Los pueblos sumergidos más impresionantes de España


Descubre los secretos de estos fascinantes lugares sepultados bajo una tumba de agua

La construcción de embalses y presas a lo largo del siglo XX en España, necesarios para abastecer de agua y energía a gran parte del país, produjo la desaparición de numerosos pueblos que, tras ser expropiados y desalojados, fueron sepultados por las aguas.

En este artículo hacemos un recorrido por algunos de los pueblos sumergidos más impresionantes de España. Lugares cuyos secretos salen a relucir cuando la sequía los despierta de su letargo.

Riaño, León

Uno de los casos de pueblos sumergidos más famosos de España es el de Riaño, en la provincia de León. En 1987, tras años de protestas de los habitantes, el antiguo pueblo de Riaño fue inundado para crear un embalse destinado a regular el caudal del río Esla y abastecer de agua a otras regiones. 

El viejo Riaño desapareció bajo las aguas y el nuevo pueblo fue reconstruido en una ubicación cercana. Junto con él, ocho pueblos más del valle fueron también demolidos y devorados por las aguas. Hoy en día, este embalse es el más grande construido en la cuenca del Duero, con unos 100 kilómetros de costa. 

Mansilla de la Sierra, La Rioja

Mansilla de la Sierra, ubicado en La Rioja, era un pueblo construido todo en piedra, hasta el asfaltado de sus calles, ya que el pedernal era el emblema del mismo. Florecía de vida hasta que en los años 50 se construyó el embalse de Mansilla para retener las aguas del río Najerilla, lo que lo sepultó bajo una tumba de agua.

Durante los períodos de sequía, cuando el nivel del agua desciende, el pueblo reaparece como un espectro del pasado, permitiendo a los visitantes caminar por sus calles desiertas y embarradas.

Mediano, Huesca

En la provincia de Huesca encontramos otro ejemplo de pueblo sumergido. El embalse de Mediano empezó su construcción en 1929, pero fue el 29 de abril de 1969 cuando el pueblo quedó inundado por las fuertes lluvias y la apertura del embalse.

Hoy en día, cuando el nivel del agua baja, es posible ver la torre de la Iglesia de la Asunción de Mediano, conocida como la dama del lago, emergiendo de las aguas. 

Aceredo, Galicia

Aceredo, en el municipio de Lobios, en la provincia de Ourense, es quizás el ejemplo más conmovedor e impresionante de pueblo sumergido bajo las aguas. Su destino quedó sellado en 1992, cuando la construcción del embalse de Lindoso —una obra conjunta entre España y Portugal— inundó lo que una vez fue un pequeño pueblo gallego lleno de vida.

La construcción de este embalse tenía como principal objetivo regular las aguas del río Limia para generar energía hidroeléctrica y asegurar el suministro de agua en ambas regiones. El impacto de su creación fue inmediato y devastador: Aceredo, junto con otros pequeños pueblos vecinos, fue sepultado bajo las aguas del embalse.

La historia de la evacuación de Aceredo es sumamente emotiva, ya que los habitantes no tuvieron apenas tiempo para asimilar la pérdida del que una vez fue su hogar. Aunque la construcción del embalse se avisó con antelación, las aguas devoraron el pueblo implacablemente y muy rápido

En ciertas épocas del año, cuando el nivel del agua desciende considerablemente, los restos del pueblo emergen, creando un escenario que parece sacado de una película de ciencia ficción. 

Sant Romà de Sau, Barcelona

El siguiente pueblo sumergido lo encontramos en la provincia de Barcelona: el embalse de Sau, que forma parte de un sistema de tres embalses junto con los de Susqueda y Pasteral en el río Ter, conecta las comarcas de Osona y La Selva.

El embalse, inaugurado en 1962, cubrió completamente el antiguo pueblo de Sant Romà, sumergiendo todos sus edificios, excepto el campanario de la iglesia, que se puede ver cuando el nivel del agua desciende. Este templo románico lombardo del siglo XI, con una única nave y un campanario de tres pisos con ventanas geminadas, ha sido objeto de numerosas fotografías.

En épocas de extrema sequía, el agua del embalse retrocede lo suficiente como para pasear por las calles del antiguo pueblo. A diferencia de otros pueblos sumergidos, Sant Romà estaba deshabitado antes de la construcción del embalse.

Ribadelago, Zamora

Ribadelago es un pueblo ubicado en la comarca de Sanabria, en la provincia de Zamora. Es célebre, desgraciadamente, por ser el escenario de una de las tragedias más recordadas de la historia reciente de España. Este pueblo está dividido en dos partes: Ribadelago Viejo y Ribadelago Nuevo. 

El primero fue el escenario de una catástrofe en 1959, cuando la presa de Vega de Tera, que contenía las aguas del embalse del mismo nombre, se rompió en la madrugada del 9 de enero. Tras la rotura de la presa, una gigantesca ola arrasó gran parte del pueblo y terminó con la vida de 144 personas, dejando muchas otras sin hogar.

La tragedia conmocionó al país, y Ribadelago Viejo quedó parcialmente destruido y abandonado. Tras el cataclismo, se construyó Ribadelago Nuevo a unos kilómetros de distancia para reubicar a los supervivientes. Actualmente, es posible visitar algunas de las ruinas de Ribadelago Viejo, ya que quedan algunas casas que aún muestran los daños causados por la catástrofe. 

El Vado, Guadalajara

El Vado fue anegado por las aguas del embalse del mismo nombre, que se construyó en los años 50 con el fin de regular el curso del río Jarama y proporcionar agua a la Comunidad de Madrid.

Hoy en día, cuando el nivel del embalse baja, se pueden ver los restos del antiguo pueblo. Sin embargo, la mayoría del tiempo, las ruinas permanecen sumergidas, aunque la punta del campanario de la iglesia es visible con frecuencia.

Eduardo G. Martínez


 

 

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