábano por las hojas, bien podrían haber concluido que no existía un cerebro humano típico… en general. Al fin y al cabo, casi todo el mundo cree que salió favorecido en el reparto de cerebros.
La noticia era un ‘fake news’ de libro… pero los celosos guardianes de la “verdad” no lo detectaron
Pero, ¡oh, sorpresa!, cuando los investigadores analizaron a fondo los datos del estudio, comprobaron que era posible identificar correctamente si un cerebro era de hombre o de mujer el 73% de las veces. Es decir, los cerebros de hombres y mujeres eran, en cierta medida, distintos. Sorprendentemente, este dato fue ignorado por la prensa. Ningún valiente periodista lo divulgó, tal vez por temor a ser arrojado a la hoguera por hereje. La noticia, tal y como había sido difundida, era un ‘fake news’ de libro… pero los celosos guardianes de la “verdad” no lo detectaron.
Para demostrar que el marco interpretativo de los investigadores era falaz, solo hacía falta hacer un sencillo ejercicio de lógica. Por ejemplo, sabemos que la media de estatura de los hombres es mayor que la de las mujeres pero que esto no significa que cada hombre sea más alto que cada mujer. No obstante, que existan prevalencias 80-20 o 60-40 es un dato relevante que ningún científico riguroso desdeñaría, es una información que invita a la investigación, no a la ocultación. Ahora bien, según la retorcida lógica empleada en el citado estudio, el verdadero hallazgo no sería la discrepancia entre las medias sino… ¡la imposibilidad de definir una estatura típicamente masculina y otra típicamente femenina!

El hombre de paja

Pero, Daphna Joel et al, es decir, los autores del estudio, no solo hacían una interpretación interesada de los datos, sino que insinuaban que había una “ciencia mala”, la ciencia machista, que nos imponía la idea de dos cerebros netamente diferentes: uno femenino y otro masculino –recordemos su cita: “las diferencias documentadas de sexo/género en el cerebro a menudo se toman como soporte de un dimorfismo sexual”–. Pero ¿de verdad sus colegas eran malvados machistas? No, en absoluto. De hecho, la neurociencia moderna jamás ha establecido la existencia de cerebros netamente distintos para hombres y mujeres. Entre otras razones, porque el cerebro humano es todavía un gran desconocido. Cosa distinta es que una y otra vez las investigaciones demuestren que el sexo sí importa (aquí y aquí).
Estableciendo que los cerebros son asexuados, las diferencias entre hombres y mujeres solo podrían explicarse por un factor: la educación sexista
Daphna Joel y sus adláteres necesitaban un hombre de paja, un supuesto enemigo, para elevar a causa social sus hallazgos, y hacer creer que la “verdad” estaba perdiendo el partido pero que ellos habían saltado al campo para darle la vuelta y ganarlo con un proverbial cabezazo en el último minuto. Llegados a este punto, la pregunta es: ¿cuáles eran sus verdaderas intenciones? El siguiente párrafo, más propio de un politólogo que de un científico, las desvela:
Las diferencias de sexo/género en el cerebro son de gran interés social, ya que su presencia normalmente supone demostrar que los seres humanos pertenecen a dos categorías distintas, no sólo en términos de sus genitales, y así justificar la diferencia de trato entre hombres y mujeres.
En definitiva, una vez quedara establecido que los cerebros son asexuados, las diferencias entre hombres y mujeres solo podrían explicarse por un factor: la educación sexista.

La imposición del ambiente

Detrás de este estudio está la alargada sombra de una doctrina: el genero como producto exclusivamente del ambiente. Y como toda doctrina, existe una ortodoxia que lleva aparejados unos mandamientos. Hay que evitar desde muy temprano cualquier orientación sexual en los niños. No revelarles su sexo, vestirlos y decorar su cuarto de forma neutral, excluir los juguetes sexistas, son, entre otras, las prácticas recomendadas. Así se liberaría a la persona de perversas expectativas sociales relacionadas con su sexo y se crearía un “ser humano nuevo”.
Los primates hembra se sienten atraídos por las muñecas, mientras que los machos se decantan por artilugios con ruedas
Lamentablemente, existe un cuerpo colosal de literatura y estudios científicos que demuestran la existencia de características biológicas predeterminadas que condicionan nuestro comportamiento desde la más tierna infancia; investigaciones que revelan cómo niños y niñas en edad lactante tienen preferencias distintas relacionadas con su sexo (aquí); incluso que prueban, no ya en seres humanos, sino en primates, que el sexo condiciona las preferencias de los individuos sin que se les aleccione previamente: los primates hembra se sienten atraídos por las muñecas, mientras que los machos se decantan por artilugios con ruedas (aquí).
Pero, misteriosamente, si uno lee la prensa, atiende a la propaganda y observa lo que hacen muchos políticos para conquistar nuevos nichos de votos, es como si todas estas evidencias científicas no existieran. De hecho, las investigaciones que no refuerzan las nuevas tesis transgénero se han vuelto invisibles. Y si, por alguna razón, un investigador consigue romper la ley del silencio, los activistas se encargarán de hacerle la vida imposible, como le sucedió a Kenneth Zucker, toda una autoridad en cuestiones de identidad de género en niños, que fue invitado a abandonar su puesto de director en The Child Youth and Family Gender Identity Clinic (GIC), en Toronto, por no comulgar con la doctrina ortodoxa. Una vez más, no nos enfrentamos a un debate racional.

El caos

A pesar de la ley del silencio, son numerosas las voces cualificadas que alertan del grave peligro de tratar a los niños como si fueran una hoja en blanco, de darles a entender que el género es algo facultativo, de quita y pon. Los niños así educados tienden a sumirse en la confusión. De hecho, hay pediatras que sospechan que no es casual la creciente popularidad del Trastorno de Identidad Sexual (GID) ni el incremento del número de visitas a sus consultas por esta causa.

