El PCB: Jornada pseudopenitencial de Bergoglio el 1 de octubre de 2024, considera pecado no someterse a las mentiras globalistas y perturbar los planes de las élites que pretenden despoblar el mundo.

 


¿En qué situación ha fijado Bergoglio una supuesta celebración penitencial 
para el 1 de octubre de 2024? Con su así llamada declaración doctrinal 
Fiducia supplicans, ya ha transformado a la Iglesia católica en una secta 
de la Nueva Era con un programa del Anticristo. Su antievangelio es la 
legalización de la sodomía y de todas las perversiones LGTBQ, así como la 
apostasía pública a través de la entronización del demonio Pachamama y la 
consagración a Satanás en Canadá que ha sentado un precedente.
Los medios del Vaticano han publicado una declaración hipócrita: «El papa 
Francisco nos ha enseñado que también es necesario pedir perdón, llamando a 
los pecados por su nombre, sintiendo dolor e incluso vergüenza...».
La sorpresa del día, sin embargo, es lo que Bergoglio enumera como pecados: 
por ejemplo, el llamado pecado de utilizar la doctrina (como piedra 
arrojadiza). Se dice que aquellos que luchan por la salvación de las almas 
y se esfuerzan por cumplir la ley de Dios cometen el pecado de utilizar la 
doctrina como piedra arrojadiza. Esta distorsión es, en efecto, una 
manipulación diabólica.
Además, Bergoglio ha inventado el pecado contra la sinodalidad, del que se 
dice que es la falta de escucha, de comunión y de participación de todos. 
Este pecado lo cometen, presuntamente, quienes no quieren aceptar la 
perversión como norma y recibir a las personas LGTBQ impenitentes en el 
seno de las comunidades cristianas. El pecado contra la sinodalidad también 
lo cometen supuestamente quienes impiden que lesbianas o feministas 
gobiernen en los llamados consejos sinodales y que sean «ordenadas».
Otro supuesto pecado es el llamado pecado de la indiferencia ante el drama 
presente en el fenómeno cada vez mayor de todas las migraciones. La campaña 
criminal de Bergoglio en favor de la migración tiene como objetivo 
aniquilar el cristianismo en Europa en particular y los restos de la 
cultura cristiana en general. En lo que respecta a los refugiados, 
Bergoglio sabe muy bien que no se trata de verdaderos refugiados, sino de 
personas a las que se reubica sistemáticamente con un objetivo concreto.
Cita de los medios: «Como señaló el cardenal Mario Grech, “no se trata de 
denunciar el pecado de los demás, sino de reconocerse parte de aquellos 
que, por omisión o acción, se convierten en causa de sufrimiento que sufren 
los inocentes e indefensos“».
Grech y Bergoglio confunden insidiosamente los términos. Ya no consideran 
en absoluto pecado la transgresión de la ley de Dios, porque a través del 
camino sinodal, que culminó con la declaración Fiducia supplicans, ya han 
derogado, de hecho, los diez mandamientos y el credo. Han dado al pecado el 
sentido opuesto. Según ellos, es pecado no someterse a las mentiras 
globalistas y perturbar los planes de las élites que pretenden despoblar el 
mundo.
Bergoglio, por ejemplo, califica de pecado contra el amor al prójimo la 
negativa a recibir la vacuna experimental de ARNm, a pesar de que los 
expertos habían alertado de su uso y de que las estadísticas más recientes 
demuestran lo catastrófico de sus resultados. Hasta el día de hoy, 
Bergoglio no se ha arrepentido de su grave pecado y crimen contra la 
humanidad, que había cometido al promoverla fanáticamente. Se ríe 
descaradamente de los cristianos y de la humanidad y llama a un falso 
arrepentimiento. Conoce muy bien los hechos, que se han publicado por los 
expertos de la «Ley de Libertad de Información» (FOIA) de EE. UU.: «Las 
vacunas de Pfizer son armas biológicas diseñadas para la reducción de la 
población». En junio de 2024, los científicos de la organización canadiense 
llamada «Correlation» publicaron un análisis estadístico de 125 países. 
Concluyeron que las vacunas de ARNm no solo no eran eficaces, sino que, 
además, provocaron la muerte de al menos 17 millones de personas. A pesar 
de esto, Bergoglio no hace penitencia por su exigencia criminal: «¡Vacunas 
para todos! ¡Hay que hacerlo!». Aunque inculpado por todo el mundo, no 
siente dolor por tantos muertos y discapacitados, ni vergüenza por haber 
abusado de la máxima autoridad eclesiástica para perpetrar un crimen 
masivo. Paradójicamente, llama a otros al arrepentimiento e incluso muestra 
un arrepentimiento vicario por pecados ficticios, que atribuye a otros de 
manera manipuladora. Bergoglio es un modelo de demagogo eclesiástico con el 
espíritu del Anticristo. Mediante Fiducia supplicans transformó a la 
Iglesia católica en la anti-Iglesia de la Nueva Era, que no conduce a la 
salvación, sino a la perdición. Puso al cristianismo en pie de igualdad con 
cultos paganos —que rechazan a Jesucristo, el único Salvador, y adoran a 
los demonios— como si fueran caminos iguales hacia la salvación. A través 
de estas herejías del sincretismo, pisotea el sacrificio redentor de 
Jesucristo en la cruz. Declaró esta herejía también en Singapur.
El arzobispo Viganò ha condenado públicamente el sincretismo de Bergoglio. 
Bergoglio está satanizando a la Iglesia católica. A través de la autoridad 
usurpada, ha transportado encubiertamente a católicos engañados a su 
anti-Iglesia y se ha convertido así en la causa de su muerte eterna. Este 
es un crimen que supera todos los crímenes contra Dios, contra la Iglesia y 
contra los fieles. Pero Bergoglio no siente dolor ni vergüenza. Es señal de 
que es un miembro muerto que no pertenece a la Iglesia. Su extraordinario 
cinismo, ceguera espiritual, insolencia, el colmo de mentir y la 
impenitencia no tienen parangón. Sigue presentando falsamente su 
anti-Iglesia —la Iglesia profunda (Deep Church)— como la Iglesia católica. 
Ha abolido la doctrina y los dogmas católicos e introducido los antidogmas 
y la antimoral sodomíticos. Bergoglio no se arrepiente de este crimen 
contra Cristo y su Iglesia, ni se reconoce «parte de aquellos que se 
convierten en causa de sufrimiento que sufren los católicos inocentes e 
indefensos».
Además, la comedia de Bergoglio sobre el falso perdón es una blasfemia 
contra Dios. Bergoglio dice que debemos pedir perdón por los pseudopecados 
que enumera. Pero si él se dirige a «dios», no se está dirigiendo a nuestro 
Señor Jesucristo, sino a un dios falso. Este dios falso es el diablo, al 
que se consagró públicamente en Canadá y al que sirve.
Bergoglio está haciendo un espectáculo mundial de una farsa blasfema y se 
burla del verdadero arrepentimiento. ¿Qué es el verdadero arrepentimiento? 
Uno debe reconocer sinceramente la transgresión de los mandamientos de Dios 
ante sí mismo, ante Dios, y debe volverse con un corazón contrito a Cristo 
crucificado, que pagó por nuestros pecados con su propia sangre. Pero 
Bergoglio no tiene esto en cuenta. No le importan los pecados reales, ni se 
arrepiente de ellos ni permite que otros se arrepientan de ellos. ¿Cuáles 
son los pecados reales y muy graves de los que Bergoglio es cómplice con su 
silencio o con su apoyo y promoción directa?
Bergoglio promueve el transexualismo, tanto por el gesto de besar los pies 
como por legalizar este pecado.
Ha emprendido un camino de antipenitencia, un camino sinodal de 
acompañamiento y escucha a las personas LGTBQ.
Bergoglio nunca se ha pronunciado en contra del sistema de justicia juvenil 
y nunca se ha arrepentido de ello. No siente dolor por el robo de niños a 
sus padres amorosos, sino que, por el contrario, promueve astutamente tanto 
el robo de niños como la adopción gay que va aparejada con él.
¿Ha hecho alguna vez Bergoglio algún esfuerzo para impedir las operaciones 
de cambio de sexo? No, se limita a repetir sus frases evasivas. Nunca se ha 
reconocido parte de aquellos que, por omisión o acción, se convierten en 
causa del sufrimiento que sufren los inocentes e indefensos, ya que nunca 
ha advertido a la generación más joven de la inmoralidad. Por el contrario, 
ha abogado por la llamada educación sexual y el sexo sin rigidez, es decir, 
sin restricciones, para los niños.
Bergoglio da la impresión de abordar el problema de los abusos sexuales, 
pero al mismo tiempo legaliza eclesiásticamente la inmoralidad del más alto 
grado. ¿Quién comete los abusos? Sodomitas, pedófilos y otras personas de 
la orientación de tipo «Q». Entre ellos hay maníacos que cometen homicidios 
sexuales, sadomasoquistas, necrófilos y otros. Bergoglio legaliza los 
delitos sexuales, para los que el código penal había establecido también la 
pena de muerte, y de esta manera impide a los pecadores hacer verdadera 
penitencia y alcanzar la salvación. Y ahora, hipócritamente, el 1 de 
octubre, va a presidir una farsa de celebración penitencial. Está tomando 
