Bombardeo de San Juan, Puerto Rico – 12 de mayo de 1898

 

12 de mayo de 1898. Una flota Estadounidense compuesta por 8 buques de guerra con una fuerza total de 164 cañones y comandada por el Almirante William Sampson inician a las 06:00 horas un sorpresivo bombardeo de mas de 1.360 proyectiles sobre la ciudad española de San Juan, provincia de Puerto Rico, fue una absurda y cruel demostración del poder naval de Estados Unidos contra la población civil.
Se produce sin previo aviso el bombardeo de la ciudad. Los estadounidenses violan, así, la Declaración de Bruselas de 1874 una vez más.

Ángel Rivero Méndez recuenta en su libro Crónicas de la guerra hispanoamericana en Puerto Rico el pánico que sintieron los habitantes de San Juan durante el bombardeo por la flota de buques de la Armada de los Estados Unidos comandada por el almirante Sampson:

Pánico.- Ya he dicho que al empezar el bombardeo muchos pacíficos habitantes de San Juan corrieron hacia las afueras de la ciudad; el espectáculo, visto desde lo alto de San Cristóbal, era doloroso: ancianos, enfermos, cojos con sus muletas, ciegos, a tientas y sin lazarillos, madres con sus hijos de las manos y en brazos los más pequeños todos huían en abigarrado tropel, como un rebaño que se desbanda; los campesinos que a dicha hora llegaban con sus cargas de aves y vegetales, volvieron grupas, y a todo correr tomaron la carretera de Río Piedras, y hasta uno, creyendo escapar mejor, abandonó su carga y montura fiando la salvación a sus propios pies.

El teniente Policarpo Echevarría, que iba por Puerta de Tierra hacia San Jerónimo, utilizó el caballejo, y sobre la carga de plátanos galopó hasta su castillo.

El tranvía de vapor de Pablo Ubarri hizo frecuentes viajes abarrotado de pasajeros, arrastrando en algunos más de catorce coches; fué bastante la confusión en dicho tren, porque muchas personas entraron por las ventanillas y otras querían llevar consigo maletas y grandes bultos. Dos infelices mujeres dieron a luz en las cunetas del camino, más allá del puente de San Antonio; otras huyeron en ropas menores, casi desnudas.

El bombardeo de San Juan, no de sus baterías solamente como dijo el almirante Sampson, sino de la ciudad y sus defensas, fué un acto de guerra innecesario, cruel y abusivo. Hay leyes humanas que no necesitan para ser cumplidas estar consignadas en ningún código: son leyes de humanidad, de amor y respeto hacia las mujeres, hacia los niños, hacia los ancianos, y que se extienden a todos los no combatientes.

El teniente Jacobsen, comandante del crucero alemán Gier que visitó a San Juan, antes y después del 12 de mayo, publicó más tarde en Berlín un resumen de sus observaciones, y en la página 13 de su libro dice lo que sigue:

«Una verdadera sorpresa pudo haber ofrecido alguna ventaja al Almirante, solamente en el caso de que hubiese tenido la intención de forzar el puerto. Si fué una simple cuestión de reconocimiento, debió haber garantizado un plazo de dos o más horas, sin que eso alterase el resultado del bombardeo.»

Este marino, que fondeó con su crucero de guerra en el puerto de San Juan el día 9 de mayo, dos días antes del bombardeo, y al cual recibí y festejé en mi castillo, volvió a visitarnos a raíz del armisticio; ni antes ni después hubo secretos para él; lo vio todo, y así su trabajo resulta en extremo interesante; desde estas páginas le doy las gracias por el ejemplar que me enviara el año 1899. En ese libro y refiriéndose a los defensores de San Juan puede leerse:

«Son muy valientes estos soldados; de gran empuje y resistencia, siempre sobrios. Por esas cualidades militares, el soldado español es altamente apreciado en todas partes.»

