El regreso de Donald Trump al Despacho Oval amenaza con sacudir los cimientos de la geopolítica con viejos fantasmas de la anterior Administración Trump. La misma que logró importantes alianzas internacionales acercando a países árabes a la órbita de Israel y que tuvo una especial repercusión más allá de la frontera sur de España.
Con Trump, el Reino de Marruecos firmó jugosos contratos armamentísticos y acuerdos comerciales que, en primer lugar, supusieron un desplazamiento definitivo de la habitual compraventa de material militar y armas a España. A cambio, Rabat pasó por el aro estadounidense acercándose a Tel Aviv -a pesar de la fuerte contestación de la ciudadanía marroquí en la calleCon la retórica belicista al alza en el contexto de la guerra rusa en Ucrania, Argelia y Marruecos han optado por rearmarse y disparar el gasto militar. En términos de defensa aérea, este movimiento pone en alerta a España, que sigue los movimientos de los países vecinos.
Como
ambos países confirmaron en 2023, Argelia y Rusia tienen una
"asociación estratégica" que puede acabar volviéndose peligrosa para la
ya frágil estabilidad del norte de África "y para la seguridad nacional
de España".
Argelia tiene previsto recibir cazas furtivos rusos Sukhoi Su-57 en 2028, convirtiéndose en el primer usuario africano de ese avión de quinta generación. El país ya firmó un contrato de 2.000 millones de dólares por un total de 14 aviones furtivos. "No son muchos aviones, pero si algún día España y Argelia entrasen en conflicto, esos cazas serían un problema".
España también tiene la mira puesta en Marruecos. Este vecino del sur viene exhibiendo sus aspiraciones sobre territorios españoles como las ciudades de Ceuta y Melilla, las Islas Canarias, el peñón de Vélez de la Gomera, las islas Alhucemas, las islas Chafarinas y el islote Perejil. Esas aspiraciones se plasmaron en marzo en una reclamación de una organización marroquí ante la ONU.
La publicación informa que, dentro de unos meses, el ejército marroquí recibirá un documento oficial, autorizado tanto por Israel como por el Pentágono, que confirma la adquisición del primer avión de combate F-35, fabricado por Lockheed Martin.
Se espera que el acuerdo incluya 32 aviones furtivos F-35, con un costo total de más de 17.000 millones de dólares, lo que representa un avance significativo en la modernización de la fuerza aérea de Marruecos, que actualmente depende principalmente de cazas de cuarta generación como el F-16.
Según el periódico israelí, las negociaciones para el acuerdo comenzaron en 2020, cuando Marruecos buscó la ayuda de Israel para acelerar el proceso y superar las barreras políticas y administrativas con las autoridades estadounidenses.
En noviembre de 2021, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, y su homólogo marroquí, Abdel Latif Loudi, se reunieron para discutir el futuro de la seguridad regional y la importancia del F-35 para el ejército marroquí.
En el centro de estos esfuerzos está la creciente tensión con la vecina Argelia, que apoya al Frente Polisario en el conflicto en curso sobre el disputado Sáhara Occidental. En este contexto, la adquisición del F-35 por parte de Marruecos no sólo tiene como objetivo modernizar su fuerza aérea, sino también asegurar una ventaja estratégica frente a posibles amenazas.
Argelia, por ejemplo, se está preparando para desplegar nuevas plataformas militares de alta tecnología, incluidos los cazas Su-57 de fabricación rusa, lo que hace que el acuerdo sobre el F-35 sea aún más crítico para Marruecos.
Argelia, una potencia militar regional, mantiene desde hace tiempo estrechos vínculos militares y diplomáticos con Rusia, que le ha suministrado armamento avanzado. En los últimos años, Argelia ha tomado medidas para reforzar su fuerza aérea con plataformas de última generación, incluido el Su-57, el caza furtivo ruso de quinta generación.
Estos aviones son vistos como un desafío directo a los países alineados con la OTAN como Marruecos, que busca contrarrestar las crecientes capacidades militares de Argelia.
El Su-57 representa un avance significativo para la fuerza aérea argelina. El avión cuenta con tecnología furtiva avanzada, una maniobrabilidad excepcional y una serie de aviónica de última generación diseñada para desafiar a las plataformas occidentales modernas como el F-35.
Si bien Argelia ya se ha equipado con cazas Su-30MKA y Su-35 de fabricación rusa, la incorporación del Su-57 posicionaría a Argelia como una fuerza formidable en la región, con capacidades que potencialmente podrían superar la actual flota de cazas más antiguos de Marruecos.
La conciencia de Marruecos sobre esta amenaza inminente es probablemente un factor importante que impulsa su apuesta por el F-35. Si Argelia integra los Su-57 en su flota aérea, podría alterar drásticamente el equilibrio de poder regional.
Las capacidades avanzadas de estos aviones podrían amenazar la postura de defensa de Marruecos, particularmente en el contexto de las crecientes tensiones en la disputada región del Sáhara Occidental, donde ambos países tienen intereses en competencia.
La adquisición de los F-35 marcaría un cambio significativo en la estrategia militar de Marruecos. El F-35 es uno de los cazas furtivos multifunción más avanzados del mundo, capaz de llevar a cabo operaciones de superioridad aérea, ataques de precisión y operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
Su baja sección transversal de radar y sus avanzados sistemas de guerra electrónica darían a Marruecos una clara ventaja sobre sus adversarios, particularmente en escenarios donde los sistemas de defensa aérea convencionales pueden tener dificultades para detectar y contrarrestar amenazas furtivas.
Si Argelia despliega Su-57 en los próximos años, Marruecos tendrá que asegurarse de tener una ventaja competitiva en el aire. El F-35 no sólo mejoraría la capacidad de Marruecos para llevar a cabo operaciones tanto defensivas como ofensivas, sino que también le proporcionaría las herramientas tecnológicas necesarias para hacer frente al creciente poder aéreo de Argelia.
Además, el F-35 podría servir como un elemento disuasorio clave contra otras amenazas regionales, consolidando la posición de Marruecos como una fuerza militar líder en el norte de África.
Además, el deseo de Marruecos de contar con los F-35 probablemente se deba a algo más que una necesidad táctica de aeronaves avanzadas. Las implicaciones geopolíticas también son significativas. Tras la firma de los Acuerdos de Abraham en 2020, Marruecos fortaleció sus vínculos con Estados Unidos e Israel, alejándose de su tradicional dependencia de Francia y otros aliados europeos.
Como parte de este realineamiento, Marruecos ha buscado modernizar su ejército y ampliar sus capacidades de defensa con tecnologías estadounidenses e israelíes, incluidos drones, sistemas de defensa contra misiles y, ahora, aviones de combate avanzados.
El acuerdo con Lockheed Martin para el F-35 forma parte de un cambio más amplio en las alianzas regionales. Mientras Marruecos se acerca a Occidente, Argelia sigue manteniendo su sólida relación con Rusia.
La creciente división entre estas dos potencias del norte de África tiene implicaciones no sólo para los asuntos militares sino también para la dinámica diplomática y económica más amplia en el Mediterráneo y el norte de África.
Para Marruecos, la importancia estratégica de los F-35 es innegable. Estos aviones mejorarán significativamente su capacidad de disuasión y le proporcionarán una ventaja tecnológica frente a sus competidores regionales.
Al mismo tiempo, la adquisición probablemente cambiará el equilibrio de poder en el norte de África, particularmente porque Argelia continúa expandiendo sus capacidades militares con aviones rusos avanzados como el Su-57.
El respaldo de Estados Unidos e Israel a la compra del caza F-35 por parte de Marruecos no se debe únicamente al avance de la tecnología militar. Es una clara señal de que Marruecos está consolidando su papel como actor clave en la seguridad del norte de África y posicionándose como contrapeso a la creciente influencia militar de Argelia.
Esta adquisición también profundizará la alineación estratégica de Marruecos con Israel y Estados Unidos, aislando a Argelia en la región y alterando potencialmente la trayectoria del largo conflicto del Sáhara Occidental.
Con esta nueva capacidad, Marruecos estará mejor posicionado para defender sus intereses, proyectar poder y afirmar su papel en la seguridad del Mediterráneo y el norte de África.
En los próximos años, la región podría ser testigo de una nueva oleada de carreras armamentísticas, a medida que otras naciones busquen modernizar sus fuerzas en respuesta a la recién adquirida superioridad aérea de Marruecos.
La adquisición de los F-35 también servirá como una importante señal para los actores regionales de que Marruecos no sólo está invirtiendo en su ejército, sino también en su futuro geopolítico.
Washington ha dado luz verde a extender la vida de los aviones que utiliza España desde su portaeronaves hasta finales de esta década.
En este sentido, el Departamento de Defensa estadounidense ha adjudicado un contrato a Boeing, valorado en casi 14 millones de dólares, para el mantenimiento y soporte continuo hasta 2028 de los Harrier de la US Navy, la Marina Militare italiana y la Armada española, las últimas tres fuerzas navales que todavía utilizan este modelo de avión. Los trabajos de sostenimiento, detallan desde Washington, se extenderán hasta que se concrete la sustitución de estas aeronaves por los F-35, procesos ya iniciados en Estados Unidos e Italia.
