15 julio, 2018 Redacción Memoria Histórica, Noticias 7
El
24 de septiembre de 1936, los milicianos del PSOE-PCE entraron en la
pequeña localidad de Granja de Torrehermosa (Badajoz), donde asesinaron a
tiros, palos y hachazos a 35 varones, 11 mujeres y dos niñas. Los
criminales, después de robar en los domicilios de sus víctimas, se
dirigieron al cementerio. Allí abrieron nichos y féretros con la
intención de despojar a los muertos de anillos, dientes de oro y cualquier otro pequeño objeto de valor.
Años
más tarde, el 27 de mayo de 1987, TVE, bajo control del PSOE, emitió un
documental en el que se afirmaba, con todo lujo de detallas y “datos”
contrastados, que la matanza había sido obra de las tropas
“franquistas”… lo que produjo verdadero estupor entre quienes fueron
testigos directos de lo que ocurrió en aquella aciaga jornada.
Al embuste de TVE respondió el diario ABC con un artículo publicado el 31 de mayo del mismo año:
“Los
menguados supervivientes de aquella matanza reconocieron, con dolor y
estupor, a los suyos. Los que aparecían asesinados por la represión
franquista no eran otros que los miembros de una ilustre familia de
Granja de Torrehermosa (Badajoz), que fueron brutalmente masacrados en
su domicilio por milicianos de Frente Popular el 24 de septiembre de
1936. En la masacre cayeron desde el abuelo, Sebastián de Gala Ortiz, de
setenta y ocho años, hasta su nieta de dos años, María de las Nieves de
la Gala Durán, y así hasta catorce miembros de la familia, amén de las
dos sirvientas de la familia y una hija de la costurera de once años.
Los hombres jóvenes de la casa, Francisco, Ernesto y Felipe de la Gala,
ya habían sido asesinados semanas antes”. (Cit. por Nicolás Salas, La
otra memoria histórica)
Los
milicianos se ensañaron especialmente con los miembros de la familia De
Gala-Llera, como queda demostrado por las fotografías que se tomaron a
los pocos días y el informe forense:
“En
el exterior del cementerio de dicho pueblo, y al lado izquierdo de la
puerta que le da entrada, se encontraba profusamente hacinado un montón
de cadáveres en número de once, de los cuales ocho eran de mujeres de
diversas edades, dos de niñas y uno de hombre. El estado de
descomposición de tales cadáveres dificultaba extraordinariamente un
reconocimiento minucioso y detallado de los mismos. Con toda seguridad
la muerte violenta que han sufrido estas víctimas se produjo de cuarenta
y ocho a setenta y dos horas antes de hacerse este informe.
La
identificación de las víctimas se hizo difícil por la causa antes dicha
y no pudo ser completa. Sin embargo, los datos conseguidos son los
siguientes:
1-Cadáver de
hombre de unos 60 años de edad, herida de hacha en la región parietal
izquierda y herida de bala en la región precordial.
2-Cadáver
de niña de unos 5 años de edad, herida de hacha u otro instrumento
cortante y pesado, en el parietal derecho, fractura completa del cráneo
con magullamiento, fractura completa del brazo y antebrazo derecho y
extensas contusiones en la región lumbar y dorsal. La muerte fue
producida, al parecer, por golpe violento de la víctima contra el suelo o
pared, con fractura de la extremidad superior derecha y contusiones, y
una vez en el suelo herida en el cráneo.
3-Otro
cadáver de niña de unos 9 a 10 años, fractura con magullamiento del
cráneo (…) fractura completa del brazo derecho y signos de violación o
intentos.
4-Cadáver de
una joven de 22 a 26 años, con tremendo golpe entre parietal izquierdo y
el occipital, con hundimiento de la bóveda craneana, salida de la masa
encefálica e inclusión del pelo dentro del cráneo, balazo en la región
maxilar derecha, sin orificio de salida, seguramente producido por bala
de plomo de un calibre de 44 a 48.