Los casos de transgénero siguen siendo escasos pero el caos que se está generando es cada vez mayor

Según American Academy of Pediatrics, mientras en 1970 del 2% al 4% de los niños y del 5% al 10% de las niñas de edades comprendidas entre los 4 y 18 años se comportó como el sexo opuesto ocasionalmente, en la actualidad del 5% al 13% de los adolescentes varones y del 20% al 26% de las adolescentes manifestaron un comportamiento de género cruzado. De estos, del 2% al 5% de los varones y del 15% al 16% de las niñas llegaron al convencimiento de que pertenecían al sexo opuesto. Sin embargo, aunque tantos jóvenes piensen que pueden pertenecer al sexo contrario, la prevalencia final de este fenómeno es solo del 0,01% (1 entre 10.000 a 30.000)*.
Es decir, a pesar de que un creciente número de niños parecen estar experimentando el comportamiento de género cruzado, la evidencia es que, a medida que maduran, muy pocos solicitan el cambio de género. En conclusión, los casos de transgénero siguen siendo escasos pero el caos que se está generando es cada vez mayor.

La biología como tabú

Hoy, que un niño prefiera apuntarse a actividades musicales en vez de formar parte del equipo de fútbol de la escuela, o que a una niña sueñe con pilotar un Fórmula 1 en lugar de ser bailarina, debe entrar dentro de la normalidad porque, afortunadamente, los tiempos cambian. Esto significa que hoy hay más libertad para el individuo, independientemente de su sexo. Pero, precisamente por esta razón, que algunos inquisidores puedan tachar de sexista todo aquello que no cuadre con sus cuadriculadas ideas, es un atentado a la libertad individual. En realidad, con su imposición, lejos de eliminar viejas discriminaciones, añaden una nueva y, además, convierten la biología en tabú… como ocurría siglos atrás.

Las “nuevas religiones”, sus relatos y la filosofía de Goebbels

Aunque la historia sea todavía más vieja, en la cultura contemporánea venimos asistiendo a un notable incremento del prestigio de lo que se ha dado en llamar relatos, especialmente, aunque no solo, en el ámbito de la política. Probablemente el prestigio reciente de esta clase de retóricas se debe a un libro ya vetusto (1980) de Lakoff y Johnson, Metaphors We Live By, y tal vez no deba separarse del influjo de otro hit todavía más notable de la historia intelectual contemporánea, el famoso libro de Thomas S. Kuhn (The Structure of Scientifical Revolutions, 1960) que puso en los supermercados el término “paradigma”, hasta un punto tal que abundan los testigos presenciales de la desesperación del autor, en sus últimos días, por afirmar que él no era kuhniano.
 
Reducido a su más perversa y frecuente versión, el nervio del asunto lleva a afirmar que solo importan las verdades de fondo, robustas, sólidas, algo que pueda entender todo el mundo, aquello que pueda contarse suscitando una emoción básica, que los detalles son alpiste, ganas de despistar. A poco que se repare, nos encontramos con una epistemología de la credulidad: basta estar en el lado correcto de la batalla para tener siempre razón, sea lo que fuere de lo que se discuta. No suele decirse, pero el procedimiento señala un camino dorado para la beatitud, porque si aciertas a instalarte en el lado luminoso, las multitudes te darán la razón, siempre tendrás a tu disposición una porción suculenta de verdad apetecible, y nunca te sentirás solo.

Desde el punto de vista del receptor, la estrategia de primar el ‘relato’ antes que la argumentación supone una apuesta clara por el conformismo y la comodidad
Resulta curioso, aunque tal vez no tanto, que esta forma de valorar la comunicación, de enfrentarse a las cosas, se haya podido imponer al tiempo que circulan abundantemente hipótesis bastante contrarias: que la realidad es compleja, que la información disponible tiende al infinito, o que todo es “relativo”. Desde el punto de vista del receptor, la estrategia de primar el relato antes que la argumentación supone una apuesta clara por el conformismo y la comodidad, una reafirmación de los prejuicios de cada cual sobre cualquier posibilidad que nos arruine nuestra buena y complaciente conciencia. Tal vez lo más curioso del caso es que abunden los relatos que pretenden ser embajadores de alguna supuesta “ciencia”, olvidando la sanísima conseja del gran Feynman, que, por lo pronto, la ciencia comienza cuando dejamos de creer en lo que se nos cuenta.
Los argumentos no llaman a la sensibilidad sino a algo más trabajoso, a la racionalidad crítica, y eso tiene bastante mala prensa en los ambientes en que tienden a imponerse los forofos, la gente que domina el relato coherente, la consigna dura, el epíteto contundente. Los relatos apuntan siempre a un mundo perfecto, nos explican el malestar que padecemos y nos señalan con nitidez al malo de la película, por ello nos mueven a actuar y nos hacen sentirnos protagonistas además de que siempre parecen dar bastante más de lo que nos piden (lo que para un público semiavisado debería ser automáticamente indicio de sospecha).
Argumentar es algo más exigente que contar historias, de la misma forma que escribir una gran novela es algo ligeramente más arduo e inhabitual que emborronar trecientas páginas
Argumentar es algo más exigente que contar historias, de la misma forma que escribir una gran novela es algo ligeramente más arduo e inhabitual que emborronar trecientas páginas en plan X (póngase el autor plomo y pedante de su preferencia). Así sucede que cuando está preferencia por lo sentimental penetra en la política, y es inevitable que lo haga, las propuestas inteligentes desaparecen y los argumentos con peso ceden el paso a cualquier cosa fácil de sostener y que se ofrezca con una melodía euforizante.
Da igual el nombre que se le ponga al fenómeno (mi predilecto es peronismo, pero no pretendo convencer a nadie), porque lo que acaba sucediendo es que esa clase de munición termina por convertir a la política en una pura contienda, le arrebata su función civilizadora y la priva del arma decisiva, de la palabra y el argumento, de la reflexión, de comparar la realidad con lo que se nos cuenta, de tomar la medida exacta a los desmanes y aquilatar el esfuerzo y el precio que habría que pagar por los supuestos remedios. Se llega así al paroxismo, a que importe más el triunfo de los buenos de la película que la paz civil, a que se valore más la majeza que la responsabilidad, a que se difumine cualquier clase de límites en aras del éxito del relato, porque ¿cómo vamos a consentir que la realidad, la ley o el respeto a los demás nos priven de realizar nuestros sentimientos sin los que parece que no se puede vivir?

Las ‘nuevas religiones’ no parecen dispuestas a aceptar ese sanísimo retiro al ámbito de lo privado y pretenden imponer una nueva teología de la ecología, del feminismo, o de la causa que se prefiera
En nuestra historia común el relato máximo se ha llamado siemprereligión, y la historia de la democracia liberal puede contarse como el intento exitoso de separar la política de la religión, pero las “nuevas religiones” no parecen dispuestas a aceptar ese sanísimo retiro al ámbito de lo privado y pretenden imponer una nueva teología de la ecología, del feminismo, o de la causa que se prefiera. Como el ámbito de los relatos, siempre crédulos y acríticos, tiende a separarse de la racionalidad, ocurre que acaba por no importar en absoluto que lo que efectivamente se hace sea contrario a lo que se afirma, como cuando unos pacifistas la emprenden a mamporros y pedradas con la policía, por ejemplo.
Decía, con fina ironía, Bertrand Russel que la lógica era el arte de no sacar conclusiones, pero esa exigencia de rigor suele ser demasiado para los que demandan a toda hora relatos, esas formas de ver el mundo en las que, mágicamente, las conclusiones preceden a las premisas. En esto consiste la filosofía de Goebbels, el milagro demoníaco de que la repetición de una mentira, su conversión en relato, la convierta en verdad.

Las mujeres reducen la brecha... del tabaco. Sus cánceres de pulmón aumentan sin freno

El tabaquismo femenino empezó tarde, pero ya empieza a hacerse visible en las estadísticas. Desde el año pasado, en Asturias el cáncer de pulmón ya es el más común

 
 Mujer sostiene un cigarrillo en un café de Viena (Leonhard Foeger / Reuters)
 
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24.02.201805:00 H.
Hace muchos años, fumar no estaba mal visto. Salvo que fueras una mujer.
Entonces llegaron aquellas divas y todo cambió. Audrey Hepburn, fumando con boquilla frente al escaparate de Tiffany's. No le costó hacer aquel papel, ya empalmaba un cigarrillo con otro en la vida real. Cómo fumaba también Lana Turner, aquella 'femme fatale' de 'El cartero siempre llama dos veces'. O Bette Davis, con aquellos ojazos que vieron pasar cuatro infartos antes de que un cáncer acabara con ella. Igual que con Turner, igual que con Hepburn.


ANTONIO VILLARREAL

Sin embargo, el ejemplo de todas estas actrices prevaleció. Ahora llegan las consecuencias.
El año pasado Asturias se convirtió en la primera comunidad española donde el cáncer de pulmón superó al de mama, tradicionalmente la segunda causa de mortalidad en mujeres tras la enfermedad cardiovascular.
En Estados Unidos o en Europa occidental el cáncer de pulmón lleva varios años en el número uno. En España, hasta ahora, seguía rezagado pero ya asoma la cabeza para tomar el liderato, algo que según los expertos ocurrirá más pronto que tarde.
La incidencia del cáncer de pulmón en mujeres españolas lleva creciendo desde los años ochenta —actualmente a un 4% anual, por lo que se consideraría en situación de epidemia— pero comenzó su aceleración al comenzar el siglo XXI. Hace unos 15 años, su mortalidad superó a la del cáncer de estómago y entró en el podio. La distancia con el segundo puesto —cáncer de colon— era grande, pero acabó por desaparecer el año pasado.
En los años noventa, casi la mitad de los españoles fumaba frente a solamente (es un decir, no se me enfaden) una de cada cinco mujeres. De aquellos 24 puntos porcentuales, en 2011 se redujo la brecha hasta siete. En general, hoy en día tanto hombres como mujeres están reduciendo su consumo, pero éstas llegaron incluso a incrementarlo durante los años noventa y principios de siglo.
"El principal motivo de esta tendencia tiene que ver con la reafirmación de la personalidad y la liberación de la mujer en los años ochenta y noventa", explica a Teknautas Javier de Castro, jefe de Sección de Oncología Médica en el Hospital Universitario La Paz y director de un grupo de investigación de cáncer de pulmón en mujeres. "Ese pico de incidencia que vimos en los varones en los años ochenta se está dando más tarde en la mujer".


Paradójicamente, en hombres el cáncer de pulmón en varones es primero en mortalidad, aunque desde hace varios años ha entrado en una fase de estabilización e incluso de descenso tras tocar techo en 2001, cuando se alcanzó una mortalidad de más de 81 casos por cada 100.000 habitantes.


"Esto se ha producido principalmente por las leyes anti-tabaco", dice el oncólogo, "a nivel internacional pero también español, con la ley de 2005 que fue muy importante".

De aquellos lodos, estos humos

"El tabaquismo en mujeres es diferente al del varón", continúa De Castro, "y la industria tabacalera se ha aprovechado de esto, ha desaparecido el tabaco negro, más asociado al cáncer, y aparece un tabaco que por imagen se asocia más a lo femenino: mentolados, slim, light..."
Una muestra. En mayo de 2016, el Gobierno prohibió los cigarrillos mentolados y otros con sabores u olores que pudieran atraer a consumidores más jóvenes. Marcas como Lucky Strike, propiedad de British American Tobacco, se aprovecharon entonces de una línea de cigarrillos llamada 'Click & Roll', que consiste en una bolita introducida en el filtro y que, al ser pulsada, libera ese sabor a menta añorado por los fumadores de mentolado, entre las que abundan especialmente las mujeres.
Bien, pues esta ha sido su evolución. Actualmente se venden más cajetillas de 'Click & Roll' que de Lucky Strike blando.


Uno de los problemas que es necesario afrontar es que, dado que el tabaquismo femenino es diferente, las estrategias para reducirlo también deberían serlo.
"Hay algo que en la mujer es muy importante", explica el oncólogo. "Hombres y mujeres de mediana edad fuman por esa reafirmación, pero en mujeres jóvenes ahora mismo estamos percibiendo un gran problema". De forma global, la incidencia del tabaco está en torno a un 30% pero donde esa incidencia está más próxima entre hombres y mujeres está entre los 16 y los 25 años. A esa edad, no hay diferencias de género en el fumeteo.
¿Por qué sucede esto? Porque la mujer, a diferencia del hombre, usa a esa edad el tabaco como control de peso y de estrés. "La chica, en torno a los 15 años, empieza a perder el hábito deportivo, gana un poco de peso y piensa que una de las formas de corregir esto es fumar, al igual que le ocurre con el control del estrés", explica De Castro, "mientras los chicos, entre los 14 y los 18 años, siguen teniendo cierta actividad deportiva relacionada con el balón, fútbol o baloncesto, las mujeres pierden mucho más esta costumbre".
La mujer, a diferencia del hombre, usa a esas edades el tabaco como control de peso y de estrés
Por último, hay que remarcar otro aspecto: si una mujer y un hombre fuman exactamente lo mismo, el tabaco le hace más daño a ella según varios estudios, por ejemplo éste de 2011 en 'The Lancet'. "Un menor consumo de tabaco podría ser más perjudicial en la mujer, por la mera eliminación de tóxicos que puede tener el género femenino en comparación con el masculino", concluye Javier de Castro.

