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BATALLA DE SAN JUAN (PUERTO RICO) EN 1625

Después del gran fracaso que habían sufrido los holandeses en la batalla de Salvador de Bahía en Brasil, la flota holandesa puso rumbo hacia Puerto Rico encabezados por el corsario holandés Boudewijn Hendricksz (Balduino Enrico) que intenta capturar la isla, sitiando San Juan durante varios meses dentro de la guerra de los Ochenta Años. Sin embargo, finalmente, resulta incapaz de capturar la fortaleza de la ciudad y ha de retirarse.
El 24 de septiembre de 1625, 17 buques holandeses arribaron a San Juan de Puerto Rico. El gobernador de la isla era el vallisoletano de Medina del Campo Juan de Haro y Sanvítores, que a pesar de ser un veterano Capitán General, llevaba tan sólo un mes en el puesto de gobernador. A la llegada de los buques holandeses, de Haro preparó la artillería del Castillo de San Felipe del Morro para cerrar la entrada de la Bahía de San Juan. Al mismo tiempo, envió a su predecesor, Juan de Vargas, a Boquerón acompañado de milicias para anular posibles desembarcos en el Escambrón. 
 

A las 13:00 de la tarde del día siguiente, la flota completa de Enrico navegó hasta el puerto de San Juan. A pesar del fuego de los cañones de ambos bandos, la flota holandesa logró pasar El Morro perdiendo tan sólo cuatro marineros. Los bancos de arena de la costa, sin embargo, evitaron su inmediato desembarco en tierra. Este obstáculo permitió a los civiles españoles huir tierra adentro mientras de Haro comandaba a los escasos 330 soldados de los que disponía en El Morro. El 26 de septiembre, Enrico desembarcó a 800 hombres y ocupó la ciudad, ya vacía. 
 

Los holandeses ocuparon el fortín de El Cañuelo y el puente de San Antonio donde había unas baterías de artillería, asediando así el Morro y aislándolo de suministro y refuerzos. Los holandeses reforzaron el asedio instalando cañones y cavando trincheras. Enrico exigió la rendición de Haro y del fuerte, en el nombre de los Estados Generales y de su Majestad el Príncipe de Orange, bajo la amenaza de que no se salvarían "ni jóvenes ni viejos, ni mujeres ni niños". De Haro respondió con su contraoferta: "si me entregas los buques en los que vinisteis, os dejaré que uséis uno de ellos para volver". Tras la negativa española a rendirse, comenzó una batalla de cañones que duró 21 días.​ 
 

Los milicianos portorriqueños lograron recapturar el puente de San Antonio, mientras que las tropas del capitán canario Andrés Botello Cabrera retomaron control del Bayamón y quemaron el fortín de El Cañuelo. Estas operaciones rompieron el efecto del asedio holandés al castillo. Para entonces las trincheras holandesas habían alcanzado las murallas del Morro; de Haro respondió con salidas de 80 hombres en tres turnos, con el donostiarra Juan de Amézqueta (también llamado Amezquita en Puerto Rico) al comando de una de ellas el 5 de octubre. Enrico exigió de nuevo la rendición española el 21 de octubre, bajo la amenaza de arrasar la ciudad. De Haro respondió "tenemos valor, madera, piedra para reconstruirla". Los holandeses procedieron a quemar la ciudad y sus 100 casas, así como el palacio del obispo Balbueno y los archivos. Amézqueta y Botello lideraron salidas desde El Morro y San Antonio respectivamente, expulsando a los holandeses de sus trincheras y forzándolos a retirarse a sus buques, poniendo fin al asedio holandés.
 

Junto al castillo de San Felipe del Morro hay un monumento levantado a Juan de Amézqueta.
Para más detalles consultar los enlaces.

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