5-Cadáver de una mujer de unos 58 a 60 años de edad, extensa herida por hacha al lado derecho del cráneo y cara.
6-Cadáver
de joven de unos 30 años de edad, con desarticulación completa de la
cabeza, contusión extensa en la región frontal izquierda y
desgarramiento de la vulva por objeto contundente. En esta víctima hubo
posible violación hecha con anterioridad.
7-Cadáver
de mujer con extensa herida cortante, posiblemente producida por hacha
en la ingle derecha, con rotura del paquete básculo-nervioso y capas
musculares, no pudiéndosele hacer una inspección por encontrarse debajo
de los otros cadáveres.
8-Cadáver
de mujer con extensa herida en la cara interna de la pierna izquierda,
producida por hacha, con desgarramiento de todos los tejidos.
9-Cadáver
de mujer de unos 24 a 26 años de edad, con magullamiento del cráneo,
desarticulación de la cabeza, fractura del brazo derecho, exoftalmia del
ojo izquierdo, contusiones en la región genital producidas por una
posible violación.
10-Cadáver de mujer con herida extensa por instrumento muy cortante en la región maxilo-parietal-temporal izquierda.
11-Cadáver
de mujer que por encontrarse completamente debajo de los demás no pudo
ser reconocido”. (Informe forense publicado en La otra memoria
histórica, editorial Almuzara).
El
PSOE siempre ha estado convencido (y lo sigue estando) de que la
mentira es un arma cargada de futuro… y razón no le falta. Sin embargo,
sus afiliados en este caso concreto no fueron originales en su vileza de
culpar a otros de la matanza de Granja de Torrehermosa, puesto que
simplemente siguieron las sabias enseñanzas de Stalin, que de intoxicar
con propaganda era un maestro.
Hoy
en día, los secuaces del fundador del PSOE siguen mintiendo, sembrando
odio, ocultando con ferocidad la verdad histórica y creando mitos tan
falsos como fantásticos. Juran por sus interfectos que son demócratas,
más incluso que el ferrolano, pero se sublevaron contra la Segunda
República en octubre de 1934, lo que ocasionó miles de muertos en
Asturias; vociferan su respeto por los homosexuales, pero in illo
tempore los reprimieron con dureza y motejaron de ”señorita con piso de
soltera” a García Lorca; nos presentan como héroes a ciertos personajes,
pero los hechos demuestran que sólo fueron hampones, pistoleros y
genocidas; saquearon los bancos, los museos y hasta los montes de piedad
para vivir en el exilio como los ricos al terminar la guerra, pero
dijeron que lo hacían por amor al proletariado. La izquierda sabe que
quien controla el presente también controla el pasado y el futuro. Y en
eso ha estado siempre. Y en eso está ahora… envenenando con sus embustes
el presente.
Es
decir, que en la primavera de 1936, a la “burguesía” de Badajoz (o sea,
a todos aquellos que no formaban parte del Frente Popular) les bastaba
asomarse a la calle
o leer un periódico socialista para contemplar el embrión de un
verdadero ejército que se preparaba «para terminar con esa gente». Gente
que, desde 1931, sabía muy bien lo que significaban aquellas palabras
porque había tenido ocasión de comprobarlo en sucesos como el brutal
linchamiento de cuatro guardias civiles en Castilblanco, los asaltos,
incendios y saqueos de propiedades, la intentona revolucionaria de
diciembre de 1933 en Villanueva de la Serena, el asesinato del primer
falangista en Zalamea, la huelga campesina de junio de 1934 abortada por
Salazar Alonso desde el Gobierno, la manipulación de los resultados
electorales en la provincia de Cáceres en febrero de 1936 o las
violencias alentadas por los alcaldes desde el neo-caciquismo
socialista. En todo caso, el tiempo habría de demostrar que el corazón
de aquellos burgueses todavía palpitaba con la suficiente normalidad
como para no asistir pasivos a su propio exterminio.
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