"Nadie queda igual tras un aborto"

 

Entrevista a Alicia Latorre, presidente de la Federación Española de Asociaciones Provida, doctora en Humanidades para el mundo contemporáneo, maestra con varias especialidades, enfermera, especialista en bioética y bio jurídica. Miembro de la Plataforma de mujeres científicas e innovadoras.

-En Melilla todos los ginecólogos son objetores...

-Me parece lo más lógico puesto que han estudiado toda una carrera y una especialidad con el fin de sacar adelante nuevas vidas y atender a los problemas que puedan surgir, cuidando lo mejor posible a los hijos y a la madre. Quieren hacer listas de objetores como si eso fuera algo negativo y sin embargo creo que no querer practicar abortos es una muestra de profesionalidad y humanidad. Los que practican abortos no son precisamente los mejores ginecólogos, ni  luce mucho en un currículum  decir que ese médico práctica  abortos.

Creo que las mujeres de Melilla tienen mucha suerte al saber que cuando van al médico no les van a plantear quitarse de en medio la vida de sus hijos y sufrir las consecuencias a todos los niveles  que puede tener esta intervención tan violenta.

-¿Qué lleva a un profesional a ser objetor?

-La coherencia, el respeto a la vida, a sus pacientes. Cualquier persona lo sabe pero ellos aún más porque lo han estudiado, lo han visto, los han visto crecer y saben que hay un ser humano dentro del cuerpo de la mujer desde el primer momento  de existencia. Un ser humano único, inocente que merece todo el respeto, al igual que la mujer no merece ningún tipo de violencia ni prácticas tan terribles como la del aborto.

Y nadie tiene ningún derecho a imponerles esta práctica. Están tratando de amedrentar, de señalar y eso es,  además de un intrusismo profesional, una desvirtuación de la medicina.

-A una mujer con un embarazo no deseado, ¿cómo se la puede ayudar desde un hospital?

-Es fundamental  que todas las personas que hablan en un hospital o en un centro de salud con una chica embarazada no vean el embarazo como algo negativo, aunque y las circunstancias no sean las deseadas. Que no se espere un embarazo no quiere decir que a ese niño no se le vaya a querer o que tenga menos derecho a nacer que otro que se haya sido engendrado en las mejores condiciones. Es bueno escucharla, ver cuáles son sus miedos, sus dificultades y dependiendo del caso tratar de ayudarle a solucionarlas, sabiendo que siempre un embarazo como cualquier circunstancia de la vida, va a exigir sacrificio, pensar en el otro y seguir una serie de pautas de cuidado. Pero también va a suponer una enorme alegría y sacar de ti lo mejor. Si los profesionales no ven el embarazo como algo natural lo que hacen es agravar los problemas de la mujer. Se plantea muchas veces el aborto como una solución a esos problemas sin darse cuenta de que el hecho de tener un hijo dentro, te cambia la vida tanto si lo tienes como si no, pero evidentemente no de la misma manera. Se plantea el aborto como el solucionador de todos los problemas y muchas veces se fuerza a tomar una decisión en momentos de gran confusión duda nerviosismo y más cuando ni siquiera se permite a la mujer reflexionar o se le oculta información. Los que conocemos a fondo estas situaciones sabemos cuánto dolor ocasiona el aborto, cuantas secuelas a veces de por vida y también las consecuencias físicas al medio corto y largo plazo en muchas ocasiones.

-Una mujer que aborta, ¿cómo le afecta?

-En lo más profundo. Aparte de los estudios que hay, desde mi experiencia te digo que nadie queda igual tras un aborto. Puede haber secuelas físicas de distinta gravedad a corto, medio y largo plazo, incluso la muerte,  aunque todo eso lo oculten y desde luego, las que se dan prácticamente siempre son las consecuencias psicológicas. Estás aparecen a veces inmediatamente y otras a lo largo de los años. Se te parte el corazón al ver a mujeres rotas, que pensaban que con el aborto todo se iba a solucionar o que les dijeron  no pasaba nada y  ellas mismas te confiesan cómo ha sido el origen de muchísimos trastornos, de pesadillas recurrentes, depresiones autolesiones, intento de suicidio, adiciones, maltrato a otros hijos, promiscuidad o por el contrario odio a los hombres y un sinfín de trastornos junto a un dolor profundo por algo que es irreparable. Y esto no te lo digo en teoría, yo lo he vivido con cientos de mujeres que cuando se hunden no recurren precisamente a  quienes le han practicado o recomendados el aborto. Son mujeres de distinta edad y condición social de distintas culturas y creencias o sin ellas,  todas saben que cuando quedan embarazadas llevan  un hijo dentro y cuando se enfrentan a la verdad de los hechos cara a cara, no les valen las excusas que les dieron. Y nadie las juzga ni trata mal, son ellas mismas. Algunas de ellas han dado un paso adelante, han contado su experiencia y han ayudado a muchas otras a no cometer el mismo error.