La mutilación genital masculina

Una diputada del Partido Progresista islandés ha propuesto recientemente que se debata formalmente una ley que prevé hasta seis años de cárcel para cualquier persona que circuncide a un menor por razones que no sean exclusivamente médicas.
 
El debate aún puede durar meses, pero Islandia puede ser el primer país europeo en prohibir esta práctica. El texto del proyecto de ley compara la práctica de la circuncisión masculina con la mutilación genital femenina, ésta última prohibida en la mayoría de los países europeos y declarada ilegal en Islandia en 2005.
Musulmanes y judíos ya han protestado por esta iniciativa que consideran que atenta contra su libertad religiosa
Aunque minoritarios, musulmanes y judíos ya han protestado por esta iniciativa que consideran que atenta contra su libertad religiosa, pues consideran la circuncisión una parte esencial de su identidad colectiva.
Aproximadamente un tercio de los hombres en todo el mundo están circuncidados, mayoritariamente por razones religiosas o culturales. La práctica consiste en la amputación total o parcial de la piel, llamada prepucio, que recubre el glande o cabeza del pene.
Por los testimonios históricos conservados, parece ser que esta práctica surgió como parte de los ritos de purificación de los antiguos egipcios, y de ahí pasó a las religiones monoteístas abrahámicas y otras tribus africanas influidas por estas. En estas culturas tiene un significado de rito de paso a la edad adulta o rito de fertilidad, o una medida de supuesta higiene en climas donde escasea el agua, o un sacrificio ritual de sangre, como parece ser que era entre los pueblos prehispánicos de las Américas.
La mutilación la puede llevar a cabo cualquier varón pío entrenado como ‘mohel’ o circuncidador, sin que requiera formación como médico cirujano plástico, urólogo o andrólogo
Para los judíos la circuncisión ritual o brit milá (literalmente “Pacto de quitar [el prepucio]”) supone un ritual parecido al bautismo cristiano, mediante el cual el hijo varón entra a formar parte de la comunidad judía al octavo día tras nacer, renovando el pacto que Abraham hiciera con Dios cuando entregó el anillo de piel que cubría el pene de su hijo Isaac (Génesis 17:1, 9-14, 23-27). La mutilación la puede llevar a cabo cualquier varón pío entrenado como mohel o circuncidador, sin que requiera formación como médico cirujano plástico, urólogo o andrólogo. Esta irregularidad lleva al hecho de que más veces de las que se cree el mohel succione la sangre del pene herido del bebé.
Entre los musulmanes la circuncisión se se llama al-jitan en árabe, o también tahara (“purificación”) y es una práctica igualmente extendida, aunque se efectúa bien a los siete u ocho años de edad o a los trece años, en un rito parecido al de la primera comunión o a la confirmación de los cristianos católicos. Aunque su enraizamiento en la religión islámica no es tan evidente, más allá de la referencia genérica a Abraham, padre de Ismael, la práctica parece tener raigambre preislámica en la península arábiga, y su extensión entre los musulmanes se debe a la expansión del Islam desde Arabia. Igualmente se realiza por personas entrenadas sin necesaria formación médica, ni material quirúrgico apropiado. En algunos cultos islámicos la circuncisión se extiende a las mujeres, llegando a provocar la inhumana práctica de la ablación del clítoris o Mutilación Genital Femenina.
Llama la atención que la Iglesia Católica se haya alineado con judíos y musulmanes ante la posible medida de Islandia
En los países cristianos, la tradición clásica grecorromana ha pesado generalmente más que la judaica. Incluso en la antigua Roma, y después bajo la influencia Iglesia Católica, se emitieron leyes contra esta práctica. Por eso, llama aún más la atención que la Iglesia Católica, en boca del cardenal Reinhard Marx, presidente de la Iglesia Católica en la Unión Europea, se haya alineado con judíos y musulmanes ante la posible medida de Islandia.
La tendencia occidental ha sufrido un revés a partir de la proliferación del puritanismo evangélico en los Estados Unidos y su expansión por Iberoamérica y Corea, países que han visto aumentar las amputaciones sexuales entre su población masculina por influencia de estas sectas integristas. La patologización y medicalización del parto en la segunda mitad del siglo XX, bajo los intereses de hospitales corporativos públicos y privados, los mismos que desaconsejaron amamantar para usar biberones con leche de fórmula, institucionalizaron en los Estados Unidos esta circuncisión rutinaria sin consultar muchas veces a los mismos padres.
Según cifras de 2012, el 75% de los adultos estadounidenses está circuncidado. Se producen más de un millón de estas intervenciones al año, es decir, una cada tres segundos. Se trata del procedimiento quirúrgico más frecuente en los Estados Unidos, una industria que factura  varios cientos millones de dólares al año solo por este procedimiento innecesario.
No obstante, según la Canadian Paediatric Asociation, la necesidad de circuncisiones por razones médicas en una población normal es tan solo de un 1%, siempre en casos de afecciones como la fimosis, la balanopostitis crónica o las hipospadias. Además, el Medical Ethics Committee británico señaló en 2007 que la circuncisión masculina por razones médicas debería ser usada solo cuando los procedimientos menos invasivos no son accesibles o no son efectivos. Es decir, que este tipo de intervención médica debería ser aún menos frecuente en los menores.
En junio de 2012 una corte de Alemania determinó que la circuncisión era dañina para los menores y constituía una violación de los derechos del niño
La polémica ha crecido desde que en junio de 2012 una corte de Alemania determinó que la circuncisión era dañina para los menores y constituía una violación de los derechos del niño. Según una encuesta de 2016, el 87% de los daneses están en contra de la circuncisión no terapéutica de los menores, aunque la corrección política ha hecho que el asunto quede relegado a un segundo plano de la agenda de los partidos.
La Asociación Médica Danesa señaló que la circuncisión en los niños sanos es éticamente inaceptable
En diciembre de 2016, la Asociación Médica Danesa publicó sus recomendaciones relativas a esta práctica con una inusual claridad de conceptos: la circuncisión en los niños sanos es éticamente inaceptable cuando la persona es sometida al procedimiento sin su consentimiento informado, máxime cuando se trata de menores.