Fuente: Rivero Méndez, Ángel. Crónica de la Guerra Hispanoamericana en Puerto Rico

 

Luego del recuento del bombardeo, el artículo provee un breve resumen de la historia de Puerto Rico, su población, recursos naturales, agricultura, infraestructura, etc. Describe la ciudad murada del Viejo San Juan, sus castillos, su armamento, La Marina, el faro y sus jardines públicos, entre otros.

Ofrece además datos económicos de la isla, como el ingreso bruto de la isla y las cantidades en dólares de exportación e importación de mercancía. Culmina diciendo que desde un punto de vista económico, la adquisición de Puerto Rico sería beneficioso para los Estados Unidos.


La armada estadounidense destruyó estructuras e infraestructura civil, como un hospital, un orfelinato y una iglesia, bloqueó el puerto de San Juan durante tres meses. 

¿Sabía usted que en el 1899 la república de Estados Unidos eliminó el día feriado de los Reyes Magos en Puerto Rico e impuso la asistencia a las escuelas públicas cada 6 de enero hasta el 1931?
A raíz de la invasión militar estadounidense en Puerto Rico que fue precedida por un bombardeo naval de 1,360 bombas que cayeron sobre San Juan el 12 de mayo de 1898, “Los Estados Unidos trataron de suplantar el idioma español en Puerto Rico e implementar sus efemérides y cultura para cambiar nuestra idiosincrasia puertorriqueña”, expresó Herminio de Jesús, compositor y escritor puertorriqueño.
En su libro “Historia de la celebración navideña en Puerto Rico” pg. 457, Herminio de Jesús escribió que Estados Unidos “impuso a los niños de Puerto Rico asistir a la escuela el Día de Reyes, porque esta tradición …. no formaba parte de la celebración de los americanos (estadounidenses).”
Siendo el gobernador militar de Puerto Rico, el estadounidense Guy Vernor Henry ordenó la promulgación de un calendario de festividades para la isla que excluyó el Día de Reyes y lo convirtió en un día común y laborable. Dicha promulgación aconteció el 10 de abril de 1899 y su imposición incluyó castigos a los niños que faltaban a la escuela el 6 de enero y a sus padres que lo permitían.
El Dr. Gerardo Hernández, profesor de historia de la Universidad de Puerto Rico, indicó que “Los maestros estadounidenses que enseñaban inglés castigaban y humillaban a los niños que faltaban, (a clases el 6 de enero), y denunciaban a sus padres ante los tribunales”.
Sobre los castigos que se impusieron a quienes violaban la orden estadounidense, Conociendo a Puerto Rico entrevistó a María Cristina González, mayagüezana de 105 años.
 

María Cristina González recordó que su papá le contaba que las autoridades escolares iban a las casas el 6 de enero para buscar a los estudiantes ausentes. “A la brava se llevaban a los niños, tenían que irse a la escuela. Era como una imposición del magisterio, del departamento de educación. Si los padres no respondían, (los funcionarios escolares) los llevaban a las cortes y les formulaban cargos y eran multados. Eso sucedía así porque lo oí hablar de mis papás,” dijo González.
Según Aida Mendoza, historiadora de Cayey, hubo maestros puertorriqueños que fueron encarcelados porque rehusaron dar clases en el Día de Reyes.
Consecuentemente, si la imposición cultural del invasor estadounidense hubiera prevalecido, la celebración del Día de Reyes, como se conoce hoy en Puerto Rico, habría desaparecido y en Borinquen cada 6 de enero sería probablemente un día tan ordinario, laboral y normal como en Estados Unidos.
No obstante, la puertorriqueñidad en los Reyes Magos, fraguada en Puerto Rico desde el 1508, triunfó sobre la imposición cultural del poder militar estadounidense, la cual duró por 32 años en la Isla del Cordero.
Por eso, todos deben conocer la puertorriqueñidad en los Reyes Magos incluyendo su historia de resistencia y triunfo de la nación puertorriqueña sobre la eliminación del día feriado de los Reyes Magos que el régimen estadounidense impuso en Puerto Rico desde el 1899 hasta el 1931.

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