La abadesa clarisa del Monasterio del Santo Cristo de Balaguer (Lérida, España) critica la norma establecida por Francisco por la que las comunidades de religiosas con menos de cinco monjas deben disolverse, lo que no sucede con las de hombres.
Sor María Victoria Triviño, OSC, realiza esta reflexión en un artículo publicado por la revista Cataluña Cristiana, relativo al reciente cierre del Monasterio de Santa María de Pedralbes en Barcelona (España), tras 700 años de historia.
Ante la pregunta por el motivo del cierre “que la gente, dolida y perpleja, nos dirige cada día a algunas clarisas”, la religiosa explica que el Santo Padre publicó en 2016 la constitución apostólica Vultum Dei Quaerere. La religiosa subraya que el documento “no afectaba a los monjes”.
Del mismo modo, respecto de la instrucción Cor orans, publicada en 2018 para aterrizar la aplicación de Vultum Dei Quaerere, la religiosa clarisa insiste en que “afecta a los monasterios femeninos de todo el mundo, no a los masculinos”.
En esta instrucción, se establece que “si un monasterio cuenta sólo con cinco monjas, pierde la autonomía y debe afiliarse a otro monasterio”. Además, si baja de esa cifra, debe suprimirse, según expone la abadesa Triviño.
Esta situación es acompañada por un visitador apostólico que, si emite un informe negativo a la Curia Romana, “se ordena el traslado de las hermanas” y el inmueble se cierra.
A juicio de la abadesa, esta norma “que en circunstancias normales puede ser oportuna, en un tiempo difícil de crisis vocacional, crisis de valores, crisis económica, etc., ha tenido un efecto de desamortización desde dentro”.
En su disertación, la abadesa considera que, del mismo modo que el hábito de las clarisas puede adaptarse “según las frías regiones”, como está recogido en su Regla, “cada monasterio adquiere peculiaridades ‘según la región’ en la que habita”.
“Si el cierre de un monasterio supone siempre la pérdida de sus cuidadas litúrgicas, de la influencia intercesora sobre la ciudad, la pérdida de una presencia testimonial tan a menudo secular del hecho de que ‘Dios existe y hace feliz’, a todo ello hay que añadir peculiaridades como el legado artístico, el influjo cultural, musical, artesanal, etc. Después de todo, siempre quedará lamentar la desacralización de un lugar sagrado”, añade.
En este sentido, lamenta también el cierre de otros monasterios como el de la Santísima Trinidad en Valencia (fundado en 1242), el Monasterio de Santa Clara la Real en Toledo (fundado en 1254) o el Monasterio de Santa Clara en Salamanca, fundado por la santa de Asís en 1238.
La abadesa concluye que “mucho se ha perdido ya. Y sólo desde el romano Dicasterio para la Vida Consagrada se puede evitar que se pierda más. ¿Cómo? Atenuando las instrucciones dadas en todos los monasterios femeninos”.
A su entender, deben ser las religiosas quienes “llegado el momento, puedan tomar las opciones de continuidad o cierre de acuerdo a su situación real, como los monasterios de hombres, en los que no se establecen límites”.
ACI
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