A nadie, al menos en el mundo civilizado occidental, se le escapa que la práctica de la circuncisión presenta problemas éticos: en primer lugar, contradice el principio de no dañar, contenido en el juramento hipocrático y, en segundo, entra en conflicto con una serie de convenciones internacionales, especialmente con la Declaración de los Derechos del Niño de la ONU, en vigencia desde 1990.
La retirada del prepucio de un pene sano, según la mayoría de asociaciones médicas e investigaciones científicas, está lejos de ser una práctica inocua o promotora de la higiene, de la fecundidad o de la salud sexual. Hay que desmontar la falsa creencia de que la circuncisión protege contra enfermedades de transmisión sexual como el virus del papiloma humano causante de cáncer de pene o de cuello uterino o, menos aún, de la transmisión del VIH.
Se trata de un procedimiento irreversible que elimina terminaciones nerviosas y, por tanto, la sensibilidad masculina en el área
Sus principales riesgos son la hemorragia, que puede ser mortal si se complica con una hemofilia no diagnosticada, o la infección de la herida, lo que supone un riesgo innecesario en un recién nacido, más teniendo en cuenta que la práctica religiosa se realiza sin medidas de esterilización o anestesia local.
La operación es una amputación de una parte sensible y erógena de la sexualidad masculina, lo que supone causar un dolor cruel, innecesario y gratuito a un menor indefenso. Se trata de un procedimiento irreversible que elimina terminaciones nerviosas y, por tanto, la sensibilidad masculina en el área. Lejos de ser algo feo, sucio o que dificulte la higiene, el prepucio cumple una serie de importantes funciones en la protección natural del pene, en la copulación y, por tanto, en la salud reproductiva, que no deben obviarse.
La verdadera razón que motiva esta práctica son los tabúes relativos al sexo y la histeria contra la masturbación que se encuentran en las religiones monoteístas. La circuncisión no aporta ningún beneficio para la salud y sí muchos riesgos. La circuncisión desnuda, incapacita e insensibiliza el pene, que sufre una queratinización del glande, lo que puede causar relaciones sexuales dolorosas, problemas de disfunción eréctil o un estrechamiento patológico de la salida de la uretra en un 5-20% de los circuncidados.
La circuncisión no terapéutica atenta contra los derechos humanos de los niños y, concretamente, contra los derechos sexuales y reproductivos de los varones
La circuncisión no terapéutica atenta contra los derechos humanos de los niños y, concretamente, contra los derechos sexuales y reproductivos de los varones. Su prohibición, más que un atentado contra la libertad religiosa, supone una garantía para la libertad de conciencia de los individuos menores de edad. Como bien dice Richard Dawkins en su libro El espejismo de Dios (2006), los niños no nacen con una religión, sino que nacen en una comunidad con unas creencias concretas.
Aunque los padres tengan derecho a educar a sus hijos en los valores que consideren oportunos, no tienen derecho a mutilarlos en nombre de una religión que los menores no han elegido o de unos tabúes sexuales acientíficos, máxime sin su consentimiento informado. Los derechos de la infancia y de los individuos prevalecen sobre cualquier supuesto derecho colectivo a indoctrinar o mutilar a menores. Siguiendo el ejemplo de los países nórdicos, quizás vaya siendo hora de abrir el debate también en las sociedades de habla hispana.
Una diputada del Partido Progresista islandés ha propuesto recientemente que se debata formalmente una ley que prevé hasta seis años de cárcel para cualquier persona que circuncide a un menor por razones que no sean exclusivamente médicas.
 
