Gases lacrimógenos: ¿qué se debe hacer si te expones a ellos?

Se puede emplear para controlar a la población civil durante protestas y disturbios, aunque, su uso está prohibido para la guerra desde el año 1993 por la Convención de Ginebra

Las protestas frente a la sede del PSOE en Madrid han vuelto a traer a las calles los gases lacrimógenos, un método de disuasión para dispersar a los manifestantes, pero ¿qué contienen, qué provocan y qué efectos tienen para la salud?

«Dicho especialmente de ciertos gases que irritan los ojos produciendo lagrimeo», según la Real Academia Española, esto es, lo que provocan los gases lacrimógenos que se utilizan en el hogar o para dispersar a las personas en diferentes actos, sobre todo, en manifestaciones. Como es lógico, cuando se realizan protestas las personas no se encuentran con las protecciones adecuadas frente a las irritaciones que estos pueden provocar.

Los gases lacrimógenos se utilizan como aerosol o en forma de granada. Existen diferentes tipos, pero el utilizado por los policías antidisturbios es el de clorobenzilideno malononitrilo, también conocido como CS. En este caso, afecta a los canales iónicos que están presentes en los nervios sensoriales de la nariz y el rostro. La excesiva estimulación de esos nervios incentiva una producción repentina de lágrimas y mocos, así como dolor urticante. A los pocos segundos de inhalarlo ya comienzan a notarse los síntomas. 

Generalmente, es un incapacitante subletal —factores que intervienen en el desarrollo de la resistencia—. En un estudio publicado en el año 2003, en el que se realizó un análisis de diferentes gases lacrimógenos, concluyó que, sobre la base de la evidencia toxicológica disponible, los gases lacrimógenos comúnmente utilizados tienen un amplio margen de seguridad para efectos tóxicos irreversibles o potencialmente mortales. En otro más reciente, concretamente en el año 2013, se garantizó que, en la mayoría de las exposiciones, no se prevén efectos clínicos significativos. Aunque, hay que tener muy en cuenta que existen debates en torno a la aceptabilidad del uso de este tipo de gases con fines de control. Muchos creen que los riesgos de la exposición está subestimado y que los análisis percibidos se basan en datos epidemiológicos y mecanísticos humanos insuficientes.

En las protestas que se están realizando en España se está empleando gas lacrimógeno

Efectos que puede tener en la salud la exposición a gases lacrimógenos

La exposición a agentes de gases lacrimógenos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, incluidos agudos y crónicos. Se involucran diferentes mecanismos toxicológicos que aún están por estudiarse. La severidad de las lesiones está determinada por la concentración del gas, la distancia entre el lugar donde fue aplicado y la o las personas afectadas, la humedad de la piel y la duración de la exposición.

 Exponerse a este tipo de gases provoca estos efectos inmediatos:

  • Sensación de dolor o irritación ocular, nasal, bucal, respiratorio y dérmico.
  • Espasmo de los párpados y sensación de quemadura ocular.
  • Tos, salivación y producción de lágrimas. 
  • En la piel puede originar enrojecimiento, ampollas o desencadenar en una dermatitis alérgica.

 

Efectos oculares

El gas lacrimógeno aplicado a corta distancia puede causar lesiones oculares graves, incluido edema del estroma corneal, lagrimeo conjuntival y vascularización profunda del ojo. Otras complicaciones oculares incluyen hemorragia vítrea, glaucoma, cataratas, entre otras.

Quemaduras de piel y dermatitis

A menudo se observan quemaduras en la piel, especialmente cuando se utilizan grandes cantidades. Se sabe de la existencia de múltiples casos de reacciones cutáneas inusualmente graves en respuesta a la exposición, incluido eritema facial severo e hinchazón que oscurece la visión. 

Efectos cardiovasculares y gastrointestinales

La irritación del tracto gastrointestinal debido a la ingestión de estos compuestos puede provocar náuseas, vómitos, diarrea y hematemesis.  En algunos individuos se han observado diversos efectos cardiovasculares, incluyendo taquicardia e hipertensión transitoria.

Efectos neurológicos

La exposición en grandes cantidades a este tipo de gases puede provocar que las personas tengan pérdida de memoria.

Granada de gas lacrimógeno

¿Qué hacer en el caso de contacto con el gas?

Lo ideal es protegerse con una máscara antigás o, al menos, con gafas protectoras. No se recomienda tirarse al suelo puesto que los restos de la sustancia se acumulan al caer. Tras el contacto, el primer paso a seguir es evacuar a la persona afectada del lugar de la exposición y ubicarla en un sitio donde haya una buena ventilación. 

La Fundación Española de Toxicología Clínica (Fetoc), proporciona una serie de recomendaciones que se deben seguir en el caso de estar en contacto con gases lacrimógenos:

  • Se aconseja un lavado abundante con agua o suero fisiológico de los ojos, cara y cavidad bucal. El lavado de los ojos es particularmente importante en el caso de los gases lacrimógenos. Es aconsejable también retirar toda la ropa y objetos personales contaminados.
  • En caso de signos o síntomas cutáneos, el lavado con agua y jabón es obligado. No hay que frotarse. 
  • La simple inhalación de un gas irritante, sin contaminación ocular, cutánea o de ropa, no precisa de descontaminación corporal y ocular.

Los efectos de estas sustancias suelen desaparecer de forma rápida, en un plazo máximo de una hora.

Fuente: ALICIA BLANCO

 

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