el pelo a los cristianos. Pero la tragedia es que la mayoría de los 
católicos engañados le creen y se aferran a él hasta la muerte. Esto es 
culpa de los obispos que callan ante la apostasía de Bergoglio o incluso la 
defienden.
¿Ha advertido alguna vez Bergoglio de que Internet desmoraliza a niños y 
jóvenes o ha exigido que se bloquee el acceso a contenidos satánicos, 
suicidas, perversos, sectarios u ocultistas? No, no lo ha hecho y nunca se 
ha arrepentido de su mal proceder. Por el contrario, ha reclamado una 
censura estricta de Internet para eliminar la información veraz de 
especialistas auténticos, la cual ha tildado falsamente de teorías 
conspirativas.
Los científicos solventes niegan la teoría conspirativa de la crisis 
climática. No obstante, Bergoglio, un analfabeto científico, promueve 
sugestivamente esta mentira e incluso demanda la creación de organismos 
estatales para llevar a cabo el llamado monitoreo e implementar el plan de 
gran reinicio y despoblación de Schwab. ¿Siente Bergoglio dolor o vergüenza 
por esto? No. Él no tiene conciencia.
Nunca se ha arrepentido de emitir el motu proprio suicida Ad theologiam 
promovendam, que introduce el principio de un cambio de paradigma, que en 
efecto significa la autodestrucción de la Iglesia y de la fe salvadora. 
Tampoco se ha arrepentido de Fiducia supplicans.
Bergoglio no podría haber cometido estos crímenes antes del Vaticano II. El 
Concilio Vaticano II abrió la puerta a este camino de desangramiento 
paulatino; por lo tanto, como dice el arzobispo Viganò, el Concilio 
Vaticano II debe llamarse por su nombre: fue un concilio herético e 
inválido. Sin el espíritu y el programa del Vaticano II, el papado no lo 
podría ocupar un hombre que se ha entregado públicamente a Satanás y que 
está transformando a la Iglesia católica en una anti-Iglesia de la Nueva 
Era. ¡A menos que el Concilio se califique de herético, no puede haber una 
verdadera renovación de la Iglesia católica! Todo obispo, sacerdote y 
creyente tiene que darse cuenta de esto.
Sin embargo, son principalmente los obispos los que deben arrepentirse 
porque, como sucesores de los apóstoles, están obligados a proteger la 
pureza de la fe y las leyes de Dios. Al callar ante los crímenes de 
Bergoglio, aprueban su camino de autodestrucción de la Iglesia católica, y 
el castigo más severo les sobrevendrá ante el tribunal de Dios por su 
crimen de traición, cobardía y negligencia de los deberes inherentes a su 
cargo a los que se han comprometido al aceptar la responsabilidad 
apostólica.
Los obispos saben muy bien que un hombre que introduce un cambio de 
paradigma e ha incurrido en múltiples excomuniones latae sententiae no es 
un papa, sino un usurpador.
El autor del artículo promocional escribió: «El papa Francisco nos ha 
enseñado que también es necesario pedir perdón, llamando a los pecados por 
su nombre, sintiendo dolor e incluso vergüenza...». La realidad es que 
Bergoglio no pide perdón por sus pecados escandalosos, y ni siquiera los 
llama por su verdadero nombre. No siente dolor ni vergüenza por ellos.
En relación con la necesidad actual de un día de penitencia, no en el 
espíritu de Bergoglio sino en el Espíritu de Cristo, es necesario que los 
sacerdotes y obispos en particular, pero también los laicos fervorosos, 
establezcan como día de penitencia el primer sábado del mes, el llamado 
«sábado de Fátima». Algunos sacerdotes y laicos fervientes observan desde 
hace años esta jornada penitencial y dedican tres o cuatro horas a la 
oración interior, además de la liturgia.
 

+ Elías Patriarca del Patriarcado católico bizantino

+ Metodio OSBMr   + Timoteo OSBMr   Obispos secretarios


La pseudojornada penitencial de Bergoglio el 1 de octubre de 2024
https://vkpatriarhat.org/en/?p=24794  /english/
https://vkpatriarhat.org/it/?p=11088  /italiano/
https://vkpatriarhat.org/fr/?p=18045  /français/

 

 Estimados lectores:
Les enviamos una carta de actualidad, en la que reaccionamos a la «novedad» 
del Sínodo sobre la sinodalidad de este año, a saber, la llamada vigilia 
penitencial que presidirá Francisco Bergoglio. Será, por supuesto, una 
pseudopenitencia, ya que el pseudopapa Francisco considera pecado no 
someterse a las mentiras globalistas y perturbar los planes de las élites 
que pretenden despoblar el mundo.

 

 

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