Además, también se ha sellado un segundo contrato, por 12,6 millones de dólares y con la firma Technology Security Associates, para la actualización del sistema de armamento de los Harrier, tareas que se alargarán hasta 2029. Los trabajos contratados se llevarán a cabo en territorio estadounidense, por lo que las aeronaves de la Armada tendrán que viajar hasta aquel país para ser sometidos a los mismos.
En 2022, Defensa optó por dividir en dos programas distintos la renovación, a final de ésta década, de la flota de 60 cazas F-18 que el Ejército del Aire dispone en la península: por un lado, el denominado proyecto Halcón II, por 25 Eurofighter, valorado en 4.500 millones de euros; y un segundo -por un modelo de avión distinto- en el que se incluye también al sustituto de los Harrier, con un presupuesto de 6.250 millones. Sin embargo, desde entonces, el hermetismo ha sido total y este segundo programa carece aún de financiación.
Lo cierto es que los Harrier no podrán seguir volando más allá de
2030, no sólo por la avanzada edad de los aparatos -incorporados en los
años ‘80- sino porque para entonces España será el único país que
todavía utilice estos aviones, lo que volverá prácticamente imposible conseguir repuestos y actualizar las unidades a partir de ese momento.
“Si no se sustituye el Harrier, la Armada perderá la capacidad de tener un avión de ala fija embarcado y recuperar una capacidad perdida es infinitamente caro. “Estamos hablando de la formación de pilotos, la adquisición de aeronaves, mecánicos, instalaciones, logística, transporte, etc.”. La Armada es consciente de lo que está en juego, los últimos años hizo lo imposible para no perder la capacidad submarina mientras aguardaba la llegada del S-80.
Además, según fuentes militares citadas por medios como Telexpresse, Marruecos busca incorporar también a su flota un submarino ruso tipo Amur para la base naval de Ksar Al-Saghir, una infraestructura construida hace más de diez años y que contó con una inversión de 1.390 millones de dírham (127 millones de euros). La base de Ksar Sghir está situada junto al puerto comercial civil de Tánger-Med y se constituyó en su día como la cuarta base de la Marina Real marroquí.
El diario El Confidencial informó sobre la intención de incorporar un submarino ruso de la clase Amur. Un modelo de quinta generación dotado de sistemas autónomos de aire, tecnología de propulsión Air-Independent Propulsion (AIP), que posibilita reducir el consumo de oxígeno y aumentar el tiempo de inmersión bajo el agua.
Según fuentes militares rusas, el submarino Amur está diseñado para la destrucción de submarinos, embarcaciones de superficie, buques, objetos en tierra firme y para labores de reconocimiento. La versión con AIP cuenta con una eslora de 83,3 metros, un diámetro de 7,4 metros, una profundidad máxima de inmersión de 400 metros con una velocidad de 19 nudos y una autonomía sumergida de 2.000 millas a una velocidad de 5 nudos. Además, la autonomía es de 60 días con capacidad para albergar hasta 38 tripulantes, 6 tubos de lanzamiento y una capacidad de almacenaje para 18 misiles, torpedos y minas.
Dentro de esta dinámica, Marruecos ha potenciado su perfil militar a través de la mejora de su arsenal durante los últimos años, con equipamiento como los cazas F-16 modernizados, los Lockheed Martin F-35, diversos misiles avanzados, tanques de batalla Abraham modificados en Estados Unidos o drones de última generación de fabricación estadounidense e israelí.
Marruecos ha invertido hasta 500 millones de dólares en un nuevo
sistema antimisiles capaz de derribar cualquier avión o misil a 150
kilómetros. Una cúpula de protección que alcanza parte del sur de España, y que puede instalarse a bordo de buques, como ha hecho la Marina india
con el Barak MX. Incluye radares capaces de detectar blancos a 470
kilómetros. Estas tecnologías han sido posibles gracias a la firma de un
convenio en materia de defensa firmado en 2021 por Tel Aviv y Rabat. Gracias a ese pacto estratégico, Marruecos ha podido acceder a tecnología como los drones ya citados Heron o Hermes 900, aviones no tripulados suicidas Harop o misiles Spike contracarro.
Otras adquisiciones de Marruecos son los drones suicidas SpyX, capaces de lanzarse a gran velocidad contra sus objetivos y construidos por la firma israelí BlueBird, que los califica de «letales», y con un alcance de 50 kilómetros, suficiente para alcanzar blancos de la provincia de Cádiz.
Pratt & Whitney, fabricante estadounidense del motor del avión de quinta generación F-35, ha anunciado la creación de una filial en Casablanca, que se dedicará a la fabricación de piezas mecánicas estáticas y estructurales para varios modelos de aviones.
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