El debate aún puede durar meses, pero Islandia puede ser el primer país europeo en prohibir esta práctica. El texto del proyecto de ley compara la práctica de la circuncisión masculina con la mutilación genital femenina, ésta última prohibida en la mayoría de los países europeos y declarada ilegal en Islandia en 2005.
Musulmanes y judíos ya han protestado por esta iniciativa que consideran que atenta contra su libertad religiosa
Aunque minoritarios, musulmanes y judíos ya han protestado por esta iniciativa que consideran que atenta contra su libertad religiosa, pues consideran la circuncisión una parte esencial de su identidad colectiva.
Aproximadamente un tercio de los hombres en todo el mundo están circuncidados, mayoritariamente por razones religiosas o culturales. La práctica consiste en la amputación total o parcial de la piel, llamada prepucio, que recubre el glande o cabeza del pene.
Por los testimonios históricos conservados, parece ser que esta práctica surgió como parte de los ritos de purificación de los antiguos egipcios, y de ahí pasó a las religiones monoteístas abrahámicas y otras tribus africanas influidas por estas. En estas culturas tiene un significado de rito de paso a la edad adulta o rito de fertilidad, o una medida de supuesta higiene en climas donde escasea el agua, o un sacrificio ritual de sangre, como parece ser que era entre los pueblos prehispánicos de las Américas.
La mutilación la puede llevar a cabo cualquier varón pío entrenado como ‘mohel’ o circuncidador, sin que requiera formación como médico cirujano plástico, urólogo o andrólogo
Para los judíos la circuncisión ritual o brit milá (literalmente “Pacto de quitar [el prepucio]”) supone un ritual parecido al bautismo cristiano, mediante el cual el hijo varón entra a formar parte de la comunidad judía al octavo día tras nacer, renovando el pacto que Abraham hiciera con Dios cuando entregó el anillo de piel que cubría el pene de su hijo Isaac (Génesis 17:1, 9-14, 23-27). La mutilación la puede llevar a cabo cualquier varón pío entrenado como mohel o circuncidador, sin que requiera formación como médico cirujano plástico, urólogo o andrólogo. Esta irregularidad lleva al hecho de que más veces de las que se cree el mohel succione la sangre del pene herido del bebé.
Entre los musulmanes la circuncisión se se llama al-jitan en árabe, o también tahara (“purificación”) y es una práctica igualmente extendida, aunque se efectúa bien a los siete u ocho años de edad o a los trece años, en un rito parecido al de la primera comunión o a la confirmación de los cristianos católicos. Aunque su enraizamiento en la religión islámica no es tan evidente, más allá de la referencia genérica a Abraham, padre de Ismael, la práctica parece tener raigambre preislámica en la península arábiga, y su extensión entre los musulmanes se debe a la expansión del Islam desde Arabia. Igualmente se realiza por personas entrenadas sin necesaria formación médica, ni material quirúrgico apropiado. En algunos cultos islámicos la circuncisión se extiende a las mujeres, llegando a provocar la inhumana práctica de la ablación del clítoris o Mutilación Genital Femenina.
Llama la atención que la Iglesia Católica se haya alineado con judíos y musulmanes ante la posible medida de Islandia
En los países cristianos, la tradición clásica grecorromana ha pesado generalmente más que la judaica. Incluso en la antigua Roma, y después bajo la influencia Iglesia Católica, se emitieron leyes contra esta práctica. Por eso, llama aún más la atención que la Iglesia Católica, en boca del cardenal Reinhard Marx, presidente de la Iglesia Católica en la Unión Europea, se haya alineado con judíos y musulmanes ante la posible medida de Islandia.
La tendencia occidental ha sufrido un revés a partir de la proliferación del puritanismo evangélico en los Estados Unidos y su expansión por Iberoamérica y Corea, países que han visto aumentar las amputaciones sexuales entre su población masculina por influencia de estas sectas integristas. La patologización y medicalización del parto en la segunda mitad del siglo XX, bajo los intereses de hospitales corporativos públicos y privados, los mismos que desaconsejaron amamantar para usar biberones con leche de fórmula, institucionalizaron en los Estados Unidos esta circuncisión rutinaria sin consultar muchas veces a los mismos padres.
Según cifras de 2012, el 75% de los adultos estadounidenses está circuncidado. Se producen más de un millón de estas intervenciones al año, es decir, una cada tres segundos. Se trata del procedimiento quirúrgico más frecuente en los Estados Unidos, una industria que factura  varios cientos millones de dólares al año solo por este procedimiento innecesario.
No obstante, según la Canadian Paediatric Asociation, la necesidad de circuncisiones por razones médicas en una población normal es tan solo de un 1%, siempre en casos de afecciones como la fimosis, la balanopostitis crónica o las hipospadias. Además, el Medical Ethics Committee británico señaló en 2007 que la circuncisión masculina por razones médicas debería ser usada solo cuando los procedimientos menos invasivos no son accesibles o no son efectivos. Es decir, que este tipo de intervención médica debería ser aún menos frecuente en los menores.
En junio de 2012 una corte de Alemania determinó que la circuncisión era dañina para los menores y constituía una violación de los derechos del niño
La polémica ha crecido desde que en junio de 2012 una corte de Alemania determinó que la circuncisión era dañina para los menores y constituía una violación de los derechos del niño. Según una encuesta de 2016, el 87% de los daneses están en contra de la circuncisión no terapéutica de los menores, aunque la corrección política ha hecho que el asunto quede relegado a un segundo plano de la agenda de los partidos.
La Asociación Médica Danesa señaló que la circuncisión en los niños sanos es éticamente inaceptable
En diciembre de 2016, la Asociación Médica Danesa publicó sus recomendaciones relativas a esta práctica con una inusual claridad de conceptos: la circuncisión en los niños sanos es éticamente inaceptable cuando la persona es sometida al procedimiento sin su consentimiento informado, máxime cuando se trata de menores.

A nadie, al menos en el mundo civilizado occidental, se le escapa que la práctica de la circuncisión presenta problemas éticos: en primer lugar, contradice el principio de no dañar, contenido en el juramento hipocrático y, en segundo, entra en conflicto con una serie de convenciones internacionales, especialmente con la Declaración de los Derechos del Niño de la ONU, en vigencia desde 1990.
La retirada del prepucio de un pene sano, según la mayoría de asociaciones médicas e investigaciones científicas, está lejos de ser una práctica inocua o promotora de la higiene, de la fecundidad o de la salud sexual. Hay que desmontar la falsa creencia de que la circuncisión protege contra enfermedades de transmisión sexual como el virus del papiloma humano causante de cáncer de pene o de cuello uterino o, menos aún, de la transmisión del VIH.
Se trata de un procedimiento irreversible que elimina terminaciones nerviosas y, por tanto, la sensibilidad masculina en el área
Sus principales riesgos son la hemorragia, que puede ser mortal si se complica con una hemofilia no diagnosticada, o la infección de la herida, lo que supone un riesgo innecesario en un recién nacido, más teniendo en cuenta que la práctica religiosa se realiza sin medidas de esterilización o anestesia local.
La operación es una amputación de una parte sensible y erógena de la sexualidad masculina, lo que supone causar un dolor cruel, innecesario y gratuito a un menor indefenso. Se trata de un procedimiento irreversible que elimina terminaciones nerviosas y, por tanto, la sensibilidad masculina en el área. Lejos de ser algo feo, sucio o que dificulte la higiene, el prepucio cumple una serie de importantes funciones en la protección natural del pene, en la copulación y, por tanto, en la salud reproductiva, que no deben obviarse.
La verdadera razón que motiva esta práctica son los tabúes relativos al sexo y la histeria contra la masturbación que se encuentran en las religiones monoteístas. La circuncisión no aporta ningún beneficio para la salud y sí muchos riesgos. La circuncisión desnuda, incapacita e insensibiliza el pene, que sufre una queratinización del glande, lo que puede causar relaciones sexuales dolorosas, problemas de disfunción eréctil o un estrechamiento patológico de la salida de la uretra en un 5-20% de los circuncidados.
La circuncisión no terapéutica atenta contra los derechos humanos de los niños y, concretamente, contra los derechos sexuales y reproductivos de los varones
La circuncisión no terapéutica atenta contra los derechos humanos de los niños y, concretamente, contra los derechos sexuales y reproductivos de los varones. Su prohibición, más que un atentado contra la libertad religiosa, supone una garantía para la libertad de conciencia de los individuos menores de edad. Como bien dice Richard Dawkins en su libro El espejismo de Dios (2006), los niños no nacen con una religión, sino que nacen en una comunidad con unas creencias concretas.
Aunque los padres tengan derecho a educar a sus hijos en los valores que consideren oportunos, no tienen derecho a mutilarlos en nombre de una religión que los menores no han elegido o de unos tabúes sexuales acientíficos, máxime sin su consentimiento informado. Los derechos de la infancia y de los individuos prevalecen sobre cualquier supuesto derecho colectivo a indoctrinar o mutilar a menores. Siguiendo el ejemplo de los países nórdicos, quizás vaya siendo hora de abrir el debate también en las sociedades de habla hispana.

LA OTRA VIOLENCIA La masculinidad, el carcelero de los hombres maltratados

LA OTRA VIOLENCIA

La masculinidad, el carcelero de los hombres maltratados  Patón & Asociados 

 

Aznar eligió a Rajoy sabiendo su íntimo secreto que ahora desvela un libro: lo han “sacado del armario” cinco veces

 

Cuando José María Aznar eligió a Mariano Rajoy como sucesor en el verano de 2003 frente a Rodrigo Rato, Mayor Oreja o incluso Angel Acebes (“el que más se parece a mí”), ya sabía mucho sobre la intimidad del candidato, que era un secreto a voces en el Congreso. Hoy le acusa de pusilánime, poco decidido e incluso miedoso, pero entonces era una virtud que se definía como “flexibilidad” para hacer lo que él le sugería. Porque Rajoy era una persona que sucumbía fácilmente a las presiones de todos y por todos, asustadizo, nervioso y poco vehemente, le cuesta decir que no, prefiere inhibirse ante las decisiones graves que pueden acarrearle enemigos. Este carácter “blandengue” a la par que temeroso se ha labrado durante muchos años a causa de algo que le causaría pánico escénico a quien lo sufriera: las memorias póstumas de Carlos Alberto Biendicho, el primer y único líder gay que ha tenido el PP  desde que fundó la Plataforma Popular Gay (PPG), desvelan que a Mariano Rajoy lo han “sacado del armario” cinco veces durante toda su trayectoria política. Rajoy, que llegó a su escaño en Madrid con 31 años y soltero procedente de Pontevedra, posee varias biografías, pero ninguna de ellas hace alusión a este oscuro asunto. Ni “El hombre impasible” del burgalés Graciano Palomo, ni “La sucesión” de la gallega Magis Iglesias, tampoco “Un gallego en la Moncloa”, editada por La Voz de Galicia, ni por supuesto “En confianza”, del propio Mariano Rajoy mencionan los episodios de “bullying” o acoso escolar que, de ser cierta esta circunstancia, habrían marcado la vida del actual presidente del Gobierno e incluso su matrimonio forzado por su entonces jefe político, Manuel Fraga para acallar los rumores. Tampoco ningún libro hace mención a su grupo de amigos en Madrid que, siendo soltero, frecuentaba cuando aún era un ilustre desconocido que se limitaba a ocupar su escaño y votar: un profesor de universidad (hoy catedrático), un periodista (hoy en “El Mundo”), un diputado aragonés (hoy retirado de la política) etc… Ellos lo saben todo.
 
Las memorias del ex-militar y ex-seminarista Carlos Alberto Biendicho tituladas “Gaviotas que ensucian su propio nido”, han comenzado a venderse en EE.UU a través de la librería Amazon y en España en Bubok. En ellas Biendicho, que falleció de SIDA en Madrid aunque vivía en León, describe con todo lujo de detalles a la escritora Illy Nes su irrupción en la vida pública y como hubo un momento en la historia de España, con Rajoy a la cabeza (no firmó el recurso de inconstitucionalidad de su partido contra el matrimonio gay) en que el PP apoyaba la igualdad legal de los homosexuales españoles. Las conversaciones de Biendicho con José María Aznar (le pidió que retirara una denuncia), el propio Rajoy (lo invitó a una convención del PP), la reina Sofía (se la presentó Esperanza Aguirre en un acto del Congreso) y otros dirigentes como Rita Barberá, Luisa Fernanda Rudi, Miguel Angel Cortes o Federico Trillo, que intentó impedir la salida del armario de su amigo el teniente coronel Sánchez Silva, recorren las páginas de este libro-bomba que describe desde dentro toda la sociología sexual del PP.
 

Michael Portillo
Las alusiones a la supuesta homosexualidad de Mariano Rajoy tienen su origen esta vez en la propia derecha, según el libro. Así, el locutor y ex crítico de arte, Federico Jiménez Losantos, desde los púlpitos radiofónicos de la cadena Cope, se refería en numerosas ocasiones a Mariano Rajoy como “Maricomplejines”. Miguel Pato en “Periodista Digital” afirmaba que llegó a llamarle “tonta muy tonta”. El propio Losantos en su web “Libertad Digital” a través de su artículo “Maricomplejines, futura seleccionadora nacional”, lo eligió como “símbolo del apocamiento conservador y de la falta de valor para todo”. Fernando R. Genovés, el 27 de agosto de 2004 titulaba una crónica en “Libertad Digital”, como “Maricomplejines no quiere gobernar”, “Minuto Digital” (22-10-05) titulaba “Los maricomplejines existen” y “Red Liberal”, el 4 de agosto de 2005 también publica el artículo “Maricomplejines desembarca en Inglaterra” donde se utiliza el apelativo para colgárselo esta vez al dirigente conservador inglés de origen español, Michael Portillo, que dimitió tras reconocer una relación homosexual durante su juventud. El 25 de julio de 2006, otra nueva alusión se produce en el artículo “Derecha sin pasado, derecha maricomplejines”. Resulta curiosa esta comparación entre Rajoy y Portillo como político de un partido conservador homófobo mientras él era homosexual armarizado.
 
 
Alfonso Guerra
De Jiménez Losantos el asunto pasó al socialista Alfonso Guerra, que calificó de “mariposón” a Mariano Rajoy sabiendo muy bien lo que decía. Fue el segundo “outing”: “Nada de referirse a “mariposón” como en la acepción de aquel que va de flor en flor, si no que le estaba llamando maricón a Mariano Rajoy con todas las sílabas. Yo puse una querella que quedó archivada, me enteré por la prensa aunque el Supremo no me lo ha notificado todavía”, dice Biendicho en el libro. Y concluye: “Yo entiendo que había un animo morboso de insulto en Alfonso Guerra pero, por otra parte no sé si mi querella se archiva por presión del Partido Socialista o del Partido Popular. Porque claro, había que pedir un suplicatorio y entonces habría que comprobar si Mariano Rajoy es realmente homosexual o no, cual es su orientación sexual, para certificar la veracidad o no del apelativo”. Finalmente no hizo falta verificarlo porque el Tribunal Supremo desestimó la demanda. El Supremo considera que la palabra es polisémica y no puede ser equiparada a “maricón”, según recogió la prensa esos días.

El tercer outing a Rajoy lo protagonizó una revista gay. El 1 de marzo de 2004, Zero publica un especial sobre el “Outing” con la portada warholiana del líder del PP y el titular: “¿Podría sacarse del armario a un presidente del Gobierno?”. En el editorial del director, donde figuran cuatro fotografías de Rajoy, destaca en un sumario: “El premio a los que casan ministros y silencian guerras debe ser otro”. En el interior, Juan Antonio Herrero Brasas, profesor de Ética Aplicada en la Universidad de California y colaborador de El País y El Mundo, escribe un artículo titulado “Outing: una medida punitiva”. Y Marcelo Soto titula “Outing: Héroes del Silencio”,un texto que asegura que “vuelan más que rumores sobre la orientación sexual de Mariano Rajoy y de forma menos contundente sobre un abanico de políticos del PP”.
Poco tardaría el asunto en llegar a una sesión del Congreso, y lo hizo en noviembre de 2005. La diputada catalana del PSC-PSOE, Manuela de Madre, le espetó a Rajoy, que una cosa tenían en común, saber ambos “que el padre de la mentira es el demonio”. Como quiera que su alusión no pareció entenderse, De Madre continuó en tono enigmático: “Rectifique el rumbo, señor Rajoy. Me refiero a algunos espacios íntimos de creencias, y la mentira, señor Rajoy, tiene un padre, que es el demonio”.
Semanas más tarde, llega el programa de fin de año 2005 a TVE y se emite una hilarante parodia, que supuso el cuarto “outing”. El skech de Cruz y Raya se titulaba como la telenovela: “Pasión de Gavilanes”. El humorista Jesús Mota aparece disfrazado como Norma, la mujer protagonista de la telenovela, al que Juan Reyes, el galán latinoamericano de le teleserie, en este caso Juan Antonio Muñoz, le declara su amor en la siguiente conversación:
Martín Elizondo: – No, no, Zapatero, el presidente (se quita la careta y aparece hablando como él): “Y lo digo con talante, tolerancia y diálogo: por las pelotas del marrano, Juan Reyes, nuestro amor es imposible”.
Juan Reyes: – Pero es que mira, mi amor, yo no soy en realidad Juan Reyes. Yo soy… (se quita él también una careta)… “Soy Mariano Rajoy, mire usted” (con la caracterización del líder del PP y su tono de voz). “Precisamente tu dices que nuestro amor es imposible, cuando tu has hecho posible que dos hombres puedan casarse, mire usted”.
Zapatero: – Mariano, intuyo, que este puede ser el comienzo de una gran coalición…
Rajoy: – A ver como le explico yo esto ahora a Acebessss. Pon algo de música, ZP.

Y entonces Jesús Sánchez Mota, disfrazado ahora del cantante gay George Michael, canta la siguiente canción:
“A pesar de que Rajoy, le cambiaría el nombre, pues no le gusta al hombre, lo de “matrimonio” gay
Ser portada en revista Zero, tiene más valor que en Interviú
Porque el que se desnuda por entero es aquel que da la cara y que rompe el tabú.
Y que dice yo soy gay, gay, gay, hasta en los vídeos…”
Por último, “Maribolheras Precárias”, un colectivo gay gallego, publicó su quinto outing en su revista gratuita trimestral “As + perralheiras”, una canción titulada “Outing Popular”:
O Partido Popular é uma canteira
Para sacar do armário a quen ti queiras
Agora que Fraga ten a língua fóra
Imos-lhe falar(e) dalgumas tolas
Presidente da junta junta junta
mira para dentro antes de ti falar
Tedes ali em Bruxelas a uma lesbiana
Que todas dim que se deita com Rosana
Do teu palácio es toda uma “reina”
Loyola, la Yola para quem entenda
De nova presidenta ali no Estado
Está um pontevedrés muito amanerado
Mariano Rajuá. “mariposinha”
Porque nunca dis que es uma joaninha
Uma figura insigne aqui em Corunha
É Romay Beccaria que também rabunha
O teu pecado tem muita mais canha
Es do Opus Dei e também “bujarra”
Imos rematar viaxando a Euskadi
Para falar-vos dum tal Iturgaiz
E o que em Bilbao comenta muita gente
É que o PP é o terror do ambiente
[Bonus] Descanse un poquito, Don Manuel

Javier Maroto, vicesecretario de Política Social y Sectorial del PP, en una entrevista en El Mundo y recogida por Informalia, habla abiertamente de su condición sexual, de su matrimonio y asegura que


Javier Maroto, vicesecretario de Política Social y Sectorial del PP, en una entrevista en El Mundo y recogida por Informalia, habla abiertamente de su condición sexual, de su matrimonio y asegura que el PP está lleno de gays:

Si todos los gays estuvieran en Izquierda Unida, no hubiésemos avanzado en este país como se está haciendo. Hay programas que hace el Gobierno de España en favor del colectivo LGBT. (Cristina) Cifuentes o (Alberto Núñez) Feijóo están defendiendo leyes LGBT. Si todos los gays militasen por el cliché en Izquierda Unida, pues no habría los avances. Es más, seguramente, no habría ni matrimonio igualitario.
Precisamentem sobre la polémica montada por el PP recurriendo que la unión de gays fuese llamada matrimonio asevera que:
Mira, ésa es una historia que nosotros mismos no hemos comunicado bien. El Partido Popular llevaba en el programa de Aznar la ley de parejas de hecho y el matrimonio civil que estaba operativo en Francia. El mismo. Ganó las elecciones Zapatero e implementó el matrimonio igualitario, que yo siempre he defendido antes y después. El Partido Popular, de forma errónea, en mi opinión, interpuso un recurso al Tribunal Constitucional porque no creía que debería compartir el nombre con el sacramento católico, la palabra matrimonio.
Añade que:
Es una chorrada porque las cosas se llaman como se llaman en la calle. Yo lo llamo matrimonio porque se llama matrimonio. Pero el PP dijo que no nos gustaba el nombre y lo recurrimos. Creo que fue una decisión equivocada. Pero, entre otras cosas, yo milité en las Nuevas Generaciones, que pedían el matrimonio igualitario. Estoy en un partido en el que no. No hay más que mirar las nuevas juventudes del PP. Si es que hay muchísimos gays y lesbianas en el PP. Es un partido atractivo para ellos.
periodistadigital
 
 

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