No hay que perder la esperanza, cada cual debe hacer lo que está en su mano. Desde las asociaciones provida seguiremos ayudando en lo que podamos, trataremos de divulgar la cultura de la vida, concienciar y resistir a los ataques de la cultura de la muerte y también  de curar las  heridas que quedan tras el aborto.

-¿Hasta qué mes se puede abortar en este país?

-Según la ley vigente se puede abortar en España hasta los 14 semanas sin alegar ningún tipo de motivo, hasta las 22 si se detecta una enfermedad grave en el hijo y en cualquier momento del embarazo si esa enfermedad se detecta más tarde o se supone que hay un problema para la madre, es decir que se aborta en cualquier momento del embarazo y de hecho en los datos que publica anualmente el Ministerio de Sanidad hay un número considerable de abortos en el tercer trimestre de embarazo.

-¿El número abortos va creciendo o decreciendo en España?

-Si contabilizamos los abortos desde la primera ley de 1985 llevamos más de tres millones de vidas eliminadas con el aborto y las cifras van creciendo. Son entorno a unos 100.000 anuales (más de 106.000 en 2024) y si tenemos en cuenta que el número de nacimientos cada vez es menor, porcentualmente el número de abortos es aún  mayor. Y eso que las cifras que publica el Ministerio de Sanidad son bastante cuestionables porque no se tienen en cuenta muchos abortos químicos, porque no todos los centros de aborto comunican sus datos y por otra serie de razones. Luego estos números son más elevados de lo ques que se publican. No me gusta reducir a estadísticas estos datos, sino individualizar y saber que detrás de cada aborto ha habido un proceso en el cual se destroza al hijo en el vientre de la madre por métodos crudelísimos y supone, una vida frágil e inocente y que como consecuencia también esa madre y su entorno quedan con graves secuelas.

-El Gobierno actual planteó crear una ley para garantizar el derecho. ¿Cuál es su opinión?

-Que exista una ley que justifique un acto tan injusto y cruel no cambia los hechos. Hay  países en los que es legal el matrimonio infantil, la ablación y otra serie de prácticas terribles y eso no convierte en buenos esos actos. El aborto objetivamente es matar a un ser humano en el vientre de su madre y aunque se disfrace con otras palabras que suenan mejor, nadie puede negar esta evidencia y muchos no quieren que se vea ni que se sepa. Muchos partidarios del aborto han cambiado de opinión al ver lo que realmente es un aborto o al ver las secuelas en la mujer, en los hombres o en la sociedad. Que exista una ley que recoge un falso derecho no cambia la realidad de la maldad del aborto. Por otra parte no puede existir en un mismo ordenamiento jurídico un derecho a la vida y un derecho a quitarla, ocurre lo mismo que con la ley de la eutanasia. Lo que se ha querido es dejar todavía más impunes a los que practican el aborto y proteger este negocio. Esta ley supone un desprecio absoluto al no nacido, a las madres, a la medicina .

-¿Usted cómo decidió involucrarse en este tema?

-Yo era una adolescente cuando se empezó con el debate del aborto y es un tema que siempre me ha tocado muy dentro. Cuanto más he conocido más me convenzo. Conocí a jóvenes y mayores inconformistas y comprometidos, traté de ver, leer, informarme a fondo. La cercanía con mujeres con problemas realmente serios, el buen hacer de ginecólogos comprometidos que ven como un reto un embarazo complicado, la posibilidad de salvar vidas, el ver la deriva de un pensamiento en el que con  mentiras y dinero va cambiando la sociedad para mal... son factores que han hecho que lleve unos treinta años comprometida con la defensa de la vida humana. He tenido la suerte de conocer a personas ejemplares, profesionales de distintas ramas y que literalmente se han dejado la piel al servicio de no nacido y de las personas más vulnerables. De eso pocas veces se habla pero son personas que han cambiado muchas vidas, que han sembrado esperanzas y que han curado muchas heridas que ha dejado a su paso la cultura de la muerte. Todo eso me ha ayudado a ser Provida de por vida, compatibilizándolo con mi familia y mi trabajo profesional.

Miriam Lafuente


#ABORTO CERO ¡YA! #AbortoNuncaMas


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares