LAS CROQUETAS DE MERCADONA Y LOS HIJOS DE LOS EMPLEADOS DE MERCADONA

 

Coger una croqueta o una hamburguesa de la basura: despidos de Mercadona que podrían suponer un fraude de ley

 

“Coger una croqueta o una hamburguesa de la basura: despidos de Mercadona que podrían suponer un fraude de ley”

En mi vida profesional, por varios periodos, y por votación de los compañeros, fui elegido delegado sindical. Primero, independientemente, y, posteriormente, dentro de una lista de un sindicato.

Por otra parte, desde hace unos veinte años, vengo ejerciendo como delegado de la ASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA SEPARADOS DE BURGOS-A.P.F.S.-BURGOS.

En esta doble dedicación a temas sociales, con su benévola compresión, me permito hacerles unas breves reflexiones, y aportar hechos.

Vaya por delante que manifiesto ser cliente habitual de Mercadona. Y la causa es la alimentación de una simpática gatita, cuya comida compro en uno de sus supermercados, y, de paso, otros productos. También manifiesto que el principal propietario de esta empresa, y fundador de la misma, D. Juan Roig Alfonso, merece el reconocimiento de la sociedad por haber creado una empresa de mucho éxito, de la cual nos beneficiamos muchos productores, consumidores, y empleados, que, con el fruto de su trabajo, pueden formar familias, y, tener descendencia, y ver con seguridad su futuro.

D. Juan Roig tiene tres cuartos de siglo, y yo estoy próximo a esa edad. El balance de su vida es amplio y extenso, el mío, poco más de la fecha de nacimiento y, en su momento, la fecha de defunción. Tuve unos padres estupendos, hermanos, y una hija y un nieto, me siguen, en estos momentos.

Y llevo días dando vueltas en mi cabeza que comerse una croqueta, dedicada a tirar a la basura, es decir, sacada del balance de Mercadona, y cuyo valor se ha reducido a CERO PATATERO, y, después de una vida laboral de dieciséis años, ocasione el despido de un posible padre de familia.

Y eso no me cabe en la cabeza, por muchas vueltas que lo dé. Y no es porque yo no respete las normas de la empresa, sino por la enormidad de la pena, del castigo.

Recuerdo haber leído, hace ya años, que, en las empresas japonesas, que, en su momento, eran el asombro del mundo, cuando un empleado no tenía un comportamiento adecuado, se le hacía ver lo equivocado del asunto, y se la ayudaba a integrarse en el equipo.

Y el problema, volviendo a la croqueta de Mercadona, no es que la administración de justicia corrija esa enormidad de castigo, sino que un posible padre, cuando sea el caso, sea tratado de esa manera en ese grupo empresarial de éxito. ¿Seguro que no hay otras maneras que aseguren el correcto cumplimiento de las respetables normas de la empresa?.

Dentro de mis actividades en temas de familia y acompañamiento de padres en situaciones de nulidad/separación/divorcio, en numerosas ocasiones estuve en la prisión de Burgos visitando a padres. Uno de ellos me indicó que se preparaba una cantidad importante de comida, para medio millar de internos (¿), que no era utilizada en su totalidad, y que podría ser destinada para atender las necesidades de muchas personas en precariedad, en vez de dedicarla a alimentar cerdos.

Dicha información la transmití a una persona que colabora con Cáritas, que lo consultó. Me dijo que los problemas legales y técnicos hacían muy difícil que se pudiera dedicar al consumo humano.

Obviamente, no se me ocurre proponer medidas extraordinarias, como sería el cierre de cualquier supermercado, cuando aparezca una humilde cucaracha, o un producto en mal estado, cuando a mí alguna vez se me estropean productos alimenticios, pero si eso sería considerado una enormidad…..¿dejarle en la calle a un posible padre de familia por comerse una modesta croqueta cuyo valor de balance es CERO PATATERO?.

Porque ahora pasamos a los riesgos de los hijos de los empleados de MERCADONA, cuyos padres pueden ser despedidos de esa manera. Se insiste, se deben respetar las normas de la empresa.

Varios compañeros de la asociación han sido detenidos dos veces por denuncias de mujeres, y ninguno ha sido condenado. Incluso, en uno de los casos, ha habido varios errores que hicieron que ese padre permaneciera fuera de su vivienda habitual, más tiempo del debido. Le tuve alojado en mi casa. ¿Alguien ha perdido su trabajo?. ¿Alguien ha pedido o pedirá excusas a esos hombres y padres, o a sus hijos?. ¿Alguien ofrecerá compensaciones?.

¿Saben Uds. que los hijos pequeños de los empleados varones de Mercadona pueden ser ingresados en casas de acogida y similares sin que el padre o la administración de justicia sean tenidos en cuenta?.

Pasemos a la defensa de sus derechos en los juzgados, en temas de familia. Cuando se iba a modificar la Ley de Enjuiciamiento civil, allá por el año 2.000, se decía que los ciudadanos firmábamos muchos documentos, en los juzgados, en que se decía que estábamos delante de un juez y un secretario judicial, y que era mentira. Yo he firmado bastantes documentos de esa manera.

Pasemos al Ministerio Fiscal, que, en teoría, representa y defiende a esos hijos de empleados de Mercadona. En su día, eran parte en los procedimientos de familia, ahora son obligatorios.

Miren lo que reconocen estas fiscalas:


La Junta Directiva de AEAFA y la Fiscalía abren una mesa de diálogo para abordar los problemas clave del Derecho de Familia

 

primera línea, de izda. a derecha:

La Junta Directiva de AEAFA y la Fiscalía abren una mesa de diálogo para abordar los problemas clave del Derecho de Familia

El papel de los fiscales es clave en cualquier proceso de familia porque velan por los intereses de los menores

“Durante este encuentro, cuyo objetivo se enmarca en las acciones de la AEAFA para mejorar la especialización de los operadores jurídicos en el ámbito del derecho de familia, Pilar Martín expuso las carencias materiales y personales de la Fiscalía, que les impide llegar a muchos procesos de Familia, sobre todo, porque los asuntos penales «tienen prioridad» sobre el resto.

Hablando claro, LOS NIÑOS DE MERCADONA NO TIENEN GARANTIZADO QUE COMPAREZCA UN FISCAL EN LOS JUICIOS DE FAMILIA.

Y aquí no pasa nada.

A mi hija la fallaron jueces, Ministerio Fiscal, secretarios judiciales, procuradoras que se indicaban en los documentos que asistían y era mentira.

Y mí se me negó copia de dos hojas, y se me exigió pedirlas por medio de abogado y procurador. Tardaron años en dármelas.

En diez minutos una jueza cabreada nos expulsó a nuestra hija y a mí del domicilio familiar. Dos veces manifesté que el domicilio de esa niña era la calle. Y el Ministerio Fiscal ausente.

Posteriormente, a la madre la negaron participar en un sorteo de viviendas públicas. Eso ha pasado a más padres. ¿Tienen más derechos los niños que traen en pateras que los niños de Mercadona?..

Queridos hijos pequeños de empleados de Mercadona, qué os proteja y os cuide la Virgen María, y que otros os expliquen cómo van las cosas de la vida.

Otros no asisten a sus juicios, y no pasa nada, y los Colegios de Abogados y Procuradores mudos.

Y a vuestro padre lo pueden expulsar por comerse una croqueta que estaba destinada a los gusanos.

Atentamente,

Jesús Ayala Carcedo.

 

 


 

 